Richard ‘Swing’, el seudónimo político del momento, ha tenido mucha más estabilidad como proveedor del Ministerio de Cultura que los seis funcionarios que han presidido esa cartera durante el gobierno de Martín Vizcarra. Y el cantante puede decir que distribuyó su tiempo de forma equitativa: obtuvo, por lo menos, un contrato en la gestión de cada uno de ellos.
Tras casi dos años como proveedor recurrente, Richard Cisneros Carballido ha generado nueve órdenes de servicio con el Ministerio de Cultura por S/175.400, divididos entre Patricia Balbuena, Rogers Valencia, Ulla Holmquist, Luis Jaime Castillo, Francisco Petrozzi y la actual titular, Sonia Guillén. ¿Cómo ha sido la secuencia política en la que ‘Swing’ sobrevivió a cinco cambios ministeriales?
Balbuena y Valencia
Dos contratos suscribió Cisneros Carballido durante la gestión de Patricia Balbuena, que con casi ocho meses fue la ministra que más le ha durado en el cargo al actual presidente. Cada una de esas órdenes –del 25 de julio y 29 de octubre del 2018– fue por S/21.000. ¿El motivo? En ambas se le encargó a ‘Swing’ "promover el uso de los espacios culturales de la sede institucional” del ministerio.
La gestión de Balbuena se convirtió así en la puerta de entrada del cantante al Ejecutivo. A los pocos meses, sin embargo, vio caer a la ministra. En noviembre, la prensa denunció que Cultura le había otorgado la buena pro de un proyecto de evaluaciones arqueológicas a una empresa fundada y administrada hasta hacía pocos meses por su entonces viceministro, Luis Villacorta.
"No se le ha adjudicado el contrato. No hubo un sol de desembolso del Estado a esa empresa porque se detectó el caso a tiempo”, dijo Balbuena a El Comercio en ese momento. Luego se presentó ante el Congreso para dar explicaciones. Pero solo días después otro escándalo golpeó su gestión: desapareció un manuscrito histórico firmado por el libertador José de San Martín.
Balbuena presentó su renuncia el 30 de noviembre de 2018 y dejó el cargo vacante por más de dos semanas. Tras 18 días sin ministro –un plazo casi sin precedentes–, el Ejecutivo optó por un enroque para llenar el vacío. Rogers Valencia, hasta entonces ministro de Comercio Exterior y Turismo, asumió la cartera.
En declaraciones a El Comercio, Balbuena afirmó no tener con ‘Swing’ ningún vínculo previo o posterior a su gestión. “He conversado con él una vez, recuerdo, y aproveché para precisar la perspectiva de lo que estaba buscando [en el servicio de promover el uso de los espacios del ministerio]”, dijo. Todos los exministros que respondieron a este Diario dieron respuestas similares.
Rogers Valencia estuvo al frente de Cultura poco menos de tres meses. Durante su gestión, Cisneros Carballido contrató el monto más bajo de los seis ministros. Fue una sola orden de servicio por S/7.000, el 18 de febrero del 2019. Aunque el monto fue considerablemente menor, el concepto fue el mismo: la promoción de los espacios de la sede ministerial.
Las cifras de los tres primeros contratos indican que la cifra mensual que Richard ‘Swing’ percibía por promover los espacios del ministerio era esa: S/7.000. Valencia dijo a El Comercio que no conoce al cantante, que sus servicios no fueron requeridos por su despacho y que ha pedido información sobre el tema al ministerio. Dejó el ministerio el 11 de marzo del 2019, con la caída del Gabinete Villanueva.
Holmquist y Castillo
Ulla Holmquist fue ministra de Cultura solo cuatro meses, pero en su gestión se contrató a ‘Swing’ dos veces: el 2 de mayo y el 24 de junio del 2019, por S/7.000 y S/21.000, respectivamente. Los motivos variaron. La primera orden fue por “apoyo operativo” para la oficina de comunicaciones e imagen institucional y la segunda, por organizar y ejecutar “eventos” para la oficina de recursos humanos.
