A las ranas del género hyloscirtus se les encuentra en los Andes del Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú y Bolivia. Se les llama ranas de torrente por sus hábitats de ríos montañosos, pero también se les conoce como ranas de uñas pintadas, porque en la punta de sus ancas tienen manchas de color brillante que contrastan con el resto de su cuerpo. Hasta ahora, se conocen al menos 38 especies de este género. La más reciente de ellas se descubrió en Ecuador, gracias al trabajo de la Fundación Ecominga y el Instituto Nacional de Biodiversidad.
La Fundación Ecominga y sus aliados ya tienen experiencia en descubrir nuevas especies de ranas. Esta es la número 15 que identifican. El nombre científico que eligieron para esta especie es Hyloscirtus sethmacfarlanei. La llamaron así en honor a Seth MacFarlane, productor y creador de la serie animada Family Guy, quien está comprometido con la conservación de la naturaleza. El también actor es un importante donador de iniciativas que trabajan en la protección de bosques tropicales en países como Ecuador, Perú o la República del Congo.
La rana Seth MacFarlane habita al sur del Parque Natural Llanganates, en la provincia de Tungurahua, en el centro de Ecuador. Específicamente fue hallada en el Cerro Mayordomo, ubicado a más de 2900 metros de altura dentro de la reserva Machay, administrada de manera privada por Ecominga, en un corredor biológico que se conecta a parques naturales. El estudio en donde el equipo científico presenta cómo fue el hallazgo de la nueva especie fue publicado en septiembre pasado, en la revista Zoological Science.
Una coloración singular
La investigación que permitió descubrir a esta nueva especie inició en marzo de 2018, cuando uno de los participantes del estudio la observó durante una expedición botánica. Durante los siguientes años, los investigadores realizaron expediciones adicionales. En total encontraron cuatro individuos de la especie.
La rana de torrente de Seth MacFarlane llamó la atención de los investigadores de inmediato. ¿Por qué? Esta nueva rana se caracteriza por tener piel oscura y manchas vistosas. En el caso de la hembra adulta, sus manchas rojas contrastan con su piel café oscuro. Sus ancas tienen manchas rojas, apariencia característica de las ranas de torrente o de uñas pintadas, como las llaman en Ecuador.
Mongabay Latam habló con el biólogo Mario Yañez y el biogeógrafo Diego Cisneros, dos de los ocho investigadores que realizaron el hallazgo. Los seis investigadores que completan la lista de autores son Juan Reyes-Puig, Darwin y Fausto Recalde, Claudia Koch, Juan Guayasamin y Lou Jost.
“Nos llamó mucho la atención su coloración: café oscuro, café chocolate, con llamativos puntos rojos y las puntas de las uñas rojas. Esa variación de color no se había visto en los Andes, lo cual fue un indicador de que podía ser una especie nueva, lo que confirmaron el análisis de tejidos y otros estudios”, dijo el biólogo Mario Yañez Muñoz sobre las particularidades de esta nueva especie.
“Tiene un linaje antiguo. Estimamos —explicó Yañez— que esta especie tiene 9 millones de años desde su aparición. Para que tengas una comparación, el hombre y el chimpancé se separaron hace 3 millones de años. Y los primeros dinosaurios o serpientes aparecieron hace 150 millones de años”.
Identificar una nueva especie
Desde que miraron el primer ejemplar en marzo de 2018, en los investigadores nació el interés por corroborar sus sospechas de que se trataba de una nueva especie. Los otros ejemplares de esta rana los miraron en octubre y diciembre de 2019 y mayo de 2022. Durante estos acercamientos, los investigadores empezaron a recolectar información de los anfibios.
El primer indicador de que podía tratarse de una nueva especie fue su morfología, es decir la forma y apariencia de la rana. En su variación femenina adulta, su coloración café oscuro con manchas de un intenso rojo no es común en otras especies vistas. Los individuos juveniles tienen color amarillo con manchas negras, al crecer cambian a negro con manchas naranjas. Se desconoce la coloración de los machos adultos.
Algunos individuos de esta especie fueron llevados a los laboratorios del Instituto Nacional de Biodiversidad ecuatoriano y de la Universidad de San Francisco en Quito. Ahí se tomaron muestras de los tejidos de las ranas recolectadas en el Cerro Mayordomo, en la reserva Machay de Ecominga. Los estudios de ADN de esos tejidos permitieron corroborar que se trataba de una nueva especie. “El ADN es muy certero para delimitar una especie. Así se puede confirmar lo que morfológicamente habíamos visto, que era una nueva especie”, dijo Mario Yañez.
