Susana Saldaña fue secretaria general de la Coordinadora de Empresarios de Gamarra durante la gestión del conocido empresario Diógenes Alva. Ahí se empapó de todo tipo de conocimiento sobre cómo se mueve por dentro ese gigante de concreto y vida llamado Gamarra. Ese fue su fogueo y, a la vez, su prueba de fuego. Hace un año, ella tomó las riendas del gremio. Hace un año, una mujer es la voz del emporio comercial mas grande del Perú.
-Hace unos 20 años se creó la Coordinadora de Empresarios de Gamarra. Para que la gente tenga una idea de a quiénes representan, cuéntame ¿qué es este gremio y quiénes son parte de él?
-La Coordinadora de Empresarios de Gamarra tiene 20 años como gremio formal, como gremio legal, con RUC y todos los registros que se necesitan. Es importante hablar de cómo se formó la coordinadora porque, hace más de 20 años, en Gamarra reinaban los informales, que tenían -incluso- construcciones de cemento en la pista. Ellos “condicionaban” el ejercicio y funcionamiento de Gamarra.
-Las mafias tenían el poder.
-Sí, prácticamente eran los que tenían el poder, porque, por ejemplo, ponían condiciones a las galerías para que puedan tener acceso a las puertas y espacios públicos que ellos habían tomado.Y en cada cuadra de Gamarra tenían sus líderes…
-¿En esa época había algún gremio en Gamarra?
-Ya había gremios de empresarios, pero estaban muy divididos. Uno decía que representaba a un sector, el otro a otro… Y la respuesta que se necesitaba era hacer una lucha conjunta para, de una vez, limpiar las calles y avanzar a otras cosas como el tema del contrabando. En aquella época, empezó a entrar al país ropa usada que se vendía indiscriminadamente, haciéndole una competencia fatal a la industria. Gamarra, obviamente, empezó a sufrir los estragos de eso. Ya de por sí, Gamarra tenía la necesidad apremiante de cambiar. Entonces, lo que pasó fue que, por fin, se juntaron varios gremios; mas que gremios, se juntaron muchos empresarios pertenecientes a diferentes gremios y es un conjunto de ideas y de gente que decide conformar la coordinadora. Y deciden que al formar la Coordinadora de Empresarios de Gamarra, esta sea la que represente al cien por ciento a los empresarios, estén inscritos o no. Y que esta coordinadora sería la voz oficial de Gamarra.
-Estamos hablando del 2000.
-Esto pasó hace más de 20 años. Luego nace la Coordinadora como gremio formal. El primer presidente fue Juan Infante, que llegó a ser presidente de Prompyme, que ahora desapareció. Entonces, Juan Infante toma el liderazgo y lo eligen como representante. Uno de sus vicepresidentes fue Diógenes Alva. Obviamente, con el transcurso de los años, y yo creo que es normal e incluso saludable, los empresarios no siempre tenemos que estar de acuerdo en todo, ¿no? No significa que los anteriores gremios desaparecieron, otros nuevos gremios empezaron también a surgir, pero la Coordinadora hizo su camino constante y durante 20 años así lo ha seguido haciendo. Durante todo este tiempo, el papel de la Coordinadora, ha sido el que Gamarra siempre ha esperado: el de la defensa de los derechos no solo de los empresarios, que a su vez también somos trabajadores. Nosotros siempre hablamos que en Gamarra somos alrededor de cien mil trabajadores (puestos de trabajo directo) y nos contamos todos. No hacemos ninguna diferencia entre empresario y trabajador. Nosotros, todos los empresarios, trabajamos en Gamarra. Somos parte de la mano de obra. De las alrededor de 100 mil personas que trabajamos en Gamarra, treinta mil tienen RUC, por así decirlo. El tejido empresarial de Gamarra, el 99.9 por ciento, somos microempresas; menos del uno por ciento, es mediana y grande.
-En una mirada retrospectiva, ¿cuáles son los cambios que se han dado en Gamarra en estos 20 años, tras la formación de la Coordinadora?
