Tiene un trabajo envidiable: acompañar a la selección. En Lima, en provincias. En Quito, en Nueva Zelanda. En Moscú. En vivo y ahora por Zoom. Se llama Ernesto Carpio Tirado, digamos, lo que consigna su DNI. En el medio deportivo local es mejor conocido como Mago Plomo. Si hay una forma de definirlo es así: ha combinado el entretenimiento -la magia- con el fútbol, también el análisis, y a partir de ese combo ha roto el hielo con los futbolistas. Como él nos cuenta, haber sido futbolista le da esa sapiencia para poder entender al jugador de fútbol en un país tan difícil como el Perú.
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Él hace una pausa a sus actividades y le cuenta a Somos sobre su infancia, cómo se inició en la magia y qué futbolistas de la selección peruana están interesados en seguir su camino.
—¿Cuéntame como nace tu interés por la magia?
La magia llegó a mí por casualidad, yo ‘estafaba’ a la gente jugando póker (se ríe) y ahí sabía manejar las cartas. Un amigo me enseña un truco y me llamó un montón la atención. De ahí aprendí otro y otro truco, empezando a usarlo en mi repertorio. En ese momento ya hacía entretenimiento, realizaba unas animaciones, transmisiones y cosas. La magia me pareció una herramienta excelente para sumarle.
—¿Qué edad tenías cuando jugabas con las cartas?
Tenía 19 años. El mismo año que dejó el fútbol es el año que empiezo a hacer magia.
—¿Fuiste futbolista profesional?
Así es. Yo estaba en el equipo profesional del Ciclista Lima y fracasé en el fútbol. Es así que me encontré con la magia.
—¿En qué posición jugabas?
Es un caso raro porque yo estaba en el primer equipo de arquero, pero un montón de veces jugaba de volante. De hecho en reserva de ese año juego algunos partidos de volante y otros de arquero. En cambio, en la Sub 20 había jugado todo el campeonato de arquero con el Ciclista Lima. En verdad, yo soy arquero, a veces me usaban de volante, pero con tal de jugar lo hacía.
—¿Con quienes hiciste mejor relación en Ciclista Lima?
Con el que mejor relación tenía era con el ‘Muñeco’ Fernández, que siempre fue muy buena onda conmigo. Es más, a veces habló con él todavía, nos hemos encontrado varias veces. Después habían chicos que subieron conmigo como Toño Taboada y Carlos Passara. Ellos duraron un poco más tiempo que yo, pero tampoco hicieron una carrera importante en el fútbol.
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—A la par de la magia. ¿Estudiaste alguna carrera?
Yo hago entretenimiento. Estoy en Doble 9 desde hace 27 años. Yo entré a la radio cuando tenía 16 años a hacer mi programa donde hasta ahora estoy con el programa de rock de lunes a viernes de 11:00 a.m. hasta la 1:00 p.m. Empecé a animar eventos también por ahí, a esa edad y contar chistes, a los 18 años. Yo veo a la magia como una herramienta que metí a mi forma de trabajar. Pero la magia al ser tan increíble, sorpresiva y emocionante, sé terminó convirtiendo en lo más importante que todo lo demás. Yo me defino como un entretenedor, de hecho en el programa que hacía con César Vivar, yo era el presentador del programa. A mi me encanta el fútbol, pero siempre digo que yo no soy periodista ni analista. El Fuera de Lista es un programa que si bien me toca hacer entrevistas a jugadores y cubrir los partidos, sí tú ves el contenido, es totalmente distinto a lo otro porque yo busco otro lado de la noticia.
—¿A algún futbolista le has enseñado magia?
Sí, algunas veces le enseñé un par de trucos a André Carrillo, a Paolo Guerrero también le enseñé un truco hace tiempo, nunca lo aprendió a hacer creo. Carlitos Zambrano también sabe hacer trucos, les gusta mucho y le he enseñado un par. Si me piden yo les enseño, no tengo ningún problema.