La investigadora Claudia Koch, del Museo de Investigación Alexander Koenig en Bonn, Alemania, analizó la osteología de la nueva especie, en particular la forma de su cráneo. La osteología es la ciencia de la anatomía que estudia los huesos. Para estos estudios se utilizó un tomógrafo de alta tecnología y resoluciones muy definidas, con los que analizaron “sobre todo la osteología craneal, para diferenciarla de otras especies”, explicó Yañez.
En este descubrimiento también fue clave el análisis geográfico de los patrones de población y ubicación de esta rana. En esta área contribuyó el biogeógrafo Diego Cisneros. “En esta zona de Tunguragua, no se había encontrado ranas de torrente. La pregunta ahora es si en otras zonas hay otras ranas que no han sido descubiertas”, dijo Cisneros.
Este equipo científico utiliza un algoritmo avanzado que, al medir distintas variables, puede generar una predicción de aquellas zonas en donde podría haber nuevas ranas por descubrir. “(Se busca) predecir con base en lo que se conoce, con algoritmos avanzados, para mezclar datos de clima, geográficos, de las montañas, junto con los datos de las ranas, para entender porqué están distribuidas en esas zonas y qué tanto se diferencia el rango de distribución de esta especie de las otras. Para así entender cuáles son las zonas donde podrían esperarse no solamente esta especie, sino otras que todavía podrían estar por descubrirse”, explicó Cisneros.
La nueva rana es difícil de encontrar, por ello es complicado conocer en qué estado de riesgo de extinción o vulnerabilidad se encuentra su especie. Eso hace que sea más valioso este hallazgo. “Las hyloscirtus son ranas raras. No son fáciles de encontrar. Habitan en hábitats complicados, difíciles de acceder. En ríos montañosos, que están en cañones, en quebradas, en zonas muy pendientes. Encontrarlas naturalmente es difícil por el ecosistema en el que habitan. Además, muestran un alto nivel de endemismo (es decir, que su especie es propia y exclusiva de determinadas localidades o regiones). Tienen rangos geográficos muy restringidos. Viven en pocas localidades, muy específicas. Esta nueva especie por ejemplo, solamente se conoce de esta reserva en los Andes centrorientales del Ecuador”, dijo Cisneros.
Ranas con toxinas, no veneno
Aunque hay ranas que son conocidas popularmente como venenosas, en particular las que habitan en el Pacífico colombiano, los investigadores explicaron que técnicamente lo que transmiten es toxinas. Este es el caso de las hyloscirtus, como la rana Seth MacFarlane. Una especie venenosa es aquella que activamente transmite veneno, por ejemplo con su mordida. Lo que hacen las ranas es distinto, pues tienen toxinas en su piel que en raras ocasiones pueden tener un efecto sobre los humanos. Esto es lo que llaman ranas apozomáticas.
“Estas ranas en general son tóxicas, no venenosas. Se ha popularizado el nombre venenosa, pero propiamente esa denominación es para organismos que te pueden pasar activamente un veneno. Por ejemplo, una serpiente es venenosa porque tiene unos colmillos con los cuales puede pasarte el veneno al momento de morderte. La mayor parte de anfibios, a excepción de unos brasileños, no son venenosos, sino tóxicos”, explicó el biogeógrafo Cisneros.
Las toxinas de estas ranas pueden tener beneficios farmacológicos. Cisneros apuntó que hay investigaciones, en el área de la medicina, que están experimentando con estas toxinas para conocer si se pueden utilizar en el desarrollo de nuevos tratamientos para diversas enfermedades.
¿Por qué las ranas producen estas toxinas? “Porque los anfibios respiran por la piel, también por los pulmones, pero parte de su respiración es por la piel. Para eso necesitan tener la piel permanentemente húmeda. Eso es un perfecto caldo de cultivo de bacterias que en muchos casos son inocuas, pero en otros pueden ser infecciosas. Para controlar la población de bacterias en su piel, especialmente las infecciosas, todos los anfibios tienen glándulas que producen toxinas. Esas toxinas también les puede servir para protegerse de sus depredadores”, explicó Cisneros.
