Las redes sociales se encuentran en medio de una disyuntiva difícil después de que Twitter etiquetara inicialmente dos tuits del presidente Donald Trump como “potencialmente engañosos” y después otro más como “glorificador de la violencia”.
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Desde la Casa Blanca se anunció que el presidente firmó una orden ejecutiva que busca limitar de responsabilidad de las que disfrutan las empresas de redes sociales.
Según la ley actual, compañías de plataformas de interacción como Twitter y Facebook están protegidas para las publicaciones de los usuarios. Ahora, Trump explicó que exigirá nuevas regulaciones bajo la sección 230 de la Ley de Decencia de las Comunicaciones “para que las compañías de redes sociales que se dedican a censurar o cualquier conducta política no puedan mantener su escudo de responsabilidad”.
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Según expertos en el tema, la diseminación de desinformación es un asunto clave para Facebook, Twitter y las otras redes sociales desde que se denunció que las campañas tanto de la elección estadounidense de 2016 como del referéndum por el brexit estuvieron intervenidas por los servicios de inteligencia rusos.
Daniel Kreiss, profesor de la Universidad de Carolina del Norte, dijo que esta “fue la decisión correcta” por parte de Twitter. El investigador, especializado en tecnologías de la información y la vida pública, aseguró que a “la plataforma le interesa aplicar sus reglas sobre desinformación, pero sin arriesgarse a mojar sus pies en las oscuras y turbulentas aguas de la política”.
Y afirma que estas empresas adoptaron una retórica de combate frontal contra la divulgación de información falsa, pero que en el camino han recibido críticas y acusaciones de doble discurso. “Facebook, en particular, tomó la decisión de no someter a verificación por terceros los dichos de personalidades de la política en su plataforma”.
Los más recientes comentarios de Trump sobre las elecciones, según Kreiss, probablemente haya hecho sonar una alarma en la compañía de Zuckerberg porque, explica, en teoría esa red social no permite la publicación de información errónea sobre actos electorales, como fechas falsas o la forma de votar.
Por su parte, Michelle Amazeen, profesora de comunicación política de la Universidad de Boston, dijo que este “es un primer paso ultranecesario”, refiriéndose a la medida de Twitter de alertar sobre la veracidad de los tuits de Trump.
No obstante, no cree que vaya a incidir en una mejora de la calidad del debate público en Estados Unidos. “Los usuarios de Twitter, ¿van a creer ahora que si no están etiquetados, los tuits de Trump son correctos? La investigación sugiere que sí lo creerán”.
Por otro lado, analizan que en términos de manejo de la información tanto Twitter como la mayoría de las principales redes sociales se encuentra lejos de los estándares que aplican los principales medios de prensa. “Twitter no es una fuente confiable de noticias legítimas”, opinó la experta. “Los estudios muestran que las personas que se basan en las redes sociales para obtener noticias son más susceptibles de estar mal informadas que quienes confían en fuentes tradicionales”.
Desde Facebook, en relación a la firma de la orden ejecutiva, aseguraron que son “una plataforma donde se pueden expresar distintos puntos de vista” y que creen que “tenemos que proteger la libertad de expresión al mismo tiempo que cuidamos a nuestra comunidad de los contenidos perjudiciales, incluidos aquellos que buscan impedir que los votantes ejerzan su derecho”.
Más responsabilidad para las redes sociales
"Estas reglas rigen para todos. La derogación o la restricción del artículo 230 de la ley estadounidense producirá el efecto contrario. Limitará más el discurso en línea, no menos. Al exponer a las empresas a asumir la responsabilidad potencial de lo que dicen miles de millones de personas alrededor del mundo, se terminará penalizando a las que opten por permitir las discusiones controvertidas y alentará a las plataformas a censurar cualquier expresión que pueda resultar ofensiva para otros”, precisó un vocero de la compañía.
Susan Wojcicki, directora ejecutiva de YouTube, afirmó que “hemos trabajado extraordinariamente duro para asegurarnos de que todas nuestras políticas y sistemas se construyan de manera justa, neutral y consistente camino.
”Mark Zuckerberg, habló con los medios y criticó la decisión de Twitter. “Creo firmemente que Facebook no debería ser el árbitro de la verdad de todo lo que la gente dice en línea”, dijo. Y agregó que “las compañías privadas probablemente no deberían estar, especialmente estas compañías de plataformas, no deberían estar en la posición de hacer eso”.
Desde que Twitter etiquetó los tuits del presidente de EE. UU., los ataques de Trump y sus seguidores ha puesto “demasiada presión” a Twitter, dijo Steven Livingston, director del Instituto de Datos, Democracia y Política de la Universidad George Washington. “Están pálidos solo de pensar en dar un próximo paso” para limitar la desinformación, agregó.
Y precisó que, incluso cuando Twitter intenta fomentar una “conversación saludable” filtrando contenidos falsos o dañinos, para Livingston el modelo económico en el que se apoyan las redes sociales parece sugerir lo contrario. “Las plataformas saben muy bien que acentúan el extremismo”, dijo. “El extremismo llama la atención y les permite vender más avisos, y ese es el objetivo del juego”.
El Tiempo, GDA