Salud
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Diego Suárez Bosleman

Un intenso dolor en el pecho o la pérdida de visión son síntomas que suelen hacer que las personas vayan inmediatamente al médico por temor a que algo malo ocurra con su . Sin embargo, hay otros mucho más peligrosos que pasan desapercibidos.

Basados en datos de la (EE.UU.), presentamos una
lista de estos indicadores de riesgo para la .

1. Falta de aliento

El ejercicio extenuante, un aumento en la temperatura, la obesidad y la altitud difi cultan la respiración. Fuera de esos escenarios, la falta de aliento puede ser un indicativo de enfermedades respiratorias, tales como asma, fibrosis pulmonar, enfisema o bronquitis crónica. También se puede relacionar a fallas en el corazón producto de una hipertensión, enfermedades de las válvulas y arritmias.

Según Álex Jaymez, jefe de medicina interna de la clínica Internacional, hay casos extremos en que la falta de aliento impide a la persona terminar frases. “Esto puede ocurrir por una tromboembolia pulmonar, enfermedad que no tiene signos característicos para sospechar”, dijo a El Comercio.

2. Pérdida de peso inesperada

“Si el apetito y el consumo de alimentos son normales, pero existe una disminución en el peso, hay algo que hace que se consuma energía de más. Pueden ser enfermedades infecciosas o infl amatorias”, recalca Jaymez.

En el caso de infecciones, la tuberculosis va a la cabeza de posibles diagnósticos, seguido por la tifoidea o la fiebre malta. En el otro lado,
figura el hipertiroidismo. Este acelera el metabolismo, lo que genera una mayor demanda de energía. La diabetes no controlada sería otro
culpable, puesto que el cuerpo, al no poder asimilar o digerir la glucosa, busca energía extra de los tejidos. Asimismo –asevera el médico de la clínica Internacional–, los linfomas y cánceres como
los de colon y páncreas causan pérdida de peso.

De acuerdo con la clínica Mayo, se debe consultar a un especialista cuando se ha perdido 4,5 kilogramos, o más del 5% del peso corporal,
durante los últimos seis a 12 meses.

3. Fiebre persistente

Si la temperatura supera los 39,4 ºC o dura más de tres días, uno debe acudir a un médico, recomienda el centro estadounidense. Y es que fiebres causadas por un resfriado común o una gripe duran solo unas horas. Las más graves, que se mantienen incluso por tres semanas, están vinculadas a condiciones como la fiebre malta y la tuberculosis. Estas dos enfermedades se parecen a otros males, por lo que es difícil diagnosticarlas.

4. Saciarse con poca comida

La saciedad temprana puede estar acompañada por náuseas, vómitos,
hinchazón o pérdida de peso. Usualmente, los causantes son enfermedades digestivas, y la gastritis es la principal.

“Cuando uno tiene gastritis, come un bocadillo y se llena rápido, ya que como hay inflamación, se producen gases y distensión, lo que genera la sensación de llenura. El reflujo gastroesofágico hace lo mismo”, advierte Jaymez.

5. Cambios en las deposiciones

La beterraga da un tono rojizo a las heces, mientras que el hierro las torna de color negro. Si se presentan cambios sin haberse alterado la dieta o consumido algunos fármacos, hay un riesgo vinculado a enfermedades inflamatorias o tumorales.

“Si las heces son de color negro intenso, como el betún, es sangre digerida. Eso viene, probablemente, del estómago; y si es eso, puede
ser cáncer o gastritis”, indica el experto.

6. Alteraciones en la personalidad

Si uno presenta dificultades para enfocarse o mantener la atención, así como pobres habilidades de pensamiento, es necesario visitar un
centro médico. Según la clínica Mayo, estos cambios pueden ser causados por problemas como infecciones, mala nutrición, condiciones de salud mental o medicamentos.

7. Destellos de luz

Las típicas manchas de luz que se ven cuando se recibe el flash de una cámara pueden ser motivo de preocupación cuando no se da por
ese motivo. En los peores casos, significaría un desprendimiento
de retina.

“A esto se lo conoce como fotopsia. Habitualmente está referido a dos problemas: una diabetes que no ha sido controlada adecuadamente
y traumatismos, como un golpe en la cabeza”, enfatiza Jaymez.

El experto agrega que ver una especie de arco iris o halo al observar una fuente de luz se asocia con glaucoma o aumento de la presión intraocular.

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