—¿Qué tal le va con los trucos a Carrillo y Zambrano?
A Zambrano le va muy bien con las cartas. A Carrillo le va bien con otros tipos de trucos con otros elementos de repente.
—¿Con qué elementos le va bien a André Carrillo, por ejemplo?
De hecho hay un capítulo del Fuera de Lista donde André hace un truco muy bueno con un tenedor y una servilleta. Si lo buscas lo encuentras en YouTube. Ese truco le sale muy bien, lo tiene dominado. En realidad le gusta la magia, le llama la atención y algunos se animan.
—¿Algún jugador te dijo que le dieras clases porque quería ser mago?
Clases no ha tomado nadie todavía. Les he enseñado alguna vez un par de trucos. El único que me ha dicho oye: “Oye, cómo hacemos para que me enseñes”, es el León Carlos Zambrano. Pero justo cayó la pandemia y quedó en nada. Es algo pendiente: en cualquier momento me voy a Argentina y le hago un taller o cuando él esté acá en vacaciones le daré clases. Es interesante formar a alguien que no es mago y debe ser bien bacán.
—¿Uno tiene que tener talento para la magia o puedes ser mago con la práctica?
Te vas haciendo con la práctica. Para ser un buen mago, yo creo que tienes que tener lectura de la gente, tienes que ser intuitivo, empático y tienes que mirar los desafíos y problemas desde afuera. Tienes que ser perspicaz, hay un montón de cualidades. Yo creo que esas cualidades siempre las tuve, pero lo que pasa es que cuando me di cuenta que todas esas cualidades las podría convertir en un truco de magia o generar una emoción en la gente, el gancho fue inmediato. Entonces, yo hasta los 19 años no había prestado atención a un truco de magia, jamás, me parecía aburrido. Nunca había visto un show de magia. Obviamente siempre fui un mago rebelde, distinto, diferente porque ese es mi estilo de hacer las cosas. Mi programa tú lo ves y no creo que hayas visto algo parecido nunca, te lo digo humildemente y a mí me gusta presentar mi sello, hacer algo diferente, darle la vuelta. Es algo que a mí me apasiona, no caer en lo mismo de siempre.
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—¿Cómo aprendiste magia?
Primero fui un mago de la calle, un mago autodidacta y luego conocí a Guillermo Carranza, quien fue mi maestro. a quien le estoy totalmente agradecido. Siempre digo que le debo la vida a Guillermo, él me hizo mago de verdad. Entonces, Guille, más conocido como el mago Khalid que ya está retirado de la magia. Es una persona mayor, pero siempre lo llamo, trato de verlo y estoy ahí. Soy un convencido que uno tiene que ser un agradecido a las personas que te ayudan y a los maestros. Por eso, si lees algo de mí vas a ver que siempre le agradezco a Jaime Duarte, Víctor Rivera, Guillermo Carranza, Santiago Pérez, gente que en momentos claves de la vida, me ha llevado, acompañado y me enseñaron algo.
—¿Crees que la magia ha sido un punto a tu favor para llegar al entorno de la selección?
Claro pues. La magia es una excelente forma de entrar. Es una buena forma de romper el hielo. Seguro que no es lo único, pero es una herramienta importante y llamativa. Después tú puedes ser un mago y no tener llegada, afinidad o empatía. Yo creo que haber jugado fútbol. así haya jugado un poco y así haya fracasado, te da un código de camarín. te da un código de como tratar a los jugadores y como respetar los espacios. Eso cualquiera que haya jugado juvenil lo sabe y eso no se olvida, se vuelve parte de ti y los jugadores se dan cuenta. Además, cuando yo entro al grupo en el 2015, tengo que agradecerle a Carlos Lobatón, Claudio Pizarro y Nolberto Solano, quienes ya me conocían, pues Ñol había jugado conmigo varias veces al igual que Claudio y como que me avalaron, me dieron un empujón: “Oe, este pata algo ha jugado”, decían. Por eso, no me ven como un periodista, que si bien es cierto es una ventaja. No trato hablar mal de los periodistas con eso, sino que el jugador ante el periodista como que se cuida más, como que tiene un poco más de recelo, que es normal, natural.
