One Direction: la terrible confesión de un exintegrante que entristece a sus fans
One Direction: la terrible confesión de un exintegrante que entristece a sus fans
Oscar García

A diferencia de otras bandas separadas, heridas de madurez o por la convivencia, no definió su estado de disolución por escrito, menos con una demanda. En el comunicado del 2015 que anunciaba la futura incursión de sus miembros en solitario se leía la palabra pausa, y es la forma en la que sus fans lo han querido entender: no es más que un hasta luego, o un comercial y regreso. El conjunto vocal británico ingresó a ese estado de la materia ambiguo, más gaseoso que sólido, que en prensa musical se conoce como “hiato”, es decir, una momentánea interrupción, susceptible de ser reactivado si la luna cambia, las ofertas económicas convencen o bien las aventuras en solitario no cuajan. Lo que suceda primero.

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Al entender esa despedida sin despedirse se explica la locura de ayer, cuando las redes de la separada boy band británica fueron tendencia mundial al reactivarse, después de dos años de silencio, con un mensaje teledirigido al corazón de su legión: “Tú y yo tenemos toda una historia juntos”. La frase está tomada de History, que fuera su último single, pero parecía contener un secreto oculto que hoy se confirma, que no es otra cosa que una nueva web. La boy band británica que rompió seis records Guiness en sus cinco años de actividad celebra una década desde su espontánea formación, ocurrida en vivo en el programa X Factor, con una site () que recoge recuerdos, fotos, audios y videos de todo lo que fue su tiempo juntos. La página, como era previsible, ha colapsado a los pocos minutos. Se espera que a lo largo del día el acceso pueda arreglarse.

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En cinco años de ausencia, sus integrantes han mantenido una cordialidad diplomática entre ellos, salvo en contados casos, que solo confirmaría la improbabilidad de una futura reunión en escenarios. Tan fría estaba la cosa que fue noticia mundial en abril que las cuentas oficiales de Harry Styles, Louis Tomlinson, Niall Horan y Liam Payne en Twitter empezaran a seguirse, a seguir de nuevo a la cuenta oficial del grupo, así como a la de su ex compañero, Zayn Malik, que fue el primero en bajarse del barco. La distancia de Malik parece un tema insalvable. El muchacho apenas quiere hablar de su paso por el grupo, más concentrado en ganarse la soñada credibilidad como cantante de R&B que en recordar lo que fue su tiempo en una banda para adolescentes. En este décimo aniversario, Malik es el único que no ha posteado algo relativo a 1D.

Harry Styles, al que mejor le ha ido de los cinco, ha emprendido una ruta distinta: en una coordenada retro rock, ha abrazado la impronta que One Direction dejó en él, a veces versionando temas de su antigua banda en sus shows en solitario. “No puedo creer que hayan pasado ya diez años (...) a los chicos, los amo mucho y no podría estar más orgulloso de todo lo que logramos juntos”, ha escrito hoy en su cuenta de Twitter. El mundo ciertamente parece bastante distinto a como lo dejó One Direction en el 2015: sin conciertos en vivo, con pandemias mundiales, el auge de los nacionalismos de ultraderecha en Europa y Estados Unidos, y unos nuevos reyes del pop, venidos de Corea del Sur, con un fandom impresionante. No deja de impresionar que una banda que no edita nada nuevo desde hace cinco años siga marcando tendencias y colapsando las redes. Como si fuera ayer no más.

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De empleado de una panadería en Holmes Chapel, al noroeste de Inglaterra, a icono mundial del pop en un año, la vida para estuvo marcada por saltos que llegaron así, algunos con esfuerzo y otros sin proponérselo. A los 16 años, el joven británico, el menor de una familia de padres divorciados, aún vendía panes, movía cajas y trapeaba los pisos del referido negocio por siete dólares la hora. Tenía un grupo de rock, White Eskimo, con el que había ganado una batalla de bandas, pero no parecían tener mucho futuro. Vivir a tres horas de Londres era aburrido y pensaba entonces que su vocación iba a ser el derecho o los negocios.

Su madre, que lo escuchó cantar desde niño, lo persuadió para que hiciera una audición a un reality llamado X-Factor. Así fueron hasta Manchester y ahí se mandó con una versión a capella de Isn´t She Lovely, más entusiasta que justa con su autor, Stevie Wonder. Pero su personalidad del tipo: “no me importa si me eliminan, solo lo estoy disfrutando” cautivó a los jurados. Uno de ellos le dijo que no. Los otros dos lo aprobaron Simon Cowell, el “juez malo” de American Idol, le dio el visto bueno tras escuchar el griterío de las chicas en la audición. Pensó que con entrenamiento podía mejorar. Vio talento en ciernes pero también negocio.

Tan claro veía Cowell el potencial de Harry Styles que, pese a ser eliminado luego, en una de las rondas de la competencia, le solicitó que se quede. Lo mismo le dijo a Niall Horan, Louis Tomlinson, Liam Payne y a Zayn Malik, otros participantes del show que, esa tarde, lloraban como Harry que los expectoraran en vivo. Lo que Cowell les dijo fue “júntense los cinco y formen una banda”. Sabía a consuelo pero era lo mejor que tenían y resultó ser mucho más de lo que esperaban. Esa fue el origen de One Direction. El grupo quedó en tercer lugar pero aún así Cowell los fichó para su disquera. Un año después eran la banda británica más exitosa de esta década.

