Cuando postulamos a un empleo, empezamos una competencia contra otros candidatos que buscan el mismo trabajo. Pasar satisfactoriamente por este proceso y obtener finalmente el puesto laboral siempre es una buena noticia, y como es normal, es motivo de alegría y satisfacción. Sin embargo, existen situaciones en las que nos toca rechazar esta oferta.
La mayor preocupación de todo candidato que alguna vez ha tenido que rechazar una oferta laboral no es otra que el miedo a perder oportunidades, ya sea en esa misma empresa o en otra distinta. Y la realidad es que todo depende de cómo se rechace la oferta.
¿Es posible rechazar una oferta de trabajo sin cerrarte puertas en el futuro? Por supuesto que sí. Aunque en la actualidad la demanda supera la oferta, no hay que olvidar que un candidato que se encuentra en búsqueda activa de empleo tiene derecho a revisar las distintas opciones que existen en el mercado laboral, para finalmente decidirse por aquella que más le interese.
En ningún momento la entrevista de trabajo se convierte en vinculante, ni supone la aceptación del puesto de forma obligatoria. Por lo tanto, si no sabes cómo rechazar una oferta de trabajo sin perder oportunidades, te damos algunas recomendaciones que te pueden ayudar a salir bien parado de esta situación.
A todos nos cuesta decir que no, nos sentimos incómodos. Pero cuanto antes des una respuesta menos perjudicarás a la empresa y podrá continuar con el proceso de selección.
1. Comunica desde la humildad y la honestidad. La empresa agradecerá que comuniques los motivos de forma sincera y sin arrogancia.
- Naturalidad. No busques frases complicadas ni un estilo demasiado rebuscado y formal. Habla con naturalidad y normalidad.
- Forma. Cuanto más directa sea la forma de comunicarlo mayor interés y respeto estarás mostrando por la empresa.
2. Escribe un correo o haz una llamada: El mail es la mejor forma porque te permite dar la información de forma preparada y concisa, sin tener que entrar en detalles que no te interesa mencionar.
Si optas, además, por acompañar el mail, de una llamada, en esta será suficiente con dar las gracias nuevamente y disculparte por los posibles contratiempos.
3. Exposición de motivos. En la explicación de los motivos no debe parecer que la empresa es la culpable de la decisión, alega motivos que te conciernan a ti o a tu situación (lo veremos más claro en el ejemplo).
4. Agradecimiento. Agradece el trato y el tiempo dedicado.
5. Haz algún halago. El reclutador es con quien has mantenido mayor intensidad de relación. Él, además, ha sido quien ha propuesto tu candidatura como una de las mejores y quien la ha “vendido” internamente.
Quedar bien con él hará que su forma de comunicar tu rechazo, a nivel interno, no sea valorada de una forma negativa. Por esto te interesa tenerlo de tu parte y hacer alguna mención al trato profesional o a lo cómodo que has estado durante todo el proceso.
6. Recomendar a uno de tus contactos como posible candidato. Si conoces a alguna persona a la que le interesa el puesto y su perfil encaja, puedes comentarlo también. O simplemente puedes ofrecerte a enviar la oferta a alguno de tus contactos.
7. Razones salariales. Si la única razón es salarial, es recomendable negociarlo antes de rechazar la oferta. Todo se puede negociar, no te quedes con la duda. Si el puesto te interesa no pierdes nada por plantear una revisión de la oferta económica, pero monta un buen argumento.
Esta vez no bastará con un mail, al escribir tu argumento el destinatario pierde muchos matices y feeling que se transmiten con una comunicación más directa, pero con una llamada telefónica es suficiente para empezar.
Comienza exponiendo cuánto te interesa la oportunidad y lo que supone en tu carrera entrar en la empresa, para después pasar al tema económico. Puedes usar argumentos como el salario de mercado para ese tipo de puesto, todo lo que con tu experiencia puede aportar a la empresa, los logros y resultados obtenidos en otras empresas, etc.