Si durante el año que pasó usted se ha preparado para afrontar una maratón de 42 kilómetros a más para probar los logros de sus rutina de ejercicios, debe tomar en consideración algunos riesgos de correr largas distancias.
Solo hasta el 2014, la maratón de Londres ha tenido que dar asistencia médica a un promedio de 5.000 personas de las más de 35.000 que participan en la prueba. La mayoría por lesiones leves, pero también algunas graves.
Desde que comenzó esta prueba en 1981 han muerto 12 personas (11 hombres y una mujer). Y en las más de 3.000 maratones que se realizaron en Estados Unidos entre 2000 y 2009 hubo 28 fallecidos, según un informe del doctor especializado en medicina deportiva David Geier.
Geier calculó que de cada 100.000 participantes hay un promedio de fatalidad de 0,75.
Sin embargo, correr a velocidad reducida o moderada reduce el riesgo de mortalidad hasta en un 30%, según la revista Journal of the American College of Cardiology.
¿Qué le puede hacer al organismo?
1. El corazón
Las mayores causas de muertes están vinculadas a trastornos en el corazón como arteroesclerosis (estrechamiento de las arterias) o problemas congénitos en el músculo cardíaco, según un informe de la BBC.
Correr afecta al corazón y aumenta su tamaño, pues debe compensar el incremento de sangre que necesita distribuir alrededor del cuerpo cuando hace ejercicio.
Los corazones grandes pueden producir arritmia, o latidos irregulares, que pueden causar la muerte. Por ello es importante que los corredores conozcan su estado de salud cardíaca antes de una maratón.
Un estudio de la Harvard Medical School de 2006 señala que los corredores que corren un promedio de al menos 72 kilómetros semanales se exponen a un riesgo considerablemente menor de sufrir lesiones cardíacas que aquellos que corren menos de 56 kilómetros a la semana.
2. ¿Y el cerebro?
Investigadores del Hospital Universitario de Ulm (Alemania) estudiaron a 44 participantes en la 2009 Trans Europe Foot Race, una carrera desde Italia a Noruega.
Tras seis años de análisis, se halló que su masa encefálica adelgazaba hasta un 6,1%, sobre todo, en el área destinada a la vista, pero al cabo de ocho meses regresaba a su tamaño original. "No hay lesiones a largo plazo”, explica el doctor a El País.
3. Un poco de agua
La deshidratación es tal vez el principal problema para los corredores, tanto por la falta de líquido como por el exceso
Una de las muertes registradas en el maratón de Londres ocurrió por el trastorno llamado hiponatremia, que es cuando la persona ingiere una cantidad excesiva de agua que reduce la cantidad de sodio en el cuerpo.
Si a ello se le suma una pérdida constante de sodio a través del sudor, los músculos pierden su capacidad de coordinar las transmisiones que le envía el corazón, lo que puede causar un paro cardiorrespiratorio repentino.
La falta de líquido puede causar mareos y ganas de vomitar.
4. Articulaciones y fatiga muscular
Los preparadores físicos señalan que correr deteriora las articulaciones de las rodillas y los pies. En el citado estudio, el radiólogo alemán Uwe Schütz comprobó que casi todos los cartílagos de las rodillas, los tobillos y los pies sufrían una importante degradación en los primeros 1.500-2.500 kilómetros de carrera.
Además, los corredores están permanentemente expuestos a lesiones más leves, como torceduras o esguinces, pero también pueden sufrir problemas musculares más graves o trastornos que requieren un proceso de recuperación más largo.
Es común que se produzca un desgarro en un músculo, la rotura de un menisco en la rodilla o un espolón calcáneo, que es la calcificación del talón.
5. Pérdida de agilidad mental
Durante una carrera, la glucosa y el oxígeno van sobre todo a los músculos. El cerebro recibe lo justo para sus funciones vitales, por lo que hay pérdida de agilidad mental, explica Pedro Luis Valenzuela, fisiólogo del ejercicio en el foro de profesionales vinculados al deporte Fissac.
Asimismo, según relatan corredores profesionales, tras más de 20 horas de correr, comienzan a tener pequeñas alucinaciones y aturdimiento.
6. Afecta el sistema inmunológico
Una rutina de ejercicios diaria puede reforzar el organismo, pero exigirle a un nivel extremo puede generar un efecto contrario.
Una investigación en Reino Unido mostró que un entrenamiento muy exigente, como el que se suele hacer para las pruebas de larga distancia, deja debilitado al sistema inmunológico incluso semanas después del esfuerzo físico, lo que deja al cuerpo expuesto a infecciones respiratorias.
Además, debido al esfuerzo durante la maratón, se libera una enzima llamada creatina quinasa al torrente sanguíneo, que puede puede ocasionar un daño renal poco frecuente llamado rabdomiolisis.
7. Afecta a los espermatozoides
Estudios muestran que el gran esfuerzo físico también puede afectar la movilidad de lso espermatozoides. Pero no todo es negativo.
Una investigación de la Universidad de Cambridge en 542 participantes en el maratón de Nottingham concluyó que aquellos con una buena marca tenían más testosterona, lo que los hace más atractivos frente a las mujeres.
Fuente: BBC/DW/El País