-Lo primero que cambió, y lo vio el país entero, fue que un día -bajo el liderazgo de la Coordinadora-, se liberaron las calles. Fue un reto tremendo que no se había podido hacer antes por intereses políticos, mafias, coimas y todo lo demás. Cuando esto pasa, fue prácticamente una guerra. Una guerra en la cual la salud y la seguridad de Juan (Infante), de Diógenes (Alva) y otros empresarios estuvo en riesgo, porque el poder que manejaba en ese momento el sector informal era demasiado grande. Por ejemplo, si un día los que ocupaban las calles de Gamarra decidían que “Gamarra cierra”, Gamarra cerraba. Así era el poder que tenían…
-Empezó ahí una lucha.
-Claro. Lo primero en que se empeñan los empresarios de Gamarra, es en liberar y recuperar Gamarra para los gamarrinos, para toda la gente que trabajaba ahí. Decían que como resultado de eso mucha gente se iba a quedar en la calle sin comer, lo que siempre te dicen. Pero eso no pasó. Lo que pasó fue que muchos de ellos, muchos del sector informal que habían invadido las calles, se juntaron y en grupo, en consorcio, en unión, compraron terrenos que ahora son grandes galerías.
-¿Lo que me dices es que la Coordinadora logró la formalización de Gamarra?
-Las acciones conjuntas con el liderazgo de la Coordinadora, por supuesto, ayudaron a cambiar el rostro de Gamarra y a formalizar. El ejemplo más grande y viviente que tú puedas tener, es el nuevo mall. El presidente del nuevo mall, Gama, es el señor Augusto Allcca, que es ahora el vicepresidente de la Coordinadora. El era uno de los dirigentes de una cuadra de informales de aquella época. Mira lo que cambia la formalidad. Gamarra siempre ha apostado y va a apostar por la formalidad y creemos que es el camino más seguro del progreso. Entonces, nosotros llevamos años lidiando contra la informalidad. Dentro de lo que corresponde a los empresarios, hacemos todos los esfuerzos… Creo que el país entero es testigo de la lucha de Diógenes (Alva) bajo el liderazgo de la Coordinadora y todos los empresarios detrás, apoyando y aportando como lo han hecho.
-En poco mas de un mes, el mundo giró 180 grados para todos. ¿Cuál es la situación de Gamarra y las más de 100 mil personas que trabajan en este gran emporio que por ahora permanece cerrado?
-La situación de los microempresarios de Gamarra es realmente terrible. En Gamarra, ni siquiera el 5 por ciento de los empresarios tiene la espalda financiera para soportar esta crisis. No llega al 5 por ciento los empresarios que tienen la espalda financiera para enfrentar esta crisis. Como tú dices, el mundo cambió drásticamente. El mundo está cambiando afuera y nosotros estamos encerrados. Cuando salgamos vamos a salir a conocer un mundo distinto, que ha cambiado, que tiene realidades y necesidades absolutamente distintas. Nosotros estamos tratando de hacer las coordinaciones necesarias para que en la medida de lo posible y lo más pronto posible, Gamarra vuelva a operar. Entendemos que va a ser por etapas, entendemos que una de las actividades que más va a demorar en reactivarse es el comercio, pero nosotros no solo tenemos comercio, nosotros somos parte de la cadena productiva de este país, de la industria nacional. No solo hay un tema de que “no dejemos morir a los empresarios” y “no dejar al personal sin trabajo”, sino que es una necesidad del país. Creo que Gamarra tiene el gran reto ahora de responderle al país.
-¿A qué te refieres, Susana?
-Gamarra tiene la capacidad productiva, tenemos mano de obra, tenemos la maquinaria. Gamarra tiene 100 mil pares de manos listas para producir. Como te digo, en Gamarra todos somos uno solo. Y nosotros estamos listos para empezar a producir, en un inicio, para nuestros héroes. Para los médicos, para las enfermeras, para los hospitales que no tienen ropa de protección y el país entero. La población del país entero está desabastecida. Lo que ha ocasionado que la cadena productiva se haya paralizado es que haya desabastecimiento y haya especulación de precios, y la gente no está sabiendo qué comprar o qué está comprando. La gente no sabe qué es lo que está comprando y tal vez haya una falsa sensación de seguridad en los productos que creen que los están protegiendo. Nosotros, como Gamarra, tenemos la tecnología y tenemos a la mano la industria general y toda la manufactura en general, que puede empezar a producir y puede responder. Nosotros creemos que es la oportunidad para que el Perú entero goce del privilegio de tener industria. Somos uno de los pocos países en la región, en toda América del Sur, con Colombia y Brasil, somos los únicos países que aún tenemos industria nacional. El dumping, la subvaluación y el contrabando no lo han podido destruir por completo. Entonces eso es lo que nosotros estamos ahorita proponiendo.
