Nora Sugobono

Esto es algo que Anahi de Cárdenas no sabe. Ocurrió en una fiesta de Año Nue­vo en 2008 o 2009, cuando nos cruzamos en la puerta del baño de una discoteca. Ella, bastante famosa y bonita a rabiar, se detuvo a decirme –sin siquiera conocerme– que le gustaba mi vestido. Una frase quizá trivial, cortés si se quiere, pero son pocas las personas que expresan amabilidad solo porque sí.

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