(Nota publicada originalmente en enero de 2019)
De niño Virgilio Vasallo iba casi todos los fines de semana a la playa con su padre o sus amigos. Él recuerda que en esa época casi nadie hablaba de los bloqueadores solares, por el contrario, los baños de sol para nutrir la piel con vitamina D eran bastante recomendados.
Tanta exposición al sol tuvo consecuencias: le empezaron a salir pecas en el cuerpo, así que los doctores le recomendaron cuidarse de la radiación. Pero lo peor vendría muchos años después, en 2017, cuando ya tenía 58 años.
Todo inició con la aparición de un pequeño lunar en su espalda. Al principio, solo tenía el tamaño de una pequeña lenteja, por eso no le había prestado demasiada importancia. Sin embargo, poco a poco empezaron los dolores.
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Se le hacía muy incómodo realizar sus actividades diarias, sobre todo cuando tenía que viajar en carro. Apoyar la espalda en un asiento era un martirio; de igual manera, lo era acostarse.
En pocos meses, el lunar empezó a crecer hasta obtener el tamaño de una moneda de 50 céntimos, le salieron gránulos negros encima, comenzó a sangrar y se intensificó el dolor.
Finalmente, en febrero de 2018 llegó el diagnóstico: melanoma nodular ulcerado, un tipo de cáncer agresivo que en muchos casos se extiende a otras partes del cuerpo.
Felizmente, gracias a que el diagnóstico fue rápido, pudo operarse y responder de forma exitosa al tratamiento.
Virgilio reconoce que, de no haberle hecho caso a su familia, él hubiera demorado mucho en ir a consulta y probablemente su cáncer habría avanzado tanto que su recuperación hubiera sido más complicada.
“Estuve así hasta que ya no aguanté el dolor. Mi esposa y mi hijo me llevaron al médico. Si no hubiera sido por ellos, yo no habría ido”.
El cáncer de piel es el tipo de cáncer más común en el mundo. Según datos de la Fundación de Cáncer de Piel, cada año se diagnostica más de 13 millones de casos en el mundo y más de 65.000 personas mueren debido a este mal.
Casi todos los tipos de este cáncer resultan de la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) presente principalmente en los rayos del sol, aunque cierta cantidad puede proceder de fuentes creadas por el hombre, tales como las camas bronceadoras, se explica en el portal de la Clínica Mayo.
El incremento del cáncer de piel en nuestro país guarda relación con los altos niveles de radiación ultravioleta presentes en los últimos años, que incluso alcanzan niveles históricos de 20 puntos (considerado extremo). A pesar de esto, muchas personas subestiman el daño que las quemaduras de sol pueden hacer en su piel.
Conversamos con el doctor Christian Loayza, oncólogo de Cabeza y Cuello de la Liga Contra el Cáncer, para conocer más sobre esta enfermedad.
“Existen diversos tipos de cáncer de piel; sin embargo, los más comunes son cáncer de piel de tipo no melanoma”, comenta el especialista.
► No melanoma. Es el tipo de cáncer de piel con mayor incidencia en el Perú a causa de los rayos UV. El 90% de los casos de cáncer de piel son de tipo no melanoma, de los cuales el 80% se presenta en la cabeza y cuello.
En este tipo de cáncer se encuentra el carcinoma basocelular, carcinoma epidermoide, tumor de células de Merkel y carcinoma de glándulas, que tienen una probabilidad mucho menor de propagarse a otras partes del cuerpo y de representar una amenaza a la vida en comparación con los melanomas.
Se presenta como lesiones a la piel, ya sea como quemaduras producidas por el sol, protuberancias o heridas que no cicatrizan. Es importante realizarse chequeos preventivos si se descubre este tipo de lesiones.
► Melanoma. Neoplasia más agresiva y mortal; sin embargo, solo el 10% de tipos de cáncer de piel son de este tipo. Los rayos UV, son la causa principal para contraer la enfermedad, pues dañan el ADN de las células de la piel y pueden presentarse en el área de cabeza, cuello y principalmente en la mejilla. La aparición de manchas y lunares puede ser un signo de melanoma.
Si no es tratada a tiempo puede hacer metástasis. Si esto ocurre, el cáncer puede crecer más e invadir los tejidos y órganos cercanos, causando causa cicatrices, deformidad o incluso pérdida de la función de algunas partes del cuerpo.
En el Perú se registran 994 nuevos casos de tipo melanoma al año, y de estos 355 fallecen a causa de la enfermedad, revela un último informe realizado por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), Globocan 2018.
A parte de los chequeos mensual, el doctor Loayza explica que se debe estar alerta ante cualquier mancha en la piel o lunar sospechoso. La regla del ABCDE puede ayudarnos a conocer las señales de advertencia del melanoma. En esta, cada letra representa una advertencia:
A, por asimetría: un lunar que no es igual de ambos lados.
B, por borde: un lunar con bordes que están poco definidos o son irregulares.
C, por color: los cambios en el color de un lunar, incluyendo oscurecimiento, extensión del color, pérdida de color o la apariencia de diferentes colores, como azul, rojo, blanco, rosado, púrpura o gris.
D, por diámetro: un lunar mayor de 6 milímetros.
E, por evolución: un lunar antiguo que empieza a presentar cambios.
Además, el especialista recomienda utilizar bloqueadores solares con factor SFP de 50 (el estándar es de 30, pero por la alta radiación que existe en nuestro país es mejor usar uno mayor) y aplicárselo cada dos horas; usar lentes de sol con filtro de protección 400 UV y sombreros que protejan rostro y cuello; evitar exponerse al sol en las horas pico (de 10 a.m. a 3 p.m.); utilizar ropa de preferencia oscura y consumir alimentos con vitamina A y C.
Virgilio superó el cáncer de piel pero aún continúa su lucha. Luego de realizarse otros exámenes, los médicos le detectaron cáncer en el bazo y pulmón. Actualmente se encuentra a la espera de un nuevo tratamiento de inmunoterapia, el cual estimula las defensas naturales del cuerpo con el fin de combatir el cáncer.
A pesar de las adversidades, afronta su proceso con esperanza y optimismo.
“Hay días que por la quimioterapia me siento mal, pero más allá de esos momentos yo hago todas mis cosas con normalidad; algunos días incluso ni siquiera me acuerdo de que tengo cáncer. Claro, soy consciente de que debo cuidarme, seguir un régimen alimenticio, que no debo ayudar a que el mal avance”.
DATO
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