Hay un pasaje que marcó a Fernanda Kanno y se remonta al 2014, cuando trabajaba junto a Rebeca Escribens en un programa de televisión. “Todo el mundo esperaba que naciera una rivalidad. Actuamos como aliadas, nos apoyábamos y hasta nos vestimos iguales. Eso mismo debería pasar en toda la sociedad. Las mujeres no debemos vernos como competencia, sino como grandes aliadas”, cuenta durante una charla, pero de eso hablaremos más adelante. Fue gracias a esa experiencia que entendió la importancia de la sororidad.
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La periodista y piloto profesional protagoniza el primer episodio de Compartiendo Sabiduría, una plataforma de Tottus para contribuir con el empoderamiento de la mujer. “Todo lo que ha vivido una persona, puede servir a alguien más. Estemos abiertas a compartir nuestras experiencias, a no quedarnos calladas, a hablar acerca de lo que nos preocupa, de lo que nos gusta y lo que no, a hablar de lo que pensamos. Eso puede servirle a alguien y puede ayudar a cambiar su vida”, adelanta.
Empiezas esta charla hablando de la sororidad. ¿Estabas familiarizada con esa palabra?
Conocía de este tema hace mucho tiempo, pero lo que sí me sorprendió es lo poco que se conoce en nuestra sociedad. Cuando se lo comento a amigos o personas cercanas, el 90% de ellos no sabe de qué se trata. Incluso hasta es una palabra complicada de pronunciar: sororidad. Sin embargo, hay muchas formas de llamarlo. Hablar de sororidad es hablar de la solidaridad o complicidad que debe haber entre las mujeres para lograr un fin común.
Concepto que pareciera difícil aplicar…
Acuérdate que la sociedad nos enseña desde chiquitas a hacer todo lo contrario; se piensa que las mujeres siempre nos envidiamos entre nosotras. Nos hacen competir desde chiquitas por tonterías como quién es la más bonita… Esto de la sororidad lo aprendemos cuando empezamos a tener relaciones más cercanas con otras mujeres. Lo triste es que practicamos la sororidad solamente entre (y para) algunas. O sea, soy sorora solamente con mis amigas, pero cuando viene otra chica que no conozco, entonces ahí se me olvida todo. Deberíamos empezar a practicar la sororidad entre todas y no solo con mujeres que conocemos.
¿Viviste esa comparación en casa?
No, nunca existió. Tampoco lo viví en el colegio. Pasa que mi personalidad es diferente, siempre fui muy polite para estas cosas. Para mí no existen cosas de varones y de mujeres, existen cosas de personas. Siempre tiendo a no separar ningún tipo de comportamiento entre hombres y mujeres. Para mí la igualdad es eso.
Y lo demostraste cuando participaste en el Dakar, un tema que no debería ligarse solo con varones
Con este tema del Rally Dakar, mucha gente me preguntaba -y me siguen preguntando- sobre el machismo en el automovilismo y si lo había sentido alguna vez. Yo les digo que sí, que de repente sí, pero también les reitero que yo para víctima no nací. Si yo conocí en el Dakar a 150 personas, y entre ellos hay 20 tontos que son machistas, no me considero víctima de esos 20. Más bien me considero aliada de los otros 130. No dejo que esas cosas me afecten. Sin embargo, sí entiendo que el machismo y la desigualdad entre los derechos existe, y es terrible.
¿Crees que movimientos como el #MeToo (#YoTambién, 2018) han ayudado a poner la sororidad sobre la mesa?
Tuvo impacto. Muchas no conocíamos a las chicas que motivaron todos esos movimientos. Sin embargo, todas usamos nuestras redes de una u otra manera, para apoyarlas. La sororidad va más por el hecho de reconocernos entre todas nosotras, reconocer que somos mujeres, que tenemos los mismos problemas y que si no los tenemos, igual nos podemos entender y nos podemos ayudar. Mira lo que pasa en la calle: cuando pasas por un lugar peligroso o estás en una discoteca, siempre nos pegamos a otra mujer. Incluso cuando queremos preguntar algo en la calle, buscamos a una mujer.
La pandemia, pese a los estragos que ha traído consigo, ¿ha ayudado a practicar más la sororidad?
En estos momentos en los que estamos solos y encerrados; en los que cada uno está con problemas, todos necesitamos a alguien. Las mujeres no han dejado de sufrir violencia. Es el momento de decirnos entre nosotras “oye, cualquier cosa aquí estoy. No puedo hacer mucho, pero por lo menos te puedo escuchar”. El hecho de ser mujeres que estemos pasando por lo mismo, hace que tengamos los mismos miedos, las mismas reacciones y los mismos temores. //
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DATO
Compartiendo Sabiduría es una plataforma digital creada por Tottus que tiene como objetivo empoderar a las mujeres peruanas a través de testimonios y experiencias de vida que las inspiren a estar mejor consigo mismas. El testimonio de Fernanda Kanno forma parte del primer capítulo
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