El mandatario Pedro Pablo Kuczynski (PPK) debutó el domingo como entrevistador de televisión con el programa "Conversando con el presidente". Su primera invitada fue la ministra de Educación, Marilú Martens, y el diálogo giró en torno a logros y expectativas de ese sector.
Desde Palacio de Gobierno han anunciado que los invitados serán principalmente ministros de Estado y que la idea es acercarlos al público para que informen lo que están haciendo en un espacio de 24 minutos. Remarcaron que el espacio no se usará para dar anuncios políticos.
Sin embargo, desde la oposición han surgido críticas para el programa de PPK. La congresista Lourdes Alcorta, vocera alterna de Fuerza Popular, sostuvo que la idea es mala. “Cuando meta la pata o diga una barbaridad no se quejen de que la oposición salga a comentarlo”, dijo. Hoy, el mandatario defendió el espacio y respondió: “Que vean el programa y aprendan algo”.
Frente al argumento del gobierno y las críticas, cabe preguntar: ¿es una buena idea que PPK conduzca un programa de TV? ¿Es necesario o abre un nuevo flanco para las críticas?
El analista político Luis Benavente afirma que es bueno que haya nuevos canales de comunicación entre gobernantes y gobernados. Además, resalta la coyuntura en que se lanza el programa, un momento en el que PPK mantiene una aprobación de 43%.
Benavente añade que “la oposición está actuando como tal” al criticar la iniciativa. “No les va a gustar nada de lo que haga el presidente. [...] Pero es un tema que recién comienza, hay que esperar como se desarrolla”, advirtió.
El sociólogo y analista Carlos Meléndez, por su parte, sostiene lo contrario. Para él, esta iniciativa comunicacional presenta graves problemas de formato, al que calificó de "aburrido". “No transmite las características personales del líder y su equipo, sino números en una conversación aburrida”, señaló.
A partir de ello, Meléndez descartó que PPK pretenda emular a otros presidentes que incursionaron en la TV, como Hugo Chávez o Rafael Correa.
“Esos formatos eran un culto a la personalidad y este pretende ser un culto a la cifra y al resultado de una política pública. [...] Pero el dato concreto no se transmite a través de una conversación, sino a través de números, imágenes y estadísticas”, explicó.
En opinión del sociólogo, PPK desgasta la figura presidencial, abre un nuevo flanco de críticas respecto al uso del dinero estatal y se arriesga a frivolizar iniciativas de llegar a la población. Sería distinto, añade, si el formato fuera de un diálogo más horizontal.
“Sería desafiante tener una conversación mucho más horizontal. Imaginémonos a PPK conversando con Keiko Fujimori, con Verónika Mendoza o discutiendo con Luz Salgado. Eso sería sacarle la vuelta a este formato aburrido”, propuso.
“Su rol no es de conductor”
Para el escritor y comunicador Gustavo Rodríguez, “en teoría es positivo que el Gobierno aproveche los canales de comunicación para conectarse con la gente, sobre todo porque estamos en una sociedad muy desinformada”.
Sin embargo, detalló que el futuro del programa dependerá del grado de simpatía que muestre PPK en la conducción. “Su rol no es el de conductor, definitivamente. Se le nota mucho más jovial y distendido cuando habla de temas técnicos”, cuestionó.
Por ello, Rodríguez recomendó “un ligero cambio de formato”. “Tendría que ingresar un facilitador que haga el rol de presentador y sea el nexo entre el entrevistador y el presidente”, planteó.
Finalmente, el comunicador dijo que toda persona que se muestre ante el público “está dado a las críticas y va a ser vulnerable, sobre todo si no eres un tipo especialmente simpático ante cámaras”. Pero añadió que “el riesgo que hay de estar desconectado con la gente puede ser mayor”.
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