—Pero, ¿cómo conoces a Nolberto Solano y Claudio Pizarro?
A Ñol lo conozco porque hemos jugado fulbito varias veces. En una época cuando yo tenía 17 años hasta los 21 años, teníamos un grupo con el que siempre nos poníamos a jugar. Por ejemplo estaban El Pato Quinteros, Pancho Hernández, Martín Hidalgo. Después Ñol se casó con Claudia y yo la conocía a ella. Entonces, siempre estuve cerca a su entorno. Incluso por ahí hubo algunas apuestas por ahí, lo que se le conoce como las estafas. Él me jalaba para su equipo, yo lo jalaba para el mío. Claudio es un año menor y nos hemos cruzado en algunos partidos de juveniles o reserva. Además, Claudio su padre, quien jugaba muy bien. Para varios ‘tíos’ ¿no? dicen que el papá jugaba mejor que el hijo, pero eso siempre se dice, es una leyenda del fútbol. El papá de Claudio jugó con mi viejo y yo ya lo conocía a su hijo porque me había cruzado en AFIM y torneos juveniles.
—¿Cómo es tu relación con Ricardo Gareca?
Tengo una excelente relación con Ricardo. Con él hablo, no te voy a decir todos los días, pero siempre nos comunicamos. Nos tenemos mucho respeto. Yo le estoy eternamente agradecido no solo por lo que ha hecho con la selección sino porque siempre me ha tratado con cariño y respeto. Hemos conversado un montón del fútbol y la vida. Es una persona con quien tengo una buena relación y le encanta la magia. Siempre que lo entrevisto me pide un truco y cuando me he encontrado con su familia también le he hecho un truco a su esposa o hijos. Ricardo es un tipo respetuoso y tranquilo. Para mí es lo máximo estar alrededor de la selección que nos llevó a un Mundial, poder conversar con ellos y poder tener la libertad de enviarle un WhatsApp y que inmediatamente me conteste y ponernos a conversar, la verdad es una bendición, así yo me siento yo. Imagínate abrirme la puerta de su lugar, ese sitio donde no entra nadie. Si a ti te abren una puerta y tú no la sabes mantener abierta desperdicias una oportunidad, pero si sabes comportarte, ser respetuoso, sabes cómo manejarte, pues es una puerta que te van a poder abrir varias veces. En la vida te dan la oportunidad depende de ti si lo sabes aprovechar. A veces leo en redes leo que dicen: “Qué suerte” y yo digo: “Un toque, este es mi chamba, yo me lo he ganado, no hay nada regalado. Me lo he ganado a pulso y con mi talento de presentar mis cosas, un lugar”.
—¿Te frustró no llegar a ser futbolista?
Mira hermano, yo estaba seguro que iba a ser futbolista. Ese era mi plan de vida, era lo único que quería hacer. Yo me preparé para eso y lo trabajé. El año que juego el Sub 20 con el profesor Víctor Rivera y quedamos segundos para el campeonato de la Asociación, eso para un equipo chico como ciclista era meritorio. Yo salí elegido como el mejor jugador del campeonato, el premio lo entregaba en ese entonces Radio Selecta. Te estoy diciendo un campeonato donde jugaba Andrés Mendoza, El Pato Quinteros, Marko Ciurlizza y estaba en Primera División. Yo sentía que la estaba haciendo ¿no? Circunstancias, me terminé dando cuenta que no tenía lo que se necesitaba para jugar al fútbol. Terminé dando el paso al costado porque ser futbolista es muy difícil porque no es solo jugar bien, ser futbolista es disciplina, dedicación, trabajo físico y psicológico. Después, el que no la hace fracasó, te puedo contar mil cuentos y yo escucho mil excusas. Si no la hiciste, fracasaste, punto final, no tenías lo necesario, dedícate a otro cosa. Lo concreto era que no tenía lo necesario. Lo demás queda en la anécdota y por eso respeto tanto a los futbolistas, porque sé lo difícil que es, lo complicado que es mantenerse y aguantar un montón de cosas, que a esa edad te parecen injustas y te frustran. Ser futbolista es muy difícil sino mira cuantas personas tú conoces que han querido ser futbolista y no han llegado o llegaron muy pocos.
