El proyecto ganador que inserta a personas con discapacidad en el mercado laboral

Cuando conocimos a Fabián Chira (29), hace cuatro años, aún vestía con orgullo los colores de la casaquilla nacional. En su papel de capitán de la primera selección peruana de fútbol de talla baja, Fabián y otros bravos como él se habían embarcado en una aventura con el balompié que los empezaba a llevar por estimulantes derroteros.

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Como la vez que se fueron a Argentina, a defender los colores del país, y aprovecharon para buscar a su ídolo, Diego Armando Maradona. Los pequeños recorrieron esa vez una ciudad nueva, tocaron muchas puertas, hasta dar con el paradero del ‘Pibe de Oro’ y conseguir que bajase de su Olimpo al lobby de su hotel para saludarlos. “¡Ustedes son casi de mi tamaño!”, les dijo el recordado diez argentino, como para romper el hielo.

El mundo parecía entonces abrírseles a los futbolistas pero la pandemia terminó de pronto con sus sueños. Las coordinaciones para organizar la segunda Copa América de Talla Baja, que se iba a realizar en Perú en octubre del 2020, debieron cancelarse. Con eso se fue un trabajo de casi un año de enviar cartas, hacer llamadas, calibrar presupuestos (hasta actores de Hollywood de talla baja habían confirmado su llegada para la ocasión).

Al poco tiempo, la selección se desbandó para cuidarse del COVID-19, que en ellos, como poseedores de una condición rara, puede ser muy peligroso. Muchos regresaron a sus regiones, pero Fabián se resistía a quedarse de brazos cruzados.

INCLULAB, por la igualdad de oportunidades

Hoy Chira es fundador y director ejecutivo de Inclulab, una consultora que esta semana quedó entre las diez ganadoras en el concurso Protagonistas del Cambio 2021, de la UPC, la misma que busca capacitar y sensibilizar a las compañías en el postergado campo de la inclusión laboral. “Las personas con discapacidad quieren trabajar en lo que han estudiado. Pero eso no ocurre con frecuencia. En el caso de las personas de talla baja, muchas veces acaban empujadas al circo o la televisión cuando no todas tienen vocación artística”, indica Chira.

El trabajo de Inclulab busca que se respete la Ley General de Personas con Discapacidad, que señala que las empresas deben contar con un 5% de empleados con discapacidad si su personal sobrepasa las 50 personas. En el caso de las empresas privadas es del 3%, pero esto rara vez se cumple.

Otro seleccionado de talla baja, Oscar Huertas (48), conocido en el ambiente artistico como ‘Yoyito’, se volcó en este tiempo de pandemia y sin fútbol a la realización de bingos virtuales y en los últimos meses a la decoración de pequeños eventos familiares con su emprendimiento Yoyito Decora. La gente lo llama, le pide asesoría y él aporta con mobiliario de fiesta, decoraciones temáticas e ideas especiales, etc.

‘Yoyo’ echa de menos los días de fútbol y de cine (ha actuado en películas), aunque reconoce que a su edad el deporte lo ve lejano. Encima, el hallazgo el año pasado de una hernia discal que requiere operación lo tiene adolorido, pero siempre con necesidad de trabajar. Su corazón estará con la selección siempre, dice al teléfono. La inclusión laboral es un derecho para las personas con discapacidad, y es una realidad que muchas veces no queremos enfrentar.

Chira cuenta que las personas con discapacidad están acostumbradas a dar entrevistas de trabajo para que luego nunca las llamen. Muchas empresas, sin embargo, sí quieren darles empleo pero no tienen el conocimiento adecuado o sus entornos preparados. Ahí es donde el trabajo de Inclulab destaca. Hace poco han insertado a dos personas con discapacidad a la empresa Softys, uno para el área comercial y otro para marketing. La misión de Inclulab es reducir la brecha entre empleadores y trabajadores para beneficio de ambas partes. //

QUÉ DICE LA LEY

Según la Ley 29973, las personas con discapacidad tienen “derecho a trabajar en igualdad de condiciones que las demás, en un trabajo libremente elegido, con igualdad de oportunidades y de remuneración por trabajo de igual valor, y con condiciones de trabajo justas, seguras y saludables”.

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De acuerdo con la Ley 30687, llamada “de Promoción de los Derechos de las Personas de Talla Baja”, se debe establecer una cultura de respeto hacia su condición física, un trato igualitario y de no discriminación. El texto alienta, además, su inclusión en los planes y programas que el Estado planifica y ejecuta.