-¿Le piden al Estado que compre adentro más que afuera?
-Es que ni siquiera China tiene la capacidad en este momento de atender al mundo entero y ya se está viendo. Hay desabastecimiento, hay especulación de precios, se están pagando sobrecostos. Ahorita mucha gente que ni siquiera se dedica a la industria farmacéutica, mucha gente que ni siquiera se dedica a la industria textil o a ser abastecedores, lo que está haciendo es cambiar el sentido de su RUC y empezar a importar. Entonces, lo que no queremos es que el mercado se convierta en la oportunidad del que se cree más vivo, sino, como dicen, zapatero a su zapato.
-¿Y cuáles serían esos “zapatos”, Susana? ¿Qué puede fabricar Gamarra ahora mismo?
-Nosotros no somos especialistas en fabricar respiradores, porque no es nuestro rubro; pero estoy segura de que Villa el Salvador, estoy segura que la gente de Huaycán y otros sectores del país, sí pueden fabricarlos. Nosotros como Gamarra, ¿qué podemos fabricar? Los uniformes de protección para los médicos, los uniformes de protección para las Fuerzas Armadas, para los bomberos, para las enfermeras, para todo el sistema de salud a nivel nacional; para la gente que hace limpieza, para la gente de los supermercados, En los mercados. Hay una cadena que está trabajando, pero que a su vez está desabastecida de material de protección. Nosotros lo podemos fabricar. ¿Qué otras cosas podemos fabricar? sábanas, frazadas, colchas para los hospitales, las batas de los médicos, de las enfermeras… Nosotros no fabricamos medicinas, nosotros no fabricamos respiradores. Y eso porque jamás, nunca se apostó en ningún gobierno por la transferencia tecnológica. Si antes se hubieran preocupado y se hubiera apostado por la transferencia tecnológica, por tecnificar y promover la industria nacional en todos los sectores, no estaríamos pasando esto. No estaríamos rogando, peleando, por un paquete de mascarillas, por un respirador, con otros países.
-Esta es una deuda de décadas en el Perú.
-Sí, es una deuda que tiene el país no solo con el sistema de salud, con la educación sobre todo, también, con la pequeña empresa, con la microempresa. Pero que no se malentienda. No es que queramos que mañana se abra Gamarra y todos los conglomerados del país al 100 por ciento y que nosotros atendamos al público, no. Entendemos que va a ser por etapas y con el cuidado necesario, con los protocolos necesarios, respetando el distanciamiento social. La mayoría de la gente que trabaja con nosotros, Ana, es nuestra familia, nuestras amistades o gente de mucha confianza. Nosotros no arriesgaríamos la vida de nosotros mismos, de nuestras familias, de esa manera. Entonces, con el debido cuidado, Gamarra está lista para empezar cuando se nos dé la oportunidad.
-George Forsyth, alcalde de la Victoria, dijo hace un par de días que ese distrito haría las bolsas para los cadáveres de los fallecidos por esta pandemia. Están participando en esa producción, imagino.
Nosotros no tenemos conocimiento de lo que el señor alcalde ha mencionado. No sabemos con quién lo ha coordinado; con nosotros, no. Tampoco se ha acercado ni nos ha llamado para hacernos mención sobre este tema de fabricar este tipo de productos que, de verdad, hasta repetir su nombre es difícil. Creo que no se puede hablar tan a la ligera de algo así, pero sí quiero aclarar que en este momento es imposible en ningún taller de Gamarra ninguna empresa de Gamarra está produciendo dentro de Gamarra, porque Gamarra está cerrada al 100 por ciento, respetando a la cuarentena, como es lo correcto, desde el primer día del anuncio del Presidente de la República.