Desde luego, como toda boy band, One Direction era un producto de diseño calculado al milímetro. Eran cinco jóvenes apuestos con buena competencia vocal. En sus primeros años los dejaban co escribir y firmar algunos temas, pero en su mayoría se les daba a interpretar un repertorio escrito por profesionales. Aún así, había cosas que los diferenciaban de actos similares: desdeñaban las coreografías, que en este universo es como tirar los evangelios al suelo. Les parecía una convención un tanto ridícula, al igual que usar uniformes, y fueron dos banderas que defendieron hasta el final.

Fans de One Direction concursan por camiseta firmada por sus integrantes
Fans de One Direction concursan por camiseta firmada por sus integrantes

Luego estaba su rechazo al lyp synch y su admiración por cierto clasicismo rock -conservador, según sus críticos-, insólito para sus edades. En sus cinco discos, desde Up All Night (2011) hasta Made in the A.M. (2015) huían de las texturas electrónicas de los DJ superstrellas; de los samples y los feat que el hip hop ha impuesto sobre el pop actual, como su nuevo léxico. En su lugar, ensalzaban una matriz guitarrera que aspiraba a tributar, no sin cierto candor, al rock de su país. Ahí se puede mencionar los temas en lo que citaban a The Who (Best song ever), The Clash (Live while we´re young), Stiff Little Fingers (su cover de Teenage Kicks) y hasta Def Leppard (Midnight Memories).

El papel de Styles en 1D era estelar. Tenía las mejores partes vocales y un protagonismo en los videos solo equiparable al de su compañero, Zayn Malik, a quien, en la dinámica instaurada para toda boy band desde los años 80, se le reservaba el papel del tipo introvertido con mística. Harry, en cambio, era el diplomático y risueño. No extraña entonces que, tras la renuncia de Zayn a la banda, en marzo del 2015, que hirió de muerte a la banda, ambos hayan sido quienes más ambición mostraran a la hora de trazar una obra solista. Hoy los cinco ex integrantes tienen una carrera en solitario, que llevan con mayor o menor fortuna.

Harry Styles estuvo en Cancún para grabar, lo que parece ser, su próximo videoclip. (Foto: harrystyles)
Harry Styles estuvo en Cancún para grabar, lo que parece ser, su próximo videoclip. (Foto: harrystyles)

Malik se fue por el lado del R&B y en esas coordenadas ha publicado dos álbumes ya. Niall Horan derivó en una onda acústica a lo Ed Sheeran. Liam Payne optó por el dance pop y presentó esta semana su primer LP. Styles se fue por otro camino. Abrazó el sonido del soft rock de California para su elogiado debut del 2017, el mismo que sorprendió a los críticos. Estos no pensaban que un alma tan joven pudiese cantar canciones que suenan tan viejas. Harry reclutó para ellos a músicos de rock de distinto pelaje, con los que terminó de dar forma a ese sonido vintage, como en Sign of The Times, su ampuloso single de más de seis minutos, deudor del Elton John, Queen y el glam rock setentero.

A diferencia de Malik, Styles no ha mostrado interés por desvincularse de su pasado en una boy band y menos de sus fans púberes y adolescentes, a las que engríe con visitas sorpresivas a sus listening partys. En el camino, el músico se hizo amigo de Stevie Nicks, de Fleetwood Mac, que le lleva 46 años. Le tocó presentarla cuando la indujeron en el Salón de la Fama del Rock & Roll, en marzo de este año. Con Nicks ha cantado Landslide yThe Chain, entre otros clásicos del venerado grupo británico-americano, asumiendo en vivo las partes que antes le correspondían al Lindsey Buckingham, el factotum de Fleetwood Mac que se retiró de los escenarios este año por problemas de salud.

DEJANDO EL PASADO ATRÁS

La transición de cantante de boy band a solista con credibilidad artística es una ruta difícil para todo aquel que la ha emprendido. ¿Acaso fue Michael Jackson el primero que la emprendió al salirse de los Jackson 5? Lo concreto es que pocos tienen suerte de dar ese salto y caer de pie. Por regla general, las boy bands tienen la peor reputación: la de ser productos desechables, sin discurso propio y que subestiman a su audiencia joven. Puede haber algo de verdad y también mucho de prejuicio. Quienes han conseguido hacer la transición son afortunados: Robbie Williams, salió de Take That, y obtuvo éxito y respeto en solitario. Justin Timberlake fue el único de los cinco *Nsync que afianzó una carrera solista, en términos comerciales y artísticos, mientras que sus otros compañeros naufragaron en sus intentos.

En un mundo multimedia, la ropa también es mensaje y Harry parece trasmitir con ella una vibra liberadora que evoca a los años setenta. El estilazo que se maneja desde sus últimos años con One Direction ha sorprendido hasta a sus propios ex compañeros de 1D. Esta semana Liam Payne dijo que jamás podría ponerse las ropas de Harry. La androginia y ambigüedad de sus atuendos, con remotos ecos a David Bowie, es consonante con las banderas de inclusión e igualdad de género que ha defendido en entrevistas y sobre el escenario. Atrás quedó la onda preppy y pulcra de sus primeros años. Hoy es embajador de Gucci y este año fue ganador del premio Mejor Estrella con Estilo, en los People´s Choice Awards. Algo es algo.

Harry Styles giró por Latinoamérica el año pasado para presentar su disco debut, en una gira que dejó a nuestro país de lado. El hecho sorprendió y entristeció a las más de 35 mil personas que llenaron el Estadio Nacional el 2015 para verlo con 1D, y que confiaban en verlo de vuelta. Sus fans parecieron se compensadas este año con el anuncio de su llegada a Lima, programada por Artes Perú para octubre del 2020, en el marco de la gira Love On Tour. Todo ese se vino abajo con la pandemia. Hasta el momento, una nueva fecha no ha sido confirmada. //

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