Mundo Gordo, el unipersonal que ironiza la relación con la balanza, llega al cine. FOTO: Kike Sarmiento.
Mundo Gordo, el unipersonal que ironiza la relación con la balanza, llega al cine. FOTO: Kike Sarmiento.
Miguel Villegas

Tres cosas apasionan a Daniel San Román desde que lo conozco: Camila, su hija; Camila, su hija y Camila su hija. En sus ratos libres es director de marketing en ISIL y produce, perfecciona, remasteriza su unipersonal, Mundo Gordo, que cada día tiene más fieles y más ambiciones. Por ejemplo, el cine.

En marzo el unipersonal de Daniel San Román, Mundo Gordo, fue lanzado por la plataforma de videos por Movistar Play, una de las principales plataformas de streaming de contenido multimedia bajo demanda por internet.

Solamente dos comediantes de nuestro país han logrado llevar sus unipersonales a plataformas por demanda: Carlos Palma con su show “Me llega al Twitter” y ahora Daniel San Román con “Mundo Gordo”. Cabe resaltar que la difusión de unipersonales de Stand Comedy es recurrente en las plataformas por demanda y siempre se ha podido encontrar especiales de comediantes de todo el continente menos de Perú.

Daniel viene trabajando, además, junto a la productora nacional Big Bang Films (creadores películas como “No Me Digas Solterona”, “La Peor de mis bodas”, “Una Comedia Macabra”, entre otras) en la adaptación de su unipersonal en el guión de lo que será la película de “Mundo Gordo” que filmará en el segundo semestre de este año con miras a estrenarse en el primer trimestre del 2020.

En el marco de la temporada de las “Stand Up Sessions” de El Club de la Comedia, Daniel regresará el 24 y 25 de mayo al Teatro La Plaza para presentarse junto a un invitado especial. “Estas jornadas se caracterizarán por unir en el escenario La Plaza a un comediante del Club junto a un actor que hará por solamente esas funciones un monólogo de humor pensado especialmente para la fecha”, comenta Daniel.

Se llama Daniel San Román. Periodista, director creativo, actor, fanático de Alianza Lima, papá. Y una prueba de que, el día en que uno aprende a correr, sea la actividad que sea, no debe detenerse.

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