—¿Cuéntame cómo fue tu infancia?
Mi familia es totalmente disfuncional. Mis papás se separaron cuando yo era muy pequeño. Viví en un montón de lugares. A los 3 años, me fui a vivir con mi papá solo los dos. Yo tuve una infancia bastante particular, porque por un lado con mi papá vivíamos en una casa vieja, en un segundo piso, no teníamos muchas comodidades. Yo tengo llave de mi casa desde los cinco años, pues llegaba del colegio y me iba a la calle porque mi papá trabajaba. Sin embargo, por el lado de mi mamá tenía una posición económica distinta, con un montón de posibilidades de lujos, Entonces, era un contraste ir de una casa a otra. Pero creo que fui un niño feliz, que sabía jugar sin zapatos en la parroquia de la esquina de mi casa y por otro lado, sabía comportarme en la casa de mis abuelos maternos, a que el mayordomo traiga la comida. A la vez, los padres de mi papá tenían una chacra y también paraba ahí entre la sequía y los perros. Tuve una infancia muy loca que hoy me permiten plasmar esas vivencias en los contenidos que hago. Tengo dos libros escritos donde también cuento esas cosas, A mi me gusta la infancia que tuve, soy un agradecido a mis padres, pero sobre todo a mi papá que se quedó conmigo, pues es difícil que alguien de 26 asuma la responsabilidad de quedarse con su hijo de 3 años, es algo raro. Pero la pasábamos excelente yendo al estadio, jugando pelota o haciendo campamento. Me siento una persona afortunada en cuanto a las vivencias que tengo.
—¿Dónde estaba esa chacra de tus abuelos?
Estaba en Monterrico. Ahora tú te reirás porque te preguntarás como era chacra, pero en ese momento lo era. Esa vida de los árboles de mora, de treparte al árbol para sacarte una lúcuma. De tener pollos, era otro estilo de vida.
—La pandemia fue difícil para todos, ¿Cómo has hecho magia por zoom?
Mira lo he hecho. Yo no lo quería hacer. Ha sido un mérito de mi esposa. Ella es la que me ha empujado a hacer un show virtual y practicar mis trucos frente a la cámara. Eso para mí no era algo natural y te digo que los primeros meses he renegado un montón, pero mi esposa me ha empujado a lograrlo, Ahora mi show virtual para empresas me gusta, lo disfruto, no es lo mismo que estar con la persona frente a frente. Los trucos por zoom salen dentro de lo que puede salir esta bien. Definitivamente ha sido un reto, pero lo vamos llevando con éxito, a pesar que, ya no tengo tantos shows como antes. Ya no hago teatro hace más de un año, eso para mí es bastante perjudicial no solo por lo económico sino por lo emocional. Lo que más me gusta es hacer teatro. Estoy acostumbrado a estar en el Teatro Japonés con 1200 personas es lindo. Ahora es distinto. Es difícil, pero prefiero ser agradecido concentrándome con que tengo trabajo y salud. Me ha permitido ayudar a algunas personas, creo que no es el momento para quejarnos, porque se ve tantas cosas.
Finalmente, El Mago Plomo hincha confeso de Alianza Lima celebra la llegada de la camiseta alterna que contiene la tecnología sostenible MTZ de Nike, la cual promueve la conciencia ecológica de la marca, enfocada en a convertirse en una marca sostenible con 0 emisiones. Tiene al menos 75 % de fibras recicladas, reduciendo los residuos y la huella de carbono, a fin de proteger el futuro del deporte.
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