En su mensaje a la Nación ante el Congreso, el presidente Pedro Castillo planteó diversas propuestas que guiarán el arranque de Gobierno. Sin embargo, para cumplir con la totalidad de su agenda tendrá que convencer al Parlamento, donde un sector importante de la oposición no muestra disposición y ha lanzado su primera advertencia para interpelar ministros.
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La mayoría de promesas de Castillo deben pasar por el visto bueno parlamentario para su implementación y esto puede ser un aviso de que la relación Ejecutivo-Legislativo están muy lejos de abandonar la confrontación que se vivió en los últimos cinco años.
Tras asumir la presidencia de la república, Castillo se dirigió a la nación con una serie de promesas, muchas de las cuales fueron banderas de su campaña. La Unidad de Periodismo de Datos de El Comercio identificó 73 propuestas concretas en el discurso, donde el 57.5% de estas necesitan algún nivel de aprobación en el Congreso.
El Ejecutivo puede impulsar políticas sectoriales, algunas obras de infraestructura y cumplir con sus promesas sobre la velocidad de vacunación. Sin embargo, deberá pasar por el Legislativo para modificar leyes sobre diversas regulaciones, alterar la estructura del Estado, o realizar reformas a la Carta Magna.
El especialista en temas parlamentarios, Martin Cabrera, explica que el casi 60% de las propuestas necesitarían una ley del Congreso por suponer modificaciones al presupuesto, cambios estructurales del Estado, o la adecuacion de determinados sistemas administrativos, lo que se puede hacer solo con una ley, y no con normas sectoriales.
Espacio de negociación
Las promesas presidenciales cubren una alta variedad de temas, aunque por la coyuntura se presentaron más propuestas sobre economía, educación y salud. Identificar las prioridades del oficialismo permite determinar cuál podría ser la estrategia de negociación.
Para Martin Cabrera, la capacidad del gobierno para impulsar su agenda dependerá en parte de la distribución de comisiones. “Si realmente estuvieran haciendo política de estrategia y no de improvisación, estarían peleando las comisiones donde más propuestas ha planteado el presidente en el discurso”, comenta Cabrera.
Esta semana inicia la repartición formal de comisiones, y el partido de gobierno busca presidir Constitución, Educación, Presupuesto, Agricultura y Salud. No obstante, el fujimorismo está muy interesado en Constitución y Salud, lo cual podría dificultar muchas de las propuestas de gobierno.
El resultado de las comisiones puede ser vista como una segunda prueba para Perú Libre. Como recuerda la politóloga Katherine Zegarra, la primera derrota del gobierno fue su fracaso en ocupar la Mesa Directiva del Congreso, lo que dio luces sobre su poca capacidad para generar alianzas y negociar con otras bancadas.
“Creo que sería importante que tengan un acercamiento estratégico, en el sentido de identificar temas en los cuales podrían generar alianzas. Hay algunas temáticas que proponen que podrían ser más aceptadas que otras”, comenta Zegarra.
Si bien existen propuestas sobre las que puede haber menor discrepancia, la alta polarización reduce los incentivos para llegar a acuerdos. Según indica Cabrera, iniciativas que hayan alcanzado consensos pueden caerse solo porque fueron impulsadas por el gobierno. “En la coyuntura de hoy, depende de quién esté al frente. Ojalá el Ejecutivo y el Congreso encuentren espacios de consenso o por lo menos momentos para el consenso sobretodo con lo que se viene con el proyecto de ley de presupuesto, en octubre”, añade.
Cabrera recuerda que, le guste o no al Ejecutivo, el cumplimiento de las promesas del presidente necesitará los recursos que se aprueban en la ley de presupuesto. Por tal razón, acota el especialista, la aprobación del presupuesto supone un espacio obligado de para la búsqueda de consenso.
La estrategia presupuestal
Muchos puntos de la agenda de Castillo pasan por la aprobación de la Ley Anual de Presupuesto. Los especialistas consideran que esta es una oportunidad para construir alianzas con los parlamentarios.
Para ello entra en juego la capacidad de los operadores políticos del gobierno, en especial del primer ministro Guido Bellido. A través de la asignación presupuestal, Perú Libre podría conseguir el apoyo de congresistas de regiones, incluso dentro de las bancadas más hostiles.
“Los congresistas, antes de deberse a su partido, se deben a su elector. Su elector le pide el puente, la carretera, la posta médica, o la comisaría en su región. Eso es hacer un planeamiento estratégico para conseguir votos”, explica el especialista parlamentario Alejandro Rospigliosi.
Esto dependerá de la habilidad del gobierno para negociar con distintas fuerzas políticas, pero también de la disposición del Congreso para sentarse a conversar. Cabrera considera que si estas negociaciones fallan, se puede gatillar una nueva crisis.
Si bien la figura de Bellido se ha ganado mucho desprestigio dentro del Congreso, ya se han dado las primeras señales de acercamientos a grupos políticos. Hasta la fecha, el primer ministro se ha reunido, además de con la bancada oficialista de Perú Libre, con los grupos opositores de Acción Popular, Alianza para el Progreso, Avanza País y Podemos.
En otros grupos ha encontrado mayor resistencia, como Renovación Popular quien adelantó que interpelará “ministro por ministro”, y ya presentó dos mociones para invitar al pleno al primer ministro Guido Bellido y al titular del Mininter, Juan Manuel Carrasco.
Obstrucción y victimización
Si la agenda de Castillo se ve bloqueada en el Congreso, podría perder parte del apoyo ciudadano que lo llevó a la presidencia. A diferencia de la época con Martín Vizcarra, se observa un escenario poco probable donde el gobierno tenga éxito en victimizarse ante un escenario obstruccionista.
Para Zegarra, los congresistas están siendo cautos en el nivel de confrontación que muestran, además de que Castillo cuenta con menor aprobación que presidentes en el pasado, y ha sido el propio Ejecutivo quien ha mostrado actitudes de choque en los pocos días de gestión.
“Debido a que el Congreso está ampliamente fragmentado, es difícil ubicar al enemigo. Teníamos en el 2016 al Fujimorismo, con un rostro fácil de identificar como villano. En este caso es un poco más difícil”, explica la politóloga.
Según indica Rospigliosi, Castillo tiene que aterrizar en la realidad de que solo cuenta con 37 congresistas, lo que no le alcanza para aprobar ningún tipo de reforma.
“La victimización es poco probable porque el dólar y la canasta básica familiar le está jugando en contra al Poder Ejecutivo. El elector peruano es infiel, no es leal. Su bolsillo le está afectando. No la va a tener tan fácil como Vizcarra”, comenta el analista parlamentario.
No obstante, Zegarra explica que ambos poderes deben ser cautos y priorizar la mutua supervivencia. Los altos niveles de conflicto en los últimos años han normalizado la disolución del Congreso y la vacancia presidencial como salidas a la crisis, cuando la estrategia debe ir hacia la búsqueda de consenso entre poderes.
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