Diana Gonzales Obando

La historia musical de Lenin no se remonta al año pasado cuando su canción “¿Imaynata?” se viralizó en redes sociales y se comenzó a hablar delpop o Q’pop en los medios masivos. Si retrocedemos más, tampoco se inició en 2019 tras lanzar su primer hit con una versión de la canción de Damaris, “Tusurikusun”, y comenzar a perfilar su éxito. La historia musical de este artista se gestó incluso antes de su nacimiento, con su madre, la cantante de música andina contemporánea Yolanda Pinares.

MIRA TAMBIÉN: Luis Miranda, el cronista que escribía con el corazón | In Memoriam

Nadie tuvo que explicárselo. Lenin conoció desde niño lo bueno y lo malo del espectáculo. “Nací y crecí en el escenario. En las peñas, mi madre me llevaba detrás para darme de lactar y luego salía a cantar. Crecí entre músicos, artistas y con la música andina de manera sumamente natural. Mis primeros cinco años de vida –tan importantes para el desarrollo de cualquier ser humano– los pasé disfrutando de mis raíces”, afirma el joven de 23 años mientras recuerda sus influencias enraizadas en el quechua de Cusco y Apurímac, en el mundo andino y en los ojos de su madre.

"Crecí entre músicos, artistas y con la música andina de manera sumamente natural"

QUECHUA, POP Y 28 DE JULIO

Alto, delgado y de sonrisa enorme, Lenin reconoce: “Tener una madre artista con tanta trayectoria fue para mí una academia. Si bien nunca me indujo a dedicarme a la música, siempre pude ver, a través de ella, que no era solo un oficio”. Para Lenin cantar sobre un escenario siempre fue cosa seria, una profesión. Le tenía tanto respeto a la palabra artista que no pudo aceptar que estaba en sus venas hasta ganar un concurso de canto en la Universidad San Marcos donde cursaba Psicología. “En ese momento, tomé la decisión de vivir con libertad”.

Pero no fue fácil. Comenzó como telonero de su mamá, cantaba cumbias y música andina de Max Castro o Antología; sin embargo, estaba inquieto. Aún no sabía lo que quería para él, pero su mente estaba planeando algo grande que no supo explicar más que con música. “Nadie sabía que yo quería hacer esta locura”. Él tampoco. Tenía miedo porque sus músicos y bailarines no lo entendían. “Necesitaba que se sientan más referencias andinas, la diablada, el charango y a los chicos no les parecía, ellos querían algo más electrónico”. Solo pudo explicarlo en la música.

Lenin fusionó algo increíble: cantó en quechua y español con el aspecto y la coreografía de un BTS. Usa instrumentos y la influencia de la música andina con un vestuario elaborado por él mismo. Se hizo tendencia en redes sociales y se convirtió en la estrella pop de las calles de Lima, especialmente de la alameda de 28 Julio, donde con solo colocar un pie pone a bailar a todos los visitantes que se congregan los fines de semana para grabar coreografías en TikTok.

Lenin Tamayo Pinares, de 23 años, está preparando un nuevo proyecto que promete sorprender. con su música, este joven peruano ha dado la vuelta al mundo. (Foto: Elías Alfageme)
Lenin Tamayo Pinares, de 23 años, está preparando un nuevo proyecto que promete sorprender. con su música, este joven peruano ha dado la vuelta al mundo. (Foto: Elías Alfageme)

“Es gratificante saber que las personas buscan un poco de mí, de mi historia y logran entender mi viaje”, afirma Lenin.

Siente que su voz es la de muchos jóvenes que no se atrevieron a enfrentarse al mundo, que como él sufrieron ‘bullying y encontraron en el K-pop un refugio cultural que lo impulsó a bailar y cantar.

“Creo que ven en mí una oportunidad, confirman que en este país es posible brillar. Tengo la seguridad de que lo que hago permite a los jóvenes abrazar una esperanza en este país. Lo hago por justicia, porque para estar acá sentado mi madre tuvo que pasar por muchas cosas”, sentencia el cantante. Yolanda Pinares trabaja actualmente con Lenin, y mientras hacemos esta entrevista no deja de grabarlo y mirarlo con orgullo.

¿Y sus proyectos? Lenin nos advierte que lo hemos encontrado en modo ‘zombie’ porque está sin dormir, preparando un nuevo proyecto junto a su equipo de músicos. “Nos encerramos para hacer música y dormimos poco”, nos dice, finalmente, con una nueva y ambiciosa ilusión. Solo quedaambiciosa ilusión. Solo queda esperar para sorprendernos nuevamente en sus redes.//

Contenido Sugerido

Contenido GEC