Facebook e Instagram son culpados por la anorexia de una mujer

Kerry Hooton, de 22 años, indicó a Facebook e Instagram como "responsables" por haber padecido de anorexia. La mujer empezó a ver su figura de forma negativa luego de compararla con las fotos que veía en línea. 

Desde su casa en Balderton, Nottinghamshire, aseguró a Daily Mail que su peso descendió hasta los 35 kilogramos, aproximadamente. Esto se debió, según su narración, a los mensajes que encontró en Facebook e Instagram que la hacían sentir "inadecuada". 

Ella sobrevivió con una dieta de menos de 200 calorías al día. Durante sus jornadas, se pasaba horas tomándose selfies. Su ideal era coincidir con las vidas "perfectas" relatadas por otros en las redes sociales. 

"Desde que tengo memoria he comparado la manera en que veo a otras personas conmigo. Siempre he sentido que nunca fui lo suficientemente buena para sociedad y las personas cercanas a mí", declaró al citado tabloide británico. 

Concluyó que "Nunca me he comparado con celebridades, siempre he sido una persona normal y creo que los medios sociales (como Facebook) aumentaron la capacidad de permitirme a mi misma a hacerme esto". 

Kerry estimó que una ruptura amorosa de largo tiempo junto a la muerte de su abuelo fueron factores determinantes para afectar a su salud mental. Pasó de pesar 55 kilogramos a solo 34 en un lapso de tiempo de dos años. 

Su "transformación" inició en el 2012. "Empecé agotarme a mí misma con ejercicios de cardio dos o tres veces al día al principio". Precisó que aun con su nueva talla se veía con "pura grasa". 

Luego de tener constantes infecciones en los senos visitó a su médico el año pasado. El galeno la trató, pero prefirió enfocar su tratamiento hacia su trastorno alimenticio. Recién en ese momento Kerry tuvo noción de su padecimiento. 

"Yo quería ser más fuerte y ayudar a la recuperación de mi cuerpo debido a los residuos muscular durante los numerosos años de abandono que mi cuerpo ha soportado", dijo. El resultado es una saludable figura de 50 kilogramos y dejar de compararse con las vidas de Facebook. 

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