Con preocupación pero también con esperanza, las voces que aparecen en esta nota hacen un llamado a la calma, y recuerdan que es mucho más lo que nos une como peruanos, que lo que nos separa.
La esperanza de una vida en paz regida por la justicia
Carmen McEvoy, Historiadora y diplomática
La gran preocupación de Jorge Basadre fue el destino del Perú, lo que estaba asociado a su constante “búsqueda de la maduración tantas veces anhelada”. Solo esta le permitiría convertirse por fin en una mejor morada, capaz de acoger a todos sus hijos. La apuesta basadriana por la esperanza —que probablemente proviene de su infancia en una Tacna ocupada por el ejército chileno, pero también de la constatación de la creatividad y fortaleza de los peruanos frente a la adversidad— tiene sus bases teóricas en la obra de Ernst Bloch, el brillante profesor de Tubinga al que nuestro historiador republicano admiró. La esperanza, que marca buena parte de la obra de Bloch, juega un papel fundamental en el devenir de una especie que, como la humana, marcha hacia un futuro que no solo es incierto, sino que está sembrado de innumerables pruebas. El “¿Quién somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Qué esperamos? ¿Qué nos espera?... Se trata de aprender la esperanza” constituye una suerte de glosario que Bloch —y también Basadre— utilizará para lidiar con un presente problemático y angustiante, similar al que estamos enfrentando en la actualidad.
A la primera república, cruzada por la guerra, la exclusión, el racismo y las ambiciones desatadas, le faltó materializar en la realidad concreta. Ese fracaso, del que la obra de Basadre dio cuenta pormenorizada, no puede hacernos olvidar las ilusiones y, sobre todo, la esperanza que la patria republicana estimuló a lo largo y ancho del Perú. Aún estamos a tiempo de concretar una importante tarea de institucionalización, inclusión y bienestar general. Que solo se logrará mediante el diálogo, el respeto por el otro y la esperanza de una vida en común y en paz (con justicia) para todos los peruanos.
“Reconciliarnos implica construir una hoja de ruta concreta”
David Tuesta, Exministro de Economía y Finanzas
El Perú es un país diverso en todo el sentido de la palabra, lo cual se constituye en una fortaleza potencial, qué duda cabe. Es potencial porque, si bien siendo buena, no han sido desarrollados adecuadamente los espacios para que esta diversidad conviva y se despliegue en armonía. Algunos mencionarán a la comida, la música y el fútbol, entre otros, como ejemplo de integración. Sí, es cierto, son espacios de convivencia importantes, pero quedan largamente rezagados de lo que se requiere para cohesionar un país pues, para lograrlo, son necesarias políticas serias que permitan oportunidades de crecimiento para nuestros compatriotas socialmente más rezagados.
Hemos andado hacia ese camino del progreso entre 1990 y 2012, bajo políticas que, sin duda, permitieron una disminución espectacular de las tasas de pobreza y desigualdad, pero nos hemos perdido desde entonces hasta hoy en un mar de alta incertidumbre y polarización política que ha hecho más lento nuestro camino a la prosperidad. Reconciliarnos requiere necesariamente retomar la brújula de las buenas políticas públicas mediante la construcción de pactos institucionalizados que incorporen a actores relevantes a nivel central y regional basados en una hoja de ruta de acuerdos mínimos y concretos. Esto es lo que requiere un país democrático. Una democracia que todos deberíamos desear defender.
“La esperanza se mantiene viva en millones de nosotros”
Mariana Costa
Científica y creadora de Laboratoria
Pensando en qué escribir sobre el doloroso proceso que estamos viviendo como país, me di cuenta de que una de las cosas más difíciles de los últimos tiempos para muchos peruanos y peruanas es que vivimos en una continua contradicción entre lo que aspiramos a ser como país y lo que sucede en nuestro día a día. Queremos que el Perú sea un país próspero, pero la desigualdad rampante continúa. Queremos ser un ejemplo de cultura, de garra y de servicio para el mundo, pero la violencia de las calles se interpone en el camino. Queremos ser un lugar para construir futuro, pero la inestabilidad política hace imposible planear más allá del día a día.
Crecí amando a mi país y queriendo sentirme orgullosa de él. Quiero ser parte de una sociedad que represente valores que admiro. Quiero que mis hijos crezcan con esa visión loable de lo que significa ser peruanos. Tal vez por eso estos últimos años, donde tanto de lo que sucede en el Perú parece ir en el sentido contrario, duelen tanto.
A pesar del tamaño del reto que tenemos por delante, la esperanza de que un Perú mejor es posible se mantiene viva en millones de nosotros. Nos va a tomar algunas generaciones construirlo, pero ¿qué cosa que valga la pena ha sido fácil? Ninguna. Todos somos el Perú, y es hora de que con nuestra voz y nuestro tiempo empecemos a participar en su vida política.
“Hay que buscar y encontrar lo que nos hace bien”
Gastón Garatea, Sacerdote, expresidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza
Es tiempo de llamar a la serenidad, pero hacen falta líderes, una voz que escuchen todos, que sea sensata. Y sobre todo, nos falta mensaje, convocar. En paralelo, los ciudadanos debemos hacer un esfuerzo de mirarnos a nosotros mismos, darnos cuenta de lo que hay en nuestro interior, y eso, lo más auténtico, lo más poderoso, sacarlo afuera. Deberíamos ser capaces de generar una especie de acto consumo, pero del bien común. Eso empieza por ver qué cosa es lo que me hace bien a mí e ir descubriendo un mismo objetivo desde una perspectiva positiva. Hay muchos problemas en el mundo, pero no todo es negativo, hay que saber aferrarse a lo bueno, en vez de estar pensando en qué nos desune. Hay que buscar y encontrar lo que nos hace bien, lo que nos da felicidad, por ejemplo el fútbol. Este país es muy aficionado al fútbol, y este deporte llena el alma una barbaridad, mucho más de lo que podemos imaginar. A veces se piensa que no es importante, pero lo es, nos da esos pequeños momentos de unidad, que deberían durar más. Hay otras cosas que nos hacen bien: los hermosos paisajes de nuestro país, la naturaleza a nuestro alrededor, los recursos por los cuales nos hemos sentido siempre orgullosos. Somos un gran país, pero a veces lo olvidamos.
