Rita Suaña (45) tiene un talento innato. Su madre le enseñó a bordar y a los 12 años ya estaba haciendo artesanías. Productos que eran ofertados a todo aquel que visitaba las islas flotantes de los Uros, en Puno. Tiempo después, la entonces muchacha de 25 años salía a capacitar a mujeres de otros distritos y provincias. “Siempre me ha gustado enseñar. En tierra firme, tienen el material para poder hacer buenos productos, pero no saben cómo elaborarlos ni cómo innovar. Hay cosas que se aprenden en la escuela de la vida, donde día a día ves la necesidad”, cuenta la ahora maestra artesana, al otro lado de la línea, en una comunidad a más de 3 810 m.s.n.m.
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Entre los sectores golpeados por la expansión del coronavirus está el turismo. El principal ingreso económico de la comunidad natal de Rita viene, precisamente, de ese sector. En estos meses de aislamiento social obligatorio, su situación ha cambiado drásticamente. “Las mujeres son las que más sufren porque tenemos que ver cómo alimentar a nuestros hijos, el tema de sus estudios y cómo sobrevivir a este contexto. Prácticamente se nos cerró todo porque la población de los Uros vive del turismo. (…) Para ir a la ciudad, nos piden los barbijos y como se ha vuelto una necesidad fuerte, se me ocurrió hacer uno con bordados”.
Los bordados coloridos con forma de flor tienen el objetivo de alegrar, al menos por un instante, a quien use la mascarilla. Además de eso, decidió reunir a las mujeres de su comunidad para que sumen en este emprendimiento. Empezó con 12 mujeres. “Entre tanta tristeza, bordar las flores es una emoción”, agrega Rita. El panorama iba cambiando. Se estaban sumando más personas. La semana pasada, el grupo bautizado como Qota Tika (Flor del Lago) tuvo 78 integrantes. “Para mí es como un sueño hecho realidad de que podamos continuar con las artesanías. Me siento feliz que una iniciativa como esta haya nacido de una mujer. Las mujeres podemos seguir adelante y llegar mucho más alto”.
En el camino, cuando se les ocurrió ofertar sus productos por Facebook, apareció la asociación Vientos de Paz y Esperanza, quienes realizan la entrega de los artículos en Lima. “Nunca habíamos pensado vender mediante redes sociales. Nos emocionó mucho el primer pedido. Podemos tener un sol para nuestra familia. Me alegra mucho que se sumen muchas mujeres solidarias en estos momentos muy difíciles que estamos pasando”. Las tejedoras, además, se capacitan constantemente en técnicas de bordado para así tener acabados de mejor calidad.
Puede encontrarlas en Facebook e Instagram como @FlordelLagoEmprendedoras, donde muestran la variedad de productos que realizan, como mascarillas, cojines, centros de mesa, vinchas y correas bordadas, entre otros.//