La actriz mexicana Edith González murió víctima de un cáncer de ovario que le fue detectado hace tres años, informaron este jueves amigos de la fallecida y la cadena Televisa. Por ello, detallamos los síntomas de este mal y las alternativas de tratamiento.
El cáncer de ovario se encuentra entre las 10 principales causas de muerte por cáncer en mujeres en todo el mundo. Solo en 2018, más de 184 mil de ellas fallecieron a causa de este mal, según Globocan 2018.
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Si bien esta neoplasia no es tan frecuente, sí es la que más muertes causa a diferencia de otros cánceres del sistema reproductivo femenino, de acuerdo al Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. En el Perú afecta a cerca de 800 peruanas cada año, según datos del Ministerio de Salud.
Este mal afecta los ovarios, que son órganos que forman parte del sistema reproductivo de la mujer y son los encargados de producir óvulos y hormonas femeninas. Cada uno de ellos tiene aproximadamente el tamaño y la forma de una almendra.
Al igual que los demás tipos de cáncer, si es diagnosticado y tratado a tiempo, las probabilidades de recuperación son altas; sin embargo, el cáncer de ovario es difícil de detectar manera temprana.
"Las mujeres que lo padecen no tienen síntomas hasta que la enfermedad está ya muy avanzada y en ese momento es difícil de tratar", señala la Biblioteca de Salud de EE.UU.
En los casos en los que se presentan síntomas, las mujeres suelen sentir dolor en la parte baja del abdomen, hemorragias vaginales, sensación de peso en la pelvis, un aumento o pérdida de peso notorios.
Además, el mal se manifiesta a través de períodos menstruales anormales, un dolor de espalda sin explicación que empeora cada vez más, pérdida del apetito, gases, náusea y vómitos.
En algunos casos se puede presentar también cambios en los hábitos intestinales como el estreñimiento y necesidad frecuente de orinar.
En la mayoría de veces, "el cáncer de ovario se detecta cuando este ya se ha expandido a la pelvis y el abdomen", alerta Mayo Clinic. Esto dificulta su tratamiento.
Para diagnosticar esta neoplasia, en primer término, los médicos realizan un examen físico y evaluación de los síntomas. Tras ello llevan a cabo examen pélvico, análisis de laboratorio, ecografías o una biopsia, la cual muestra la presencia del cáncer y el tipo.
Por lo general, el tratamiento suele incluir la cirugía (extirpación del tumor) seguido por quimioterapia. Pero la decisión depende de la evaluación de cada caso.
En los último años, ha surgido una serie de nuevos enfoques como la terapia dirigida; es decir, se busca atacar directamente el tumor sin afectar el resto del cuerpo como sucede con la quimioterapia.
Estos tratamientos sistémicos, explica la American Cancer Society, son fármacos que "pueden alcanzar las células cancerosas en casi cualquier parte del cuerpo. Se pueden administrar por vía oral o directamente en el torrente sanguíneo".
Dependiendo del tipo de cáncer de ovario, el médico puede recomendar usar quimioterapia, terapia hormonal o terapia dirigida para el cáncer de ovario.
La detección del cáncer de ovario es más difícil por los malos resultados que dan los exámenes actualmente disponibles, como la ecografía transvaginal, según un estudio de Mayo Clinic.
Una de las consideraciones para disminuir el riesgo de desarrollar este mal es la administración de anticonceptivos orales, porque los estudios han demostrado que reduce el riesgo de cáncer de ovario en casi el 30 por ciento de la población general y podría ser incluso más eficaz en quienes tienen riesgo hereditario.
“Por lo tanto, se puede considerar a los anticonceptivos orales como un medio de prevenir el cáncer de ovario en las mujeres con alto riesgo”, afirma el estudio.
En todos los casos, la clave es detectar a tiempo y acudir al médico si se tienen factores de riesgo, como antecedentes familiares de cáncer de ovario.