Cisneros inició su segundo contrato cuando Holmquist –que optó por no declarar para este artículo– ya había pedido 9 días de licencia médica. Finalmente, la arqueóloga presentó su renuncia el 8 de julio. La reemplazó su colega Luis Jaime Castillo, quien ocupó el cargo menos de tres meses. Cayó, junto a gran parte del Gabinete Del Solar, tras la disolución del Congreso.
Pero Richard Cisneros sobrevivió incluso a esa, la mayor crisis política de los últimos años. El mismo 27 de setiembre, cuando se anunciaba la cuestión de confianza que terminó con el cierre del Parlamento, ‘Swing’ daba inicio a una nueva orden de servicio. Esta, por S/8.000, fue la única que firmó en la gestión de Castillo. El motivo: de nuevo, la “ejecución de eventos” para la oficina de recursos humanos.
“Cuando se firmó ese contrato yo estaba metido en el ajetreo del cierre del Congreso. Nosotros nos preocupamos de cosas más importantes. Los ministros no tenemos injerencia en contratos y compras. Seguramente se hicieron 500 contratos y yo no me enteré de ninguno. No tenemos que revisar cada uno, ni nos tienen que comentar. Al señor en mi vida lo he visto”, alegó Castillo a este Diario.
Petrozzi y Guillén
En el interregno parlamentario asumió Cultura el tenor lírico Francisco Petrozzi. Bajo su mando, su colega musical obtuvo un nuevo contrato, el 30 de octubre del 2019. Esta vez el monto excedió a todas las órdenes previas: S/27.000. El concepto fue el mismo que el de su último contrato: un evento para recursos humanos. El exministro no respondió a las consultas de este Diario.
Petrozzi marcó un récord en Cultura: ocupó el despacho apenas dos meses. Tras destituir al entonces presidente del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP), Hugo Coya, tuvo que presentar su propia renuncia el 4 de diciembre. Tomó su lugar la actual ministra, Sonia Guillén. Richard ‘Swing’, para entonces, ya parecía absolutamente inmune a cualquier vaivén político.
Sus contratos, entonces, alcanzaron una nueva marca. El último 12 de febrero, consiguió una orden de servicio por S/33.400. Solo dos meses después, el pasado 24 de abril, obtuvo otra, por S/30.000. La primera fue por organizar un evento de “integración institucional” y, la segunda, ya en plena pandemia, por “actividades motivacionales" virtuales para mejorar el rendimiento del personal del ministerio.
Pero dicho monto, en medio de una emergencia sanitaria, terminó por echar luz sobre sus casi dos años de contrataciones con el Estado. Inmediatamente, aparecieron varias fotos suyas a la sombra de distintos personajes de este gobierno, comenzando por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK). La denuncia escaló rápidamente.
En su último mensaje al país, Vizcarra –quien también tiene fotos con el cantante, organizador de eventos y motivador virtual– tuvo que informar que su último contrato con el Estado había sido “dejado sin efecto”. Esto, luego de aceptar que conoce a Cisneros Carballido de la campaña de Peruanos por el Kambio (PpK).
“Seguramente esa relación [de las últimas elecciones] ha permitido que también tenga participación en algún nivel de gobierno”, dijo el presidente, como si haber participado de una campaña fuese explicación suficiente. Guillén, en tanto, fue citada por la Comisión de Cultura del Congreso. Debía acudir ayer, pero no lo hizo.
La comisión ha decidido, en consecuencia, impulsar una interpelación en su contra. “Los ministros no están metidos en las contrataciones, pero enfrentan responsabilidades políticas”, dice Castillo. Y Guillén, con casi seis meses en el cargo, tiene una enfrente. Richard ‘Swing’, antes asiduo personaje de programas de farándula, hoy parece convertirse en un ‘cisne negro’ para el gobierno de Vizcarra.