La primera aventura retro de Sony comienza muy bien. Basta ver el empaque en la que viene la PlayStation Classic para que una gran parte de nuestras infancias vuelva a cobrar vida. La caja, el logo, los colores, el lugar de cada imagen... ¡todo en su sitio más de dos décadas después! (la versión original se lanzó en 1994); con la diferencia del tamaño, ahora en un diseño mini. Y la verdad que es alucinante.
De entrada, Sony logra su principal cometido: engancharte a punta de nostalgia. Y esa idea queda más cimentada cuando vas descubriendo lo que hay dentro de