Andrés Wiese hoy.
Andrés Wiese hoy.
Giancarlo Aljovín

Para muchos de sus seguidores –contados por miles en IG, el nuevo termómetro del calor popular– es ya el rostro más bello del planeta. Pero (Lima, 1983) se siente uno más, como aquella vez entre miles de fanáticos en un parque de París, donde se emocionó al ver de cerca a ídolos como Lionel Messi o Ter Stegen. Muchos solo ven al personaje –al recordado ‘Ricolás’–, al hombre que ya supera en votos a Brad Pitt en este concurso de los 100 rostros más bellos del mundo 2020, realizado por la organización TC Candler & The Independent Critic. ¿Qué hay detrás de Andrés Wiese?

Chris Hemsworth, William Levy, Chris Evans, David Beckham. Estás en una lista que contiene al 0,0003 % de hombres del mundo. ¿Cómo entiendes eso?

Es bien raro, divertido e inesperado. No me lo creo. Me parece que un grupo de fans muy amoroso me propuso en ese sitio [TCCANDLER]. Me acuerdo de que me levanté una mañana y había una cantidad de mensajes que no era normal. Esa página me había enviado un DM y cuando la revisé bien, vi que tenía en ese momento 800 mil seguidores –ahora ya están en el millón– y en su correo me decían que fui prenominado y que era el primer peruano en esa lista. Eso es lo genial, más allá del concurso.

¿Cómo es tener uno de los rostros más bellos del mundo?

Es como una gran historia para mis nietos. No me considero para nada lo que están diciendo. Soy un chico normal, un pata más, que actúa, a quien le gusta su trabajo, que trata de reinventarse, cariñoso, futbolero. En mis ‘pichangas’ de los domingos tienes para escoger a 10 ‘Ricolás’ más.

¿Con qué podrías comparar lo que siente un actor en la tarima?

Con el fútbol. Son espectáculos y hay mucha energía. Recuerdo en Full Monty, la escena del baile final, la histeria, los gritos, parecía un concierto de rock. Era una locura. Eso, multiplicado por bastante, es lo que debe sentir un futbolista cuando mete un gol o canta el himno.

MIRA: Restaurantes: 10 consejos para que los negocios gastronómicos sobrevivan a la crisis del Covid-19
MIRA: Mónica Lanchipa, la docente de Tacna que da clases por Facebook, WhatsApp y Tik Tok

En El secreto de sus ojos, hay una famosa frase: “Se puede cambiar de todo: de casa, de familia, de religión, de Dios, pero no de pasión”…

No se puede cambiar ni de pasión ni de equipo. Mi amor por Universitario nació un domingo de 1992, cuando entré al cuarto de mi abuelito. Se jugaba un clásico. Justo anota la U, el gol fue de Juan Carlos Letelier. Mi abuelo me preguntó cuál quería que gane y le dije el que acaba de meter un gol.

¿Cuál es tu primer recuerdo con el fútbol?

Fue en la final del Mundial de Italia 90. En el penal de Andreas Brehme, mi abuelita –a quien le encantaba el fútbol, como a toda mi familia– me dice que el alemán que marcó el gol del título se llamaba como yo (“Andreas” en alemán es “Andrés”) y era el número 3, el cual es mi dorsal cuando juego.

“LA ACTUACIÓN ES UNO DE LOS RUBROS MÁS GOLPEADOS EN ESTA CRISIS, PERO HAY QUE APRENDER A ENCONTRAR OPORTUNIDADES”


Andrés Wiese, actor.

EL DÍA QUE MARCÓ A FARFÁN

Eres defensa. ¿Esa fue tu primera posición?

De chico empecé de arquero. Mi entrenador era Víctor ‘Chino’ Rivera y me coloca de suplente. Un día nos aconseja jugar en un puesto en el que nunca hayamos estado y me puse de central. Comencé a disfrutar siendo líbero y luego jugando con dos centrales. Sé anticiparme, moverme y tengo dos gotitas de Puyol, porque si tengo que tirarme y romperme un diente, lo hago.

¿Quiénes formaban tu equipo?

George Forsyth fue mi arquero. Hacía dupla con Renzo Revoredo cuando recién empezaba y Manuel Barreto era mi delantero. Recuerdo una sub 15 (por el club Germania) en la que me tocó marcar a Jefferson Farfán, muy difícil porque me ganaba en piques. Yo corría detrás de él, tratando de llegar, y Jefferson con la pelota dominada era más rápido que yo.

¿Qué te ha costado jugar de esa manera al fútbol?

Tengo prohibido jugar cuando estoy en temporada de teatro. Recuerdo que en mi primera obra, a cuatro días del estreno, me rompí el pie y debieron reemplazarme. En Al fondo hay sitio me pusieron yeso y lo justificaron en la historia.

¿Qué se siente que, sin ser futbolista profesional, la hinchada del equipo de tus amores coree tu nombre?

Recuerdo que fue en un clásico en el Monumental. Nos ubicamos en el palco de un amigo que estaba sobre Norte. Alguien me reconoció y gritó ‘Ricolás’. Pensé que me iban a molestar, pero me di cuenta de que todos estábamos de crema y besé el escudo. Luego de eso, justo iba a entrar la Trinchera y, utilizando el bombo, la gente comenzó a gritar: “Ricoláas… Ricolás… Ricolás”. Fue algo inolvidable, quizá de los momentos más bonitos de mi vida. El fútbol te regala esto.

