Una enfermera presenta la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por el laboratorio chino. (EFE/Sebastiao Moreira).
Una enfermera presenta la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por el laboratorio chino. (EFE/Sebastiao Moreira).
/ Sebastiao Moreira
Redacción EC

China aspira a convertirse en el primer país del mundo en producir una vacuna a gran escala contra el , para lo cual cuenta con media docena de países en vías de desarrollo, entre ellos varios latinoamericanos, que participan en la fase final de ensayos clínicos de tres proyectos.

De la treintena de vacunas que se encuentran en fase de ensayos según la lista de más de 170 candidatas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tres chinas han entrado en la tercera y última etapa de pruebas con la esperanza de llegar en cabeza en la carrera por el remedio.

El profesor español Xulio Ríos comenta que “China está entre los primeros países en lograr la vacuna”. “Esto demuestra el incremento exponencial de sus capacidades científicas, poniéndose a la par de los países más avanzados del mundo”.

Pruebas

La tercera fase de ensayos de una de las vacunas que más interés ha levantado, la desarrollada por el Instituto Científico Militar y la compañía biofarmacéutica china CanSino Biologics, tendrá lugar en Pakistán.

A su laboratorio de pruebas podrían añadirse Rusia, México, Arabia Saudí y Chile en un futuro próximo, según la empresa, tras demostrar en la segunda fase que la vacuna, denominada Ad5-nCoV, es “segura e induce respuesta inmune”, según la revista especializada The Lancet.

Otra de las candidatas, la de Sinopharm, estaría lista en diciembre a un precio menor de 144 dólares de acuerdo con el presidente de China National Biotec Group, “una vez termine la tercera fase de pruebas”, que se suceden en países como Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Perú y Argentina.

Costos

De acuerdo con los medios locales, Sinopharm ha invertido al menos 1,000 millones de yuanes, unos 145 millones de dólares, en la investigación y desarrollo de esta vacuna.

China pretende que su precio de venta al público se fije en función de los costos de producción, en sintonía con la OMS, que ha alertado del surgimiento de un “nacionalismo de vacunas” en la carrera para hallar un remedio, además de abogar por “evitar la especulación” y “garantizar su acceso en los países en desarrollo”.

EFE

TE PUEDE INTERESAR

Síguenos en Twitter:

Contenido sugerido

Contenido GEC