(Foto: Reuters)
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Redacción EC

Un equipo de científicos estadounidenses realizó un estudio sobre la relación entre las interrupciones en las diferentes fases del sueño y el inicio de la demencia en la vejez.

Habiendo estudiado la calidad del sueño de 321 personas mayores de 60 años, hallaron que la reducción de la duración de la fase de sueño rápido (REM, por sus iniciales en inglés) aumenta la probabilidad de padecer demencia en los próximos 12 años. El artículo se publica en la revista “”.

Los autores de la nueva investigación examinaron el sueño de 321 personas mayores de 60 años (la edad media del participante fue de 67), utilizando la polisomnografía, un método que mide diversos parámetros fisiológicos (respiración, palpitación, actividad cerebral), que ayuda a determinar la duración, calidad y profundidad de cada fase del sueño.

A lo largo de los siguientes 12 años, recopilaron datos sobre la aparición de demencia, y de otros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Al momento de medir la calidad del sueño, todos los participantes del experimento estaban mentalmente sanos, no tenían problemas con el sueño, no tomaban medicamentos para el sueño, y tampoco presentaban síntomas documentados de enfermedades neurodegenerativas.

Los científicos descubrieron que 12 años después del examen de las fases de sueño, aparecieron síntomas de demencia en 32 participantes, en 24 de los cuales la demencia también era un síntoma del mal de Alzheimer. Los investigadores compararon los datos de las diferentes fases del sueño entre las personas que no presentaban síntomas y los pacientes que sí.

La calidad, la duración y el tiempo de ingreso en las fases lentas del sueño no se diferenciaban entre los grupos. En este sentido, los científicos consideran que la calidad del sueño lento no es un factor importante en la aparición de la demencia.

Los parámetros que caracterizan la fase del sueño rápido, sin embargo, difirieron significativamente entre los grupos: los investigadores hallaron que las personas que, posteriormente, mostraron síntomas de demencia, perdieron más tiempo entrando en la fase de sueño rápido y pasaron menos tiempo en ella.

Se cree que el tiempo promedio que una persona sana pasa en la fase de sueño rápido es de 20%-25% del sueño total. Las personas que mostraron síntomas de demencia pasaron en esta fase alrededor del 17%. Los científicos también encontraron un patrón, según el cual la reducción de 1% del tiempo pasado en la fase de sueño rápido, aumentó el riesgo de demencia en un 9%.

Los autores señalan que su estudio relaciona trastornos del sueño en la fase rápida y el posterior inicio de la demencia en la vejez. Los investigadores señalan que sus resultados pueden ayudar a la detección temprana de la demencia, así como en la prevención oportuna.

Fuente:
Elizabet Ivtushok

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