Por Kenyi Coba
“Las Gacetas de Europa han anunciado últimamente el deplorable fallecimiento de uno de los más grandes ciudadanos que han producido las revoluciones de Sud-América. El jeneral (sic) San Martín ha muerto en Bolonia (sic) del Mar (Francia) a finales de agosto pasado, a los 72 años de edad”, es parte de la nota periodística de El Comercio cuando informó al Perú sobre el deceso del libertador, el 4 de noviembre de 1850.
El general argentino que lideró la Independencia del Perú del dominio español murió a causa de una penosa enfermedad que lo aquejaba desde pequeño. Su imagen está en todas las enciclopedias escolares, en todas las clases de Historia del Perú, en todas las láminas Huascarán. José Francisco de San Martín y Matorras, sus patillas dibujadas, su traje de militar, su sueño en la Bahía de Paracas. Una pérdida que Somos recuerda en vísperas de los 198 años del aniversario patrio.
“La noticia de la muerte de San Martín fue muy dolorosa y en ese momento, el presidente Ramón Castilla, intentó que los restos de su amigo sean traídos al Perú para que descansen eternamente. Lastimosamente, eso no se pudo”, dice el historiador Juan Fernández, consultado por esta revista.
El deceso de San Martín se conoció en Perú casi tres meses después de ocurrido. “Antes, las noticias de otros países llegaban a destiempo, eso se debía a que los escritos viajaban en barco. En Francia se le realizaron todos los honores posibles al Libertador que nos dejó el 17 de agosto de 1850”, agregó Fernández, miembro del Instituto Sanmartiniano del Perú, una institución sin fines de lucro que estudia, promueve y difunde el legado del General.
29 años después de declarar la Independencia, los peruanos no vieron imagen alguna del cortejo fúnebre, pues los periódicos de la época solo tenían cuatro páginas y no contenían imágenes. Todo era texto.
“El jeneral San Martín, siempre dominado por el noble deseo de sacrificarlo todo a la causa de la Independencia y que su nombre no fuese un pretesto de discordia en la organización de los nuevos estados Sud-Americanos, se aleja del teatro de sus hechos gloriosos y pasa a Francia en 1822. No queriendo mezclarse en las convulsiones políticas de las repúblicas del nuevo mundo”, continúa el artículo que anunció la muerte del argentino que liberó a su país, Chile y Perú del imperio español.
El querido San Martín
Pero, ¿Por qué San Martín es uno de los héroes más queridos por los peruanos? Para Fernández se debe a su lucha desinteresada por liberar al Perú pero, sobre todo, a su forma pacífica de hacerlo.
El estudioso lo describe como una "persona sencilla, que no ostentaba lo que tenía y siempre le gustaba tener perfil bajo", cualidades muy difíciles de encontrar ahora en una persona.
Eso se reflejó en todas sus acciones, pues a su entrada triunfal a Lima -después de ganar la Batalla de Pisco- no quiso fiestas ni recibimientos pomposos. Solo quería llegar a la capital del Perú.
Y así fue hasta sus últimos días, cuando dejó nuestro y regresó a Argentina para continuar su vida, pero nunca se imaginó lo que se vendría.
Al llegar a su querida Argentina, tierra que ya había liberado del dominio español, se desata una guerra política entre dos bandos. Él estaba cansado, agotado y decide dejar su país natal para emigrar a Europa.
“En Francia pasa los últimos años de su vida junto a su hija Merceditas y sus dos nietas. Jugó con ellas, las educó y sobre todo, pasó momentos en familia hasta que enfermó (sufría de diversos males, pero sobre todo gastritis) y posteriormente falleció”, agregó Fernández.
-San Martín y el Huascarán-
Casi un siglo después, en 1945, apareció una empresa que se dedica –hasta la fecha- a la impresión de láminas escolares, láminas que todos utilizamos alguna vez para graficar nuestras tareas escolares de historia, geografía o ciencias naturales.
Eran las clásicas láminas Huascarán, la primera firma que imprimió el rostro de San Martín en estas figuritas para que los colegiales las recorten y peguen en sus cuadernos.
“La imagen de San Martín fue una de las primeras que sacamos y más de 50 años después, se siguen vendiendo. En ellas está la proclamación de la Independencia, el famoso sueño de San Martín en Paracas, entre otros pasajes de nuestra historia”, contó para Somos Miguel Lora, hijo del fundador de las míticas láminas.
Lora detalló su padre, José, contrató a un dibujante especialmente para que ilustrara al Libertador. "La imagen fue inspirada en el retrato de múltiples cuadros (de San Martín) y eso quería respetar mi papá", indicó el heredero de láminas Huascarán.
Con el diseño listo, pasaba a imprimirse en planchas de papel bond para sacarlas al mercado. El detalle, no eran a colores.
“En esos tiempos eran a blanco y negro pero los años pasaron y la imprenta se modernizó. Aproximadamente en los años 70 se imprimen a colores y después en papel couché, un material que se utiliza hasta hoy día”, agregó.
Curiosamente, ese dibujo de 1945 se sigue imprimiendo -ahora- en el nuevo milenio, convirtiéndose así en un ícono de las tareas escolares y que la competencia trató de imitar.
-San Martín en la actualidad-
Si la partida de don José de San Martín entristeció a nuestros antepasados, con el correr de los años su nombre perduró e incluso hoy en día que algunas personas se llaman igual que él.
Según el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), en 2019 hay 11 personas que se llaman José San Martin (sin tilde), nombre de pila que combinan con los apellidos de sus padres.
Así mismo, existen 3619 compatriotas que se apellidan San Martin (sin tilde) y 15 San Martín (con tilde). Pero eso no es todo, pues el Reniec agregó que hay un peruano que se llama San Martín (con tilde).
Estas cifras revelan que la llama del patriotismo continúa prendida y que muchos papás deciden nombrar a sus hijos como los ilustres personajes que dejaron un hito histórico en nuestro país, un hito que difícilmente podrá ser derrumbado.