Ahora le toca a Nadine, la columna de Cecilia Valenzuela
Ahora le toca a Nadine, la columna de Cecilia Valenzuela

“Prefiero no decir dónde está Alejandro Toledo”, dice su abogado, como si lo supiera. “Es parte de mi estrategia”, añade el también cuestionado Heriberto Benítez; ambos, defensor y defendido, creen que jugando a las escondidas ganarán tiempo, pero ninguno de los dos sabe para qué.

El prófugo ex presidente, tarde o temprano, será extraditado y sentenciado por sus delitos. En diez años los peruanos habremos visto a dos presidentes regresar al Perú para ir a prisión: Alberto Fujimori volvió esposado en el 2007 y Toledo lo hará en cualquier momento. Sin embargo, estos dos no serían los únicos funcionarios de primer nivel vinculados a la corrupción en nuestro país.

Pronto, Jorge Cuba, el viceministro de Comunicaciones de Alan García que recibió parte de las coimas que Odebrecht pagó durante ese gobierno, se acogerá a la colaboración eficaz; todo mientras la fiscalía anticorrupción avanza en las relaciones que sostuvo esa misma empresa brasileña con los Humala Heredia.

El registro de visitas de la Presidencia de la República entre el 2011 y el 2015 será muy útil para establecer los contactos que se realizaron entonces. Y cuando la fiscalía contraste la lista de las personas que visitaron Palacio en ese período con la lista de las visitas que la oficina de comunicaciones de Palacio hizo pública en esas mismas fechas contará con más elementos para su investigación.

El 26 de octubre del 2011, por ejemplo, el ex presidente Ollanta Humala sostuvo en el salón Sevillano de Palacio de Gobierno una reunión con Jorge Barata. El encuentro duró una hora y media; sin embargo, la oficina de comunicaciones de la presidencia solo hizo pública la reunión que Humala tuvo ese mismo día con el economista de la universidad de Harvard Michael Porter.

¿Por qué debía mantenerse en secreto una reunión entre Humala y Barata? Al año siguiente Barata y Marcelo Odebrecht volvieron subrepticiamente. Dijeron en la puerta que iban a visitar a funcionarios de segundo nivel.

El 1 de agosto, el registro de la Casa Militar reporta a Jorge Barata cuando ingresa a Palacio, a las 11 de la mañana, y cuando sale, a las 5:30 de la tarde. En esa oportunidad, Barata, supuestamente, fue a ver a Luis Chuquihuara, el secretario general de entonces.

Ese día y a esa hora, la agenda pública ubica al presidente Humala en el Callao, para entregar una obra de agua potable. ¿Con quién estuvo Barata seis horas y media, incluyendo la hora de almorzar?

Pero lo más interesante es lo que aparece en el registro de una semana después cuando Barata regresa acompañado por Marcelo Odebrecht, supuestamente, para reunirse con Cynthia Montes, la asistenta de .

No es un chiste, según el registro oficial, Marcelo Odebrecht, uno de los hombres más poderosos del continente, estuvo en Palacio 3 horas con 15 minutos reunido con una asistente.

Oficialmente, Odebrecht había venido al Perú para acompañar a Ollanta Humala en la inauguración de la represa de Chaglla en Huánuco; y ahí sí se dejaron ver en público, pero el día previo el más grande corruptor de los últimos tiempos ingresó soslayado a Palacio de Gobierno y puedo apostar que para reunirse con Nadine Heredia.

Ella preparaba en ese momento su viaje al Brasil, que ejecutó dos semanas después de recibir a Barata y a Odebrecht en Lima.

El viaje fue muy comentado. Nadine Heredia viajó en el avión presidencial y fue recibida con honores de mandataria. Claro, allá se reunió con Lula da Silva y Dilma Rousseff, ambos identificados ahora como los inspiradores políticos del Lava Jato.

Por cierto, el colaborador eficaz con el que viene trabajando la segunda fiscalía anticorrupción a cargo del fiscal Reynaldo Abia, ha declarado que “desde finales del 2011 y durante el 2012 en Palacio se negoció, ilícitamente, la asignación del gasoducto del sur a Odebrecht”.

Así es que a preparar canchita porque pronto seremos espectadores de un nuevo allanamiento de corte presidencial.

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