La primera ministra, Ana Jara, se pronunció hoy sobre la libertad del senderista Carlos Inchaustegui que salió de prisión luego de cumplir una condena de 22 años por haber albergado en su domicilio al cabecilla terrorista Abimael Guzmán.
La presidenta del Consejo de Ministros advirtió que el Gobierno estará vigilante sobre la actuación del senderista liberado como prevención para evitar cualquier conspiración contra la democracia y el orden público.
"En un estado de Derecho se respeta los fallos judiciales. Aquí se ha cumplido una sentencia y hay que respetarla. Lo que nos corresponde es estar sigilosos no solo de la conducta de Incháustegui, sino de muchos otros senderistas que gozan de libertad para que no atenten contra la democracia", dijo.
Incháustegui, quien era un arquitecto enamorado de la bailarina Maritza Garrido Lecca, fue detenido el 12 de setiembre de 1992 junto con Guzmán, el máximo cabecilla de Sendero Luminoso. No fue dirigente pero sí tuvo cercanía con la cúpula de esa organización terrorista y nunca abjuró de sus ideas. Su domicilio actual sería Chiclayo.
PENAS MÁS DRÁSTICAS
Jara lamentó que las normas respecto al terrorismo no han sido lo suficientemente drásticas. "Lamentamos que las sanciones para los actos terroristas que alteraron el orden interno y enlutó a miles de hogares hayan sido moderadas cuando esperábamos penas drásticas", declaró.
La ministra exhortó al Congreso para revisar la severidad de las normas en aquellos delitos que ponen en riesgo el estado democrático y alteran la tranquilidad y la seguridad ciudadana.
Jara dijo que los reflectores también estarán enfocados "en la gente del Movadef, organismo de fachada del remanente de Sendero Luminoso".