WASHINGTON. La cápsula Orión realizó hoy con éxito su primer vuelo de prueba no tripulado, en lo que supone un paso hacia la exploración de nuevos destinos en el espacio profundo, como un asteroide o el planeta Marte.
Orión partió en la mañana a bordo de un cohete Delta IV, de Cabo Cañaveral (Florida) y cayó en el Océano Pacífico cuatro horas y veinticuatro minutos después, tal y como estaba previsto, a unos 965 kilómetros de San Diego (California).
"Este es un importante hito en nuestro camino para avanzar hacia las futuras misiones a Marte", indicó el comentarista de la NASA que retransmitió en directo la llegada del vehículo.
La cápsula amerizó sobre su base en posición estable, después de realizar dos vueltas a la órbita terrestre, una elíptica a una altura similar a la de la Estación Espacial Internacional (EEI), a unos 380 kilómetros, y otra a una distancia quince veces mayor.
La NASA se ha marcado como objetivo enviar una misión tripulada a un asteroide en el 2025 y a Marte en 2030, por eso esta prueba es considerada un primer paso hacia la exploración de esos nuevos destinos.
Este vuelo era crucial para probar el escudo térmico de la nave, que en su entrada en la atmósfera terrestre alcanza una velocidad de 32.000 kilómetros por hora y estuvo expuesta a unas temperaturas de más de 2.200 Celsius. Además, se analizó el nivel de radiación al que podrían estar expuestos los astronautas.
Orión alcanzó una distancia de 5.793 kilómetros del planeta, la mayor que ha recorrido cualquier nave espacial diseñada para el transporte de humanos en las últimas cuatro décadas, desde las misiones Apolo con las que se consiguió llegar a la Luna.
"Los sistemas de la nave espacial funcionaron perfectamente durante toda la misión incluyendo los dos pasos por los cinturones de radiación de Van Allen", indicó la NASA, en referencia a los anillos cargados de protones y electrones que rodean la Tierra por influencia de sus polos magnéticos.
Equipos de la NASA y dos barcos de la Marina estadounidense recuperaron la cápsula, que será trasladada al Centro Espacial Kennedy, en Florida, para analizar los datos recogidos por más de los 1.200 sensores de vuelo y telemetría.
Orión tiene una forma similar a las naves Apolo, aunque con 5 metros de diámetro y una masa de unas 22,7 toneladas, supera el tamaño de su predecesora. Además, tiene capacidad para transportar a cuatro astronautas en vez de tres.
Como muestra, Orion portó algunos objetos simbólicos, como un microchip con más de un millón de nombres, un fósil del dinosaurio Tyrannosaurus rex del Museo de Ciencia de Denver (Colorado, EE.UU.), música y poesía.
La cápsula es símbolo de una nueva era para Estados Unidos, que al retirar su flota de transbordadores en 2011, perdió la capacidad para realizar viajes tripulados en un vehículo propio y ha dependido de las naves rusas Soyuz para enviar a sus astronautas a la EEI, con un costo de unos 70 millones de dólares por viaje.
Fuente: EFE