La última gran crisis histórica que el negocio familiar de los Rosselló viene superando es la pandemia por el nuevo coronavirus. Hoy se encuentran en mejor situación que en junio, recuperándose del golpe que les propinó el cierre del mundo. Afortunadamente, pues experiencia en surfear tsunamis tienen. Aquella que se han ganado al permanecer 150 años en el mercado de los acabados como el mármol, las piedras naturales y los mosaicos, entre otros. Así, lucharon con éxito por subsistir durante la guerra del Pacífico, la recesión económica de la década del 30, el terrorismo. El tiempo lo explicaría. En la genética de las seis generaciones que han dirigido la empresa perduran dos virtudes que son esenciales para estar vigentes: visión y entusiasmo por el cambio.
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