El seleccionado nacional y volante de Sao Paulo, fue distinguido por la Municipalidad de Trujillo como hijo predilecto de la ciudad y recibió las llaves de esta. (Foto: Johnny Aurazo)
Christian Cueva
Miguel Villegas

Se iba a llamar María Fátima Margarita y la iban a vestir de rosa.

Maqui acababa de entrar a sus años más felices de la maternidad y Luis todavía era el 10 de rulos en el club Pedagógico Huamachuco. Maqui es la mamá de . Luis es el papá. Los dos querían ser padres nuevamente. Los dos, la familia Cueva Bravo, estaban enamorados. Los dos sabían que si la familia crecía tenían que gastar menos y trabajar más. Los dos le pedían a Dios que el nuevo bebe tenga la sonrisa sencilla de él y los cabellos dóciles de ella. Los dos soñaban con que, si era mujercita, se iba a llamar María Fátima Margarita y le iban a comprar todo el ajuar para recién nacido del color que es tradición en provincia para niñas, rosado bajito. Para el caso, regalo esforzado de quien te ama antes de nacer, papá Luis cruzó la frontera hasta el Ecuador con tal de comprar los ropones, las medias, el juego de cama y el primer vestido de muñeca para la nueva heredera.

Nada es imposible para unos padres que esperan a su princesa.

La ecografía de los ocho meses, un mes antes de la fecha programada del nacimiento, confirmó la gran noticia para la casa. Así lo recuerda Maqui Bravo, la mamá de Christian Cueva que aún hoy lo llama “Mi pequeño”, con humor e inocencia, con el tono con quien solo sabe agradecer a Dios. Sin embargo, había que esperar una sorpresa.

—Y el que vino fue mi Christian. ¡Ya teníamos todo comprado y era hombrecito!”, dice Maqui, emocionada, cuando recuerda esos días de inicios de los 90. Cuando piensa en lo feliz que uno debe ser cuando toca la puerta de casa una grata sorpresa. La mejor visita.

Christian Cueva nació el 23 de noviembre de 1991, Huamachuco, La Libertad. Es un distrito de la provincia andina de Sánchez Carrión, a unas 3.5 horas de Trujillo. Nació así, con esos ojos saltones y esos dientes pelados. En la barriga, pateaba duro. Quizá fue la única señal que, tantos años después, los padres del volante de la selección peruana que clasificó al Mundial de Rusia 2018, reconocen como mandato divino pese al diagnóstico de los médicos. No vino María Fátima Margarita para que la familia crezca. En cambio nació Christian Cueva, ‘Cuevita’, el enano de Huamachuco, en La Libertad, el crack de los pases mágicos y los movimientos de bailarina, los destellos de quien ha nacido para ser la figura, el hombre de los flashes; la vedette.

Porque pese a los guiños de su biografía, los errores propios de la juventud, los tropiezos naturales de un futbolista que se atreve, Christian Cueva es eso: un hombre de los flashes. Aunque le cueste. Depende de él estar más en el póster: del meme se ocupan varios ociosos.

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