A casi 100 días del estado de emergencia por el coronavirus (COVID-19), tres integrantes del Ejecutivo han protagonizado una nueva contradicción: esta vez sobre la vigencia de los pases distritales, laborales y vehiculares. Todo empezó cuando el ministro de Defensa, Walter Martos, anunció que estos quedaban suspendidos desde el inicio de esta semana.
“A partir del lunes que se abre la atención de los centros comerciales, esta persona, que salía por familia, puede ir a pie, servicio público o en su vehículo a los centros comerciales, [incluso a los que están] fuera de su distrito, es por ello que estamos dejando sin efecto el día lunes el pase distrital […] Ahora existían los pases vehiculares para el transporte al centro de trabajo, esos pases también quedan suspendidos a partir del lunes”, refirió Martos el viernes.
No obstante, el jefe del Gabinete Ministerial, Vicente Zeballos, precisó, a menos de 24 horas de lo indicado por el ministro de Defensa, que “todavía no hay una determinación concreta” en el Ejecutivo sobre los pases.
“Las normas están vigentes y aplican hasta que no sean derogadas, lo demás lo hemos tomado como un respetuoso punto de vista o de opinión […] Estamos en estos momentos inmersos en una emergencia y esta vence el 30 de junio y hasta esa fecha y con el marco normativo vigente no se va a alternar ninguna normativa”, subrayó en RPP Noticias.
Y, anoche en el programa “Punto final”, el ministro del Interior, Gastón Rodríguez, afirmó que los pases laborares “se restringen a aquellos momentos de inmovilización como los días domingo o durante el toque de queda”. “Por eso es que el presidente llama a la responsabilidad de las personas, se están dando flexibilidades para lograr la reinserción económica pero manteniendo el espíritu de la norma”, añadió.
Para el analista político Pedro Tenorio, que el gobierno dé tres posiciones diferentes sobre los pases de circulación “sin duda” devela que “hay un serio problema de comunicación” que, a su juicio, se ha dado “a lo largo de la pandemia”. “Este es un tema grave, genera incertidumbre que el Ejecutivo no tenga un mensaje claro y directo”, subrayó.
Tenorio apuntó que, generalmente, ve “más articulados” a los ministros de Defensa a Interior en comparación a Zeballos, a quien se le percibe “fuera de ritmo”.
“Y esto no un asunto menor, porque Zeballos es el principal portavoz del gobierno después del presidente [Martín Vizcarra]. Hubo un momento en que el gobierno estuvo muy preocupado por la comunicación, pero luego tantas noticias, tantas denuncias los desbordaron, le hizo perder un poco la iniciativa. No se puede decir que toda la comunicación del Ejecutivo ha fallado. Pero muchos de sus integrantes no han estado afinados, Zeballos es uno”, remarcó a El Comercio.
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Defensa a Interior, empoderados en la emergencia
La politóloga María Alejandra Campos consideró que lo ocurrido el último fin de semana deja “en evidencia” que los sectores vinculados a la seguridad, como Defensa e Interior, “siempre estarán empoderados” en un contexto de estado de emergencia. Agregó que no es la primera vez que Martos o Rodríguez salen a “hacer la previa”. Es decir, a adelantar una medida sobre la cuarentena que días después se hace oficial.
“Pero de cara a la opinión pública genera mucha confusión [estas descoordinaciones], porque no es que la ciudadanía escuche a todos los ministros, o esté pendiente de todas las declaraciones, se queda con lo que escuchó de la radio, quizás al paso. Sobre todo en esta coyuntura sensible, dar mensajes contradictorios no debe pasar”, expresó en diálogo con este Diario.
Campos señaló que a estas alturas del estado de emergencia, los procedimientos del Ejecutivo para comunicar deberían ser pulcros y “todos deberían tener claro quién da el mensaje, que debe ser único”.
“Aunque este caso en diferente, no es una acción que se oficializó en El Peruano y luego tuvieron que retroceder, como el tema de los guantes, sino que revela que hay pugnas de liderazgo [en el Gabinete] y un ministro sale a dar su opinión tratando de presionar al consejo [para que adoptar la medida que él propone]”, añadió.
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El agotamiento del Ejecutivo
El analista político José Carlos Requena, del grupo 50+1, sostuvo que esta nueva descoordinación se puede explicar en “el agotamiento” de los integrantes del gobierno, a más de tres meses del estado de emergencia. “Hay personas que están muy agostadas y eso hace que la coordinación sea menos fina”, sostuvo.
Requena, en comunicación con este Diario, dijo que si a inicios de la pandemia la coordinación era “errática”, a estas alturas la “descoordinación se hace mucho más evidente”.
“Y una de las razones es que los funcionarios están muy cansado, en muchos casos el trabajo es todos los días de la semana”, remarcó.
Requena refirió que más allá de la lectura política, las diferentes declaraciones de Zeballos, Martos y Rodríguez “confunden al ciudadano”.
“Se ha mostrado un desorden en un tema sensible como la movilidad. Los ciudadanos, que aún acatan la cuarentena, no sabrán cómo movilizarse. Y los que han decidido pasarla por alto tienen una razón más para no escuchar al gobierno”, acotó.
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Las otras marchas y contramarchas
Durante la cuarentena, el gobierno ha tenido una serie de marchas y contramarchas. Una de ellas fue que el Ejecutivo decretó que el ingreso a los mercados sería con guantes, pero un día después dejaron sin efecto esta medida debido.
La Organización Mundial de la Salud había indicado que el uso de guantes de goma no era una forma eficaz de prevenir la infección por el nuevo coronavirus.
También hicieron otra corrección, en la misma fe de erratas: revocar la nueva disposición que estipulaba que la distancia entre las personas en dichos establecimientos debía ser de dos metros. La distancia aceptada será de un metro, la mínima recomendada por la OMS.
El 29 de abril, el Ministerio de Salud emitió la resolución ministerial 239-2020, en el que incluían a las personas con más de 60 años y a las que tengan obesidad con un Índice de Masa Corporal (IMC) igual a 30 o más, entre otros, en el grupo con factor de riesgo. Señalaban que ellos debían mantener la cuarentena domiciliaria.
El Minsa, una semana después, modificó los lineamientos para establecer que solo los trabajadores con obesidad con IMC de 40 a más tendrán que permanecer en cuarentena. Esto tras una solicitud de reconsideración hecha por la CONFIEP.
Además, en el decreto que prorrogó a inicios de mayo el estado de emergencia, se modificó la edad para integrar el grupo de riesgo: ahora será a partir de los 65 años. La Sociedad Nacional de Industrias había planteado que esta sea la edad a partir de la cual se considere a los trabajadores como población vulnerable, pues hay 413 mil personas mayores de 60 años que trabajan en el sector formal.
El pico y género fue la medida que causó más polémica durante la emergencia sanitaria. En abril, el Ejecutivo, con asesoría del comando de operaciones COVID-19, emitió la disposición de restringir el tránsito de hombres y de mujeres por días. Como consecuencia, lo que se vio en mercados, supermercados y otros centros de abasto fue grandes aglomeraciones los días de salida de mujeres.
Dos semanas después, la norma fue revocada. El economista Farid Matuk, integrante del comando COVID-19, asumió la responsabilidad. “Por un exceso de igualdad me equivoqué, por un rechazo al patriarcado dije que debía haber igualdad. La solución debió haber sido cuatro días para mujeres y dos días para hombres”, manifestó.
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