“Hoy necesitamos hinchar juntos por el Perú”
Juan Reynoso, Entrenador de la selección peruana de fútbol
Los últimos días nos jugamos el partido más importante. La pelota está en el fondo… ¿Autogol? ¿Cómo va el marcador? ¡Perdiendo!
¡Así no juega Perú!
Miremos en retrospectiva e impulsemos esfuerzos en equilibrio y armonía para unir a un pueblo que llora. Que nuestra perspectiva sea mirando la diversidad y que la visión interna genere la unificación de nuestro querido Perú.
Vivamos con respeto y valorando la oportunidad de pertenecer a esta hermosa tierra que hoy nos abriga. Abracemos el privilegio de la vida.
Somos admirados por ser la mejor hinchada del mundo: hoy necesitamos hinchar por el Perú.
Miremos con amor al que está a nuestro lado, hoy somos un solo color, una misma raza, una misma clase, una misma camiseta.
¡Somos un solo corazón! ¡Vamos, Perú!
“Hacen falta líderes que transmitan sensatez”
Elmer Huerta, Médico y comunicador
Vivir lejos del Perú por tanto tiempo me permite observar la situación con perspectiva, pero a su vez con cercanía. De lejos a veces se ve mejor el bosque y no solo el árbol. Hablando desde mi campo médico, lo que está ocurriendo es la exacerbación de una enfermedad que tiene mucho tiempo en el Perú. A mi entender, esa enfermedad es la ausencia de líderes, y esto se explica por la ausencia de partidos políticos. No tenemos partidos fuertes que encaminen a líderes que lleven al país hacia un objetivo determinado. En momentos como este, de convulsión social, es cuando se nota el líder, y no lo hay. Hay un vacío completo de liderazgo, y eso es muy preocupante. No hay quien transmita sensatez ni sentido de bien común. La señora Dina Boluarte tendría que haber sido la Valentín Paniagua del presente, pero no entendió que su rol es de transición. Fue un error fundamental y responde a la cortedad de visión, a la miopía por la ausencia de líderes. Ojalá surja una voz en el Congreso y quizá otra en el Ejecutivo que logren verbalizar y transmitir consensos, y que sean capaces de hacernos pensar en aquello que nos une.
“Es indispensable fomentar la unidad nacional”
Allan Wagner, político y diplomático
Tengo esperanza en que saldremos de esta crisis, en la medida en que hagamos lo correcto. Lo más importante es calmar los ánimos. Los actores políticos deben restablecer la serenidad en el trato y abrir los espacios de diálogo, en los que participen instituciones y diversos sectores de la sociedad para tratar de encontrar salidas a esta difícil circunstancia. Es indispensable evitar la confrontación y fomentar la unidad nacional. El Congreso debe dar el ejemplo de diálogo constructivo para alcanzar consensos y recobrar la paz y tranquilidad ciudadana. Pero, al mismo tiempo, se deben encaminar soluciones a los problemas apremiantes de gran parte de la población.
Las violentas protestas que hemos visto afectan no solamente vidas que todos lamentamos, sino que también se está perjudicando la propiedad pública, privada y, en general, el funcionamiento del país. Las personas que estarían incitando ese tipo de manifestaciones deben ser identificadas y detenidas.
En síntesis, se requiere fomentar espacios de diálogo amplios para encontrar soluciones, evitar todo tipo de maniobras destinadas a desestabilizar y provocar violencia, y en el camino recuperar la confianza de la ciudadanía hacia nuestras instituciones.
“Ya hemos demostrado que juntos podemos salir adelante”
Kimberly García, Bicampeona mundial de marcha atlética
Si los peruanos nos unimos, podemos lograr salir adelante, aun en tiempos difíciles. Ya lo hemos demostrado. Hay mucho por hacer. Sería maravilloso que el Perú empezara a crecer económicamente. Se crearían más puestos de trabajo y la población mejoraría su poder adquisitivo. Y tal vez, por qué no, lograremos poner al deporte en el sitial donde debe estar, lo que contribuiría a que más jóvenes practiquen deporte y se alejen de muchas otras cosas que pueden causarles daño. ¡Vamos, Perú!
“No pierdo la esperanza en el Perú”
Vania Masías, Bailarina y fundadora de la Asociación Cultural D1
Somos más las personas que queremos construir que aquellas que quieren destruir. Solo tenemos que unirnos. Para mí es un tema de no dejar que la violencia establezca la agenda de los peruanos. Siento que eso está pasando y no podemos permitirlo. Es un momento en que tenemos que unirnos más que nunca y ponernos firmes contra la violencia y contra actitudes que atentan contra instituciones, la democracia y todo lo que creemos como país. Somos un país riquísimo, con muchísimo potencial, y no podemos permitir que personas que lo único que buscan es desestabilizarnos, lo logren. Tenemos que ponernos firmes ante esta situación. Hoy inauguré un nuevo espacio para que los jóvenes disfruten del arte, y en unas semanas abriremos dos espacios comunitarios en Chancay y Ancón. ¡Jamás perderé la esperanza en el Perú!
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