Los medios ante el virus: seis periodistas revisan lo bueno, lo malo y lo incierto en tiempos de pandemia

¿Cuál es la peor y mejor noticia vinculada a la pandemia originada por el coronavirus? Hugo Coya, Juliana Oxenford, Julio Lira, Pedro García, Paola Ugaz y Jaime Chincha le responden a Somos.

Hugo Coya, director general de Del Barrio Producciones

Creo que la mejor noticia es aquella que aún no ha sido anunciada y todos estamos esperando con ansias: el descubrimiento de la vacuna. Será la más importante para los seres humanos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial por las evidentes implicancias que esta pandemia ha tenido en todos los ámbitos de nuestra existencia. En contraste, la peor noticia es la muerte diaria de personas por el virtual colapso del sistema de salud. Es una muestra palpable de que la salud nunca fue una prioridad en el país y ahora pagamos las consecuencias, especialmente los pobres.

Julio Lira, director periodístico de Gestión

La mejor noticia ha sido la decisión que se tomó -por idea de la Beneficencia de Lima- para recoger a las personas que viven en el abandono en el Cercado y ubicarlas en un centro de refugio en la Plaza de Acho. Es una muestra de humanidad para los peruanos de los cuales nadie se ocupa en el quehacer diario. De otro lado, la peor noticia es comprobar la situación calamitosa de la infraestructura de salud y la insalubridad. El descuido y las malas políticas de varias décadas hoy lo estamos sufriendo. Si después de la pandemia no asumimos como país la tarea de revertir esa situación de forma urgente, significa que no aprendimos nada.

Juliana Oxenford, conductora de Al estilo Juliana

Las peores noticias son las de todos los días. El número de contagiados continúa en aumento, tenemos un sistema de salud que se ha desbordado hace rato y que muestra además lo precario que somos como país para prever situaciones de esta naturaleza. Ver a pacientes que hacen cola en el hospital Almenara, gente que se muere en Loreto y cuerpos apilados en la morgue; esas serán para mí siempre la peor de las noticias. Y la mejor noticia es esa que sigo esperando con fe y esperanza: que alguien llegue con el sobrecito mágico diciendo que por fin se halló la vacuna. Pero para eso va a pasar bastante tiempo.

Pedro García, reportero y conductor de Movistar Deportes

La mejor noticia es el papel que viene cumpliendo nuestra tan desprestigiada policía. Me emociona ver cómo se fajan todos los días, arriesgando sus propias vidas. Lo otro positivo es que esta pandemia nos viene enseñando, con dolor, que lo importante no es lo material, sino los afectos. Ha sido doloroso aprenderlo de esta manera, pero hoy sabemos el exacto valor de la cercanía, de los abrazos. Y la peor noticia es la recesión que se avecina, las deudas que se acumulan, los negocios congelados. Cuando se supere todo, el panorama económico va a ser terrible. Para mí esa es la peor noticia, después de la muerte diaria de tantos peruanos.

Paola Ugaz, corresponsal en Lima del diario ABC

La mejor noticia es la que se construye día a día gracias a la solidaridad y al trabajo de aquellos que son indispensables en los días interminables de pandemia: las mujeres y hombres que recogen la basura en las calles en la madrugada; las enfermeras y enfermeros que nos atienden en los hospitales; los bomberos y bomberas que nos atienden apenas hay una emergencia y los policías -hombres y mujeres- que nos cuidan. La peor noticia podría convertirse en una gran noticia si todos como ciudadanos pedimos, cuando pase la pandemia, que el apoyo del Estado a la ciencia, tecnología, salud y educación sea cambiado en 360 grados, por ende redoblado; y ahora sí en el futuro, podamos responder como no podemos responder ahora a la crisis causada por el coronavirus luego de 30 años de cero apoyo a la universalidad de la salud, ciencia, tecnología y educación.

Jaime Chincha, conductor de RPP Noticias

Pese a ser una pandemia aún incontenible en el mundo entero, es posible rescatar cosas magníficas, sorprendentes. El contacto desde la radio con los oyentes, con un sinfín de interrogantes y válidas preocupaciones, ha sido una experiencia única para mí. Cada agradecimiento al terminar sus llamadas, sentido y sincero, es algo que difícilmente olvidaré por el resto de mi vida. Lo peor fue recibir información extraoficial de cientos de migrantes caminando de Lima a Ucayali, con policías sin una orden del comando ante un hecho tan grave y tan sensible. El gobierno quedó expuesto sin un plan, sin inteligencia que haya podido advertir desplazamientos entre regiones.

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