¿Puede el dinero cambiar completamente a una persona, volviéndola avara, egoísta y superficial? Esta pregunta no ha sido ajena a la ciencia, la cual con los años ha lanzado una serie de estudios para averiguar cómo reacciona el cerebro frente a un aumento súbito de riquezas.
Según un estudio, mencionado en el portal Fondos Cotizados, el 80% de personas en el mundo que ganan la lotería, se gastan toda su fortuna antes de 10 años. Mientras que en Estados Unidos, el 75% lo hace en sólo 5 años.
COMPLEJO DE SUPERIORIDAD
El dinero genera un poder adquisitivo muy amplió, haciendo que muchos de los millonarios puedan sentir que son los dueños de todo, inclusive de vida humanas. Esta idea es reforzada gracias a un estudio realizado en el 2012 por un investigador de la Universidad de California, el cual señala que el dinero reduce la empatía y las ansias de ayudar a otros.
Para probar esta hipótesis, los investigadores sentaron a dos personas a jugar una partida arreglada de monopolio, ya que le otorgaban más dinero a uno de los participantes.
Al inicio, el jugador beneficiado se sentía incómodo al tener más dinero que su rival. Sin embargo, con el tiempo su actitud cambió, empezó a burlarse de la otra persona y calculaba fríamente cada jugada.
SACANDO LO PEOR DE UNO
Sin embargo, puede que no sea necesario tener mucho dinero para reaccionar de manera negativa. Un estudio de la Universidad de Harvard argumenta que los individuos suelen mentir y tomar decisiones poco éticas cuando se les menciona palabras relacionadas al dinero.
La investigación declara que el cerebro al ser expuesto a términos económicos, automáticamente empieza a razonar los beneficios que puede obtener, obligando a la persona a tomar acciones que podrían considerarse moralmente incorrectas.
A esta hipótesis se le suma una investigación que demostró que las personas que conducen un auto caro aumentan cuatro veces sus probabilidades de cerrar y obstaculizar a un vehículo inferior.
LA INFLUENCIA ECONÓMICA
¿Cómo afecta el dinero a las decisiones que uno toma? Para el economista Adam Smith, todas las acciones que toma el hombre buscan su bienestar personal. Partiendo de esa base, el psicólogo Daniel Kahneman realizó una investigación que señalaba que el dinero induce a las personas a pensar de una manera emocional, la cual puede desencadenar una gran serie de errores y tropiezos.
Kahneman también determinó que el dolor que produce una pérdida económica supera al placer generado por una ganancia. Incluso logró cuantificarla, afirmando que por cada 100 euros perdidos uno debe ganar 200 euros, de esta forma logrará superar la tristeza.
EL DINERO Y EL CEREBRO
En el 2010, un estudio descubrió que una alteración genética en la amígdala cerebral hacia que las personas no sufriesen al perder dinero, a diferencia de un grupo de personas sin esa mutación.
Este hallazgo determinó que la amígdala cerebral juego un papel importante en como una reacciona frente a situaciones económicas.
También se ha visto que el ganar dinero activa los circuitos cerebrales del placer-recompensa, pero de una manera indirecta.