“Sin anestesia, la vida quizás sea más dura, pero siempre serás más frontal, más honesta y más real. Eso quiero... ¿Eso queremos?”. Estas son las frases que se leen al final de la contraportada del primer libro de la influencer y actriz Marisol Benavides (Lima, 1992), recientemente puesto a la venta. Sin anestesia. La importancia de aceptar las cosas como son y con humor ha tenido tan buena acogida en ventas que ya se ha mandado a imprimir una segunda edición. Este incluye anécdotas personales o sugerencias para llevarse mejor con uno mismo y es uno de los proyectos más importantes que ha tenido este año la también pupila de las canteras de Pataclaun y El Club de la Comedia. Somos conversó con ella y le pidió, apelando a la premisa principal del libro, pura honestidad.

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–Profesionalmente hablando, ¿tienes definido tu camino o estás en proceso de construcción?
Ya lo tengo claro, pero eso me ha costado un montón. Hoy hago lo que quiero, lo que me gusta, pero por muchos años me mentí a mí misma. Pensaba que nunca iba a conseguir mis sueños. Estudié Comunicaciones porque mis padres no querían que llevara Artes Escénicas y yo sufría cuando en la universidad veía a los chicos de esta carrera en sus prácticas. Y eso que disfruté mi carrera, pero yo quería brillar, salir en la televisión. Hasta hace pocos años creí que estaba tarde para eso, pues me había ido por otro rumbo.
Cuando empecé a intentarlo tampoco me llamaban, así que pensé que ya no la iba a hacer. En el interin me rompí una vértebra de la columna: yo bailaba desde los cuatro años y, de pronto, en mis veintes, me dijeron que no lo podía hacer más. Así que me propuse avanzar sola. Abrí mi canal de Youtube y poco a poco mi forma de pensar cambió. Fui ganado confianza en mí misma. Y estoy sorprendida porque he hecho más cosas de la que imaginé como escribir un libro. Pronto empezaré, además, a dictar en una universidad. Tengo una maestría en marketing digital que me lo permite.
–Muchos sabemos en teoría qué hay que hacer para estar mejor con nosotros mismos: ser perseverante, aprender a escucharse... eso es sugerido en el libro. Pero, ¿cuánto realmente aplicas lo que recomiendas?
Sí, es verdad que la teoría la tenemos clara, pero por muchos años yo no apliqué nada de lo que escribo en el libro. Tal vez la rotura de vértebra me cambió el chip. Fue tal el dolor que sentí al saber que no podría bailar de nuevo que me dije: “voy a tener que regalarme a mí misma otras cosas”. ¿Ahora aplico lo que escribo? Sí, mucho más. Eso no quiere decir que no me ‘bajonee’ o me ponga dramática, pero ahora sé que las crisis pasan y que siempre terminan sacando lo mejor de mí. Voy a cumplir 30, tengo algo más de madurez y perspectiva.
–El libro se llama Sin Anestesia porque, según dices, prefieres vivir en un mundo que sea brutalmente honesto. Pero, ¿cuánta honestidad bruta puedes manejar por parte de los demás? Las redes sociales pueden ser lapidantes.
En las redes hay gente que es brutalmente honesta, pero también la hay bruta. Una cosa es decir las cosas con sinceridad buscando que la otra persona mejore, pero otra cosa es tirar odio por tirar. Yo me caracterizo por ser brutalmente sincera. Cualquier amigo mío podría decirte que soy la persona más sincera que conocen. Y sí, a veces también me falta tino para decir las cosas, pero mi afán siempre va a ser aportar, no bajonear. Afortunadamente no tengo tanto hater. Y los que se ponen faltosos, los bloqueo. Para qué tengo que tolerarlos.
–¿Qué autocritica le haces a la figura del influencer? En una parte del libro escribes: “... esa sonrisa más fingida que influencer haciendo un unboxing...”?
Yo acepto las cosas con humor siempre y sé lo mucho que se burlan de los influencer siendo yo una influencer. No me alejo de la figura, yo tengo mis cosas, también hago mis unboxings, probablemente la gente me ve a mí como lo describo en el libro. Sin embargo, siempre he tratado de mostrarme como soy. No busco todo el tiempo la perfección en mis historias, salgo en pijamas, digo lisuras... así soy. Creo que por eso he hecho click con tantas personas, y tal vez por eso también tengo mis haters. Son pocos, pero son. Alguna vez me habrán tildado de creída, muy pituca… Yo soy como soy.
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–En un pasaje del libro dices que cuando se te sale la ‘pitucada’ utilizas las palabras ‘huevona’ o la muletilla ‘tipo…’. ¿Te asumes como ‘pituca’, entonces?
Sí. Si lo escribo es porque admito que se me sale lo ‘sansilvestrina’. Lo tengo aceptado, estudié en (El San Silvestre) uno de los colegios más ‘pitucos’ de Lima, me muevo en un entorno pituco. No lo voy a negar...
–¿Has usado esta aceptación personal al desarrollar la técnica del claun? Llevas unos ya formando parte de Pataclaun.
Sí, antes de hacer claun, estudié la técnica del stand up comedy. Y mi primer monólogo fue sobre la ‘pituquería’. La ‘pitucada’ limeña es maravillosa en el sentido que te da mucho material para hacer comedia. Un claun busca llevar todo al extremo y una pituca al extremo da risa. Acordémonos de la China Tudela. Finalmente es un personaje que cae en la cucufatería, en la ‘perfectita’ que no se puede despeinar y en mucho más. Ojo, yo no digo que sea necesariamente así, juego a la pituca al extremo. Lo bonito, lo gracioso, al final, es verla fracasar, cuando se despeina, se desmorona. El trabajo de mi claun, del que he decidido armar al menos, es desarmar a esta chica perfecta.
–Hablando de Pataclaun, ¿cómo sientes que ha impactado en tu formación artística?
En el mundo de la comedia empecé haciendo stand up comedy en el 2018. Luego de unos talleres paso a ser parte de El Club de la Comedia. Mi amigo Rodolfo Reaño me sugiere después estudiar claun con July Naters, que iba a empezar nuevos talleres. Yo no quise al inicio, siempre me parecieron ridículos los clauns…pero me lo planteó como para seguir nutriendo mi formación y me interesó aprender. Poco a poco me enganché más el asunto, fue sacando a una Marisol más frágil, una más sensible y más consciente de quién era. Sobre todo de mis defectos. No es sencillo, a nadie le gusta sacarlos a la luz, hablar en voz alta de ellos, pero me sirven para hacer comedia. Mi claun no está formado al 100%, todavía hay mucho camino por recorrer, pero estoy contenta.
–¿Y la actuación en la televisión?
En la pandemia interpreté un personaje en la serie Junta de Vecinos. A mí me encantar actuar, estoy siempre dispuesta, sin embargo la actuación en esa vertiente no depende mucho de mí. Hay que esperar que llegue un personaje que vaya contigo, entonces no puedo meter todas mis balas o concentrarme únicamente en eso. Sigo haciendo mis cosas, que me ayudan a sobrevivir porque pagan las cuentas; y estas también me mantienen ocupada y feliz. Tengo mi libro, vamos a sacar este año otra agenda, hago claun. Si me llaman genial, pero sino seguiré enfocándome en tratar de ser humorista. Eso es lo que quiero hacer.//

En el video, July Naters habla sobre Pataclaun y su vida en el teatro.
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