Uruguay vence a Philip Morris: David vence a Goliat
Uruguay vence a Philip Morris: David vence a Goliat

La semana pasada se produjo un hecho histórico para la salud pública mundial. El  (CIADI) -dependencia del Banco Mundial que decide pleitos denunciados por empresas privadas que aducen que sus negocios están siendo perjudicados por decisiones de algunos gobiernos-  al hermano país de Uruguay en un litigio iniciado en marzo del 2010 por la gigantesca compañía tabacalera Philip Morris.

Este fallo no es un titular mas de esos que uno lee por ahí estimado lector, este fallo sienta un precedente tan grande, que es posible que la mítica invencibilidad de las compañías tabacaleras en las cortes judiciales haya llegado a su fin.

¿Qué hizo Uruguay para merecer una denuncia?

En el 2005 el , médico oncólogo, fue elegido presidente de Uruguay y al año siguiente, el ministerio de salud decidió que el 50% de las cajetillas de cigarrillos debía estar cubierta por pictogramas que muestren las consecuencias del cigarrillo, como fetos pequeños nacidos de madres fumadoras o pulmones con cáncer.

Debido al éxito de esa medida, el 2009 el ministerio decide aumentar la superficie de los pictogramas al 80% de la superficie de la cajetilla y prohíbe que se vendan las variaciones de una marca de cigarrillos en la misma tienda. Es decir una tienda podía vender Marlboro, pero no las variedades “light” o “gold” de la marca.

Fastidiada por esas medidas de salud pública, la gigantesca Philip Morris, tuvo ganancias anuales de 62.000 millones de dólares, inició el proceso legal contra la diminuta pero valiente Uruguay, que ese mismo año tuvo un producto bruto interno de 32.000 millones de dólares. Es decir David contra Goliat.

Sabiendo que en los últimos años, sus juicios en las cortes civiles no le estaban siendo favorables, Philip Morris inició el pleito en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), amparándose en un  ( pos sus siglas en inglés) entre Uruguay y Suiza (Philip Morris tenía su sede central en ese país).

Lo que Philip Morris aducía era que al tomar 80% de la cajetilla para los pictogramas, ya no les quedaba espacio para poner su marca registrada. También decía que los pictogramas y los mensajes que los acompañaban eran repulsivos y chocantes y pedía un resarcimiento económico de 25 millones de dólares.

Si quieres saber más sobre este tema, sigue leyendo del blog del doctor .

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