La primera vez que sus padres la llevaron al estadio tenía apenas seis meses de nacida. Ocurrió en el 2014, en un partido por el torneo apertura de ese año. La liga peruana de fútbol no se llamaba Liga 1 y Alianza Lima estaba lejos de llenar Matute cada vez que jugaba de local, como sí pasa en estos días. Los que iban a alentar al equipo eran los hinchas de siempre. Los que estaban en tiempos de bonanza y de sequía. Kendra Aybar (9) tiene vagos recuerdos de esa época, pero no olvida los sonidos que desde entonces la marcaron: la trompeta, el bombo y los cánticos que se entonaban desde Comando Sur, la barra principal del club victoriano.
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Kendra creció yendo al estadio, como si fuera a un parque de diversiones. “Matute es el lugar donde me siento más feliz”, nos dice la pequeña hincha aliancista, también conocida como “la niña barrista”. Claudia Valera, su mamá, nos cuenta que se siente orgullosa de la manera en que su hija siente la camiseta blanquiazul (hoy blanquimorada, por el mes del Señor de los Milagros). “Las niñas también pueden ir al estadio y alentar a su equipo. No siento que sea una actividad exclusiva para chicos”, comenta la madre de familia.
Kendra suele ubicarse en la tribuna de oriente, aunque le gustaría estar más en la popular sur. Hay un problema que se lo impide: la hostilidad entre las barras, sobre todo cuando juega el equipo masculino. “Cuando juega el equipo femenino, se siente un ambiente más familiar y tranquilo. Por eso en la final fuimos a la popular, para alentar desde el comando sur. Mi hija estuvo casi todo el partido alentando desde una baranda. Yo le sostenía las piernas para que no se caiga”, añade Claudia.
La imagen de Kendra cantando a todo pulmón “corazón Alianza Lima, corazón para ganar” se hizo viral. Periodistas e hinchas retuitearon y compartieron la fotografía que abre esta crónica. Así, una niña de 9 años se convirtió en ejemplo de cómo se debe llevar la fiesta en las tribunas: con entrega, pasión y respeto por los colores.
EL PODER DE LAS REDES
“La futbolista que más admiro es Adriana Lucar”, confiesa Kendra. Luego de que Alianza Lima obtuviera el bicampeonato de la liga de futfem, el sueño de la niña barrista era conocer a la goleadora blanquiazul y al primer equipo. Claudia, su mamá, inició una campaña en redes invocando a la comunidad aliancista para que se pueda hacer posible. La respuesta no tardó en llegar.
Fue Hernán Barcos, goleador del equipo masculino, quien se comunicó directamente con la mamá de Kendra para hacer las gestiones. “No te preocupes, vamos a coordinar para que su hija pueda ir a un entrenamiento”, le dijo el delantero argentino. Tras un par de llamadas y mensajes de whastapp, se pactó la fecha y hora de la visita.
El último martes fue uno de los días más felices en la vida de Kendra. A las 9 de la mañana llegó a la cancha auxiliar del estadio de Matute, donde las chicas del equipo femenino entrenaban por última vez, antes de viajar a Ecuador para disputar la Copa Libertadores. La pequeña rio, lloró de emoción, se tomó fotografías y le firmaron autógrafos. “Nunca me olvidaré de ese día”, cuenta la niña.
Como bien dijo Sandy Dorador, baluarte de este equipo bicampeón, en un mensaje dedicado a las niñas de hoy: “los sueños se cumplen”. //
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