Las ranas que tienen toxinas muy fuertes sí pueden afectar a humanos, como sucede con las ranas del Pacífico colombiano. No es el caso de la rana Seth MacFarlane.
Ranas: indicadores de la salud de un ecosistema
Los investigadores también confirmaron que la presencia de ranas, como la Seth MacFarlane, es un buen indicador de la salud o conservación de un ecosistema; por eso cuando estos se ven afectados, los anfibios son los primeros en desaparecer. “Las ranas respiran por la piel. Por lo tanto, la contaminación por pesticidas, por plaguicidas, por automóviles, todo eso las afecta. La deforestación, todo lo que cambie el microclima y el clima de la región, también. Cuando tumbas los árboles, (el ambiente) se hace más seco, se baja la humedad, disminuye el agua, entra más sol. Todo eso provoca pequeños cambios que afectan a unos organismos más que a otros. Los anfibios son muy sensibles a los cambios ambientales”, explicó Cisneros.
Y continuó: “Cuando encuentras poblaciones saludables de anfibios tú puedes correlacionar con que la zona está mejor protegida. Claro, depende del anfibio, hay unas especies más tolerantes a los disturbios causados por los humanos que otros. Las hyloscirtus o rana de torrente, incluida la nueva especie, están en ríos limpios y zonas con bosques bien protegidos. Normalmente cuando llega la deforestación son las primeras en desaparecer, lastimosamente”.
Para los investigadores, la sensibilidad de esta rana a cualquier afectación al ecosistema es una razón fuerte para proteger su entorno. Por eso, la Fundación Ecominga trabaja en la conservación de ecosistemas como el Cerro Mayordomo, en su reserva natural Machay.
“El problema con las especies endémicas es que puede que en las zonas deforestadas ya no esté la especie. Cuando cortas, deforestas varias hectáreas de una montaña, puede que haya una especie que solo vive ahí, en esa zona, en ese riachuelo. La destrucción de los hábitats es compleja. No se trata solo de que se conserve (el ecosistema) en una provincia y se pueda deforestar en otra. Todos esos procesos son problemáticos. Es importante que entendamos eso. Necesitamos apoyar la conservación de las especies y un desarrollo sustentable real, en especial en los países de los Andes”, dijo Cisneros.
Los investigadores detectaron que en la región en donde está la reserva hay actividades que tienen afectaciones sobre los ecosistemas, entre estas, la deforestación, minería y la actividad de hidroeléctricas. Por eso resaltaron la importancia de cuidar la reserva Machay. “El objetivo de estas reserva es proteger fragmentos de bosques, altamente biodiversos para evitar que la deforestación y otros tipos de destrucción de hábitat, como la expansión de la frontera agrícola o la minería, avancen y destruyan estas zonas”, dijo Cisneros
Mario Yañez también hizo un llamado similar. “El tema minero es muy crítico. Es por eso que Ecominga está haciendo el énfasis para conservar estas áreas, Sangay y Llanganates. Desde la ciudad de Baños, en todo este corredor hay presencia minera y de hidroeléctricas”.
Quizás esta es una de las razones por las que el actor estadounidense, productor televisivo, conservacionista, filántropo y creador de la serie animada de televisión Family Guy, Seth MacFarlane, decidió contribuir económicamente al fondo Rainforest Trust, que a su vez apoya a la Fundación Ecominga junto con World Land Trust.
En honor a esta acción filantrópica que facilita la protección de reservas naturales en Ecuador, incluida la reserva Machay, en donde se descubrió a la nueva especie, los investigadores nombraron a esta rana Seth MacFarlane. En 2019, el productor donó 1 millón de dólares a la organización Rainforest Trust, dedicada a proteger bosques y detener la deforestación en Ecuador, Perú y la República Democrática del Congo.
“(Fue) en honor a Seth MacFarlane, que es actor, director, artista, el creador de Family Guy, que además es conservacionista. Ha dado muchísimo apoyo, impulso a la conservación de la naturaleza y biodiversidad. Ha apoyado específicamente procesos de conservación como el de esta rana”, dijo Cisneros.
*Imagen principal: fotografías de la rana Seth MacFarlane compartidas en la publicación de la investigación.
El artículo original fue publicado por David Tarazona en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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