Andrés Wiese. "Mi amor por Universitario nació un domingo de 1992, cuando entré al cuarto de mi abuelito. Se jugaba un clásico. Justo anota la U, el gol fue de Juan Carlos Letelier".
Andrés Wiese. "Mi amor por Universitario nació un domingo de 1992, cuando entré al cuarto de mi abuelito. Se jugaba un clásico. Justo anota la U, el gol fue de Juan Carlos Letelier".

El aislamiento ha hecho que el fútbol y las artes se junten: la gente los extraña. ¿Se puede vivir sin ambos?

Se puede sobrevivir sin fútbol, se puede sobrevivir sin arte, se puede sobrevivir sin espectáculos. Creo que en algún momento todo se normalizará y si tenemos que ir a un partido con mascarillas, lo haremos. Pero no se va a poder vivir sin fútbol o sin el arte: son un desfogue necesario para la gente.

En el reinicio de la Bundesliga vimos los estadios vacíos. ¿Imaginas las butacas vacías en el reinicio del teatro o el cine?

El futbolista juega mucho con la energía que hay en un estadio, pero puede desenvolverse sin público también. A diferencia del fútbol, veo muy difícil hacer una obra de teatro sin público o con poco aforo. Nosotros, cuando estamos contando historias, necesitamos del público. No veo viable cómo mantener estas ficciones vía Zoom o desde su casa; aunque me parecen muy bien, porque hay que adaptarse a esta situación.

Hay muchas personas del arte en una situación muy difícil en esta emergencia…

Lo más loco es que lo que más se consume en este encierro son series o películas, nuestro trabajo, y no solo me refiero a los actores, sino a la labor de todos los que trabajan en esta industria. Lo que tengo claro es que hay que adaptarse, es una pausa, pero todos los que estamos involucrados en esta labor somos conscientes de que esto tiene para rato. Es uno de los rubros más golpeados en esta crisis, pero hay que aprender a encontrar oportunidades.

Has ingresado a un negocio con tu padre: Las Kombuchas.

Es un mundo nuevo por explorar. En España me había empapado un poco del tema, pero no sabía mucho hasta que decidí meterme de lleno. Y, de verdad, es una maravilla: es una bebida medicinal. Esto es una movida a nivel mundial y es conocida como la bebida de los millennials. Hoy la gente tiene más conciencia de lo que se mete al cuerpo. Este proyecto me emociona mucho y agradezco que pueda distraerme y trabajar en algo, mientras que la actuación está en pausa.

Wiese y su nueva faceta: la cocina.
Wiese y su nueva faceta: la cocina.

COCINERO AMATEUR

Eres un boom en redes. ¿Siempre te ha gustado la cocina?

Desde chico he visto programas de cocina, porque me entretienen. Una de mis películas favoritas es Ratatouille, cuyo mensaje es que cualquiera puede cocinar. Yo no hacía más allá de una pasta, pero la necesidad me animó a explorar. Ahora es una forma de relajarme, ha sido un respiro.

¿Qué es lo que más disfrutas de cocinar?

Disfruto todo, hasta romper las galletas de vainilla para una base de un pie; es como volver a ser niño y jugar con plastilina. Soy empírico, simplemente me afano y le pongo harto cariño. Me he convencido y demostrado que si vences la flojera y le metes cariño a lo que haces, siempre te va a quedar bien, hasta lo quemado.

Quizás el momento más amargo de la cocina se dio con los comentarios a una de tus fotos con un postre. ¿Cómo hacer que el acoso deje de estar normalizado?

Hace muchos años a raíz de la serie y del personaje – sé que para la gente probablemente seré Nicolás para siempre – se han dado muchas bromas. Yo me he reído de eso. En un momento se comenzaron a exceder los comentarios. Al principio me daba risa, como a todos, pero ya cuando se vuelve sistemático, comienza a cansar. Al final me di cuenta de que si seguía callado, es como si yo me estuviera haciendo el de la vista gorda y que me gusta, cuando es todo lo contrario. Con el postre de las tres leches ya fue demasiado: una mañana me comienzan a etiquetar en mi cuenta personal. Pensé: si esto ya está viralizado, hablo ahora o me vuelvo a quedar callado y la gente va a seguir. Traté de ser lo más claro posible, partiendo de exigir respeto para todos y que la gente entienda que el acoso está mal en cualquiera de sus formas. Con la igualdad no existen feminismo, machismo o ningún ‘ismo’, esa es mi opinión. Lo que dije es que esto no era correcto y que paren con ello, porque no me siento cómodo.

¿Crees que saldremos de esta cuarentena siendo más empáticos y respetuosos?

En mi siguiente post había mensajes que empezaban: “Con todo respeto…”, “Distinguido damo...”, “No se vaya usted a ofender...”; pero ya decidí no aclarar más nada. Nunca vas a dejar feliz a todos. Yo no me he querido comparar con las mujeres, que sufren un terrible acoso desde que son niñas; por supuesto, me sumo a esa lucha, nadie merece el acoso ni la falta de respeto. Como idea final, hice este pronunciamiento porque no estaba bien, parecía normal y el respeto es para todos. Ese es mi descargo con el único fin de pedir igualdad para todos. //

¿CÓMO VOTAR POR ANDRÉS WIESE?

Está en una lista de 100, pero el Perú quiere que sea el número uno del mundo. Para conseguir que Andrés Wiese se consagre como el Rostro más Bello del Planeta debes ingresar a la cuenta oficial de Instagram de @tccandler (organizadores del certamen). Luego de ello, dale me gusta o comenta la foto del artista nacional, dado que el personaje que cuente con más interacciones en las redes sociales será el vencedor.

VIDEO RECOMENDADO

TAMBIÉN PUEDES LEER:


Contenido Sugerido

Contenido GEC