Diversas variantes de genes humanos han evolucionado de manera específica para proteger a los ancianos frente a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y males cardiovasculares, preservando así su contribución a la sociedad, según una investigación publicada en la revista "PNAS".
"De forma inesperada descubrimos que los humanos han desarrollado variantes de genes que pueden ayudar a proteger a las personas mayores de la demencia", indicó Ajit Varki, de la Escuela de Medicina de San Diego de la Universidad de California.
"Esos genes posiblemente evolucionaron para preservar a las personas de avanzada edad, así como para retrasar o prevenir la aparición de individuos dependientes que pudieran desviar recursos y esfuerzos dedicados a los jóvenes", agregó Varki, director del estudio.
El modelo estándar de la selección natural predice que una vez terminada la edad reproductiva el individuo muere, pero los humanos y ciertas ballenas son una excepción a esa norma.
Los ancianos contribuyen al cuidado de los individuos jóvenes y les transmiten importantes conocimientos culturales. Sin embargo el declive cognitivo relacionado con la edad pone en riesgo esos beneficios y, en ocasiones, carga al grupo con la necesidad de cuidar a los ancianos dependientes.
En su estudio, los investigadores se centraron en principio en el gen que codifica la proteína CD33 –un receptor que se proyecta desde la superficie de las células inmunitarias–, según explica el trabajo firmado también por el Centro Salk para investigación y la formación en antropogenia.
Investigaciones previas ya sugerían que algunas formas de la proteína CD33 evitaban la acumulación en el cerebro de péptido amiloide beta, cuya acumulación se cree que contribuye a la aparición del Alzheimer.
Los investigadores también descubrieron variantes específicas de los humanos en otros genes implicados en prevenir el declive cognitivo, por ejemplo en la molécula apolipoproteína APOE.
La forma ancestral del gen APOE4 es un conocido factor de riesgo en el desarrollo del Alzheimer y enfermedades cerebrovasculares, pero los investigadores descubrieron que sus variantes APOE2 y APOE3 parecen haber evolucionado para proteger de la demencia.
Paul Gagneux del Carta señaló que el estudio "no prueba directamente que esos factores estuvieran relacionados en la selección de variantes protectoras de CD33, APOE y otros genes, pero es razonable especular sobre esa posibilidad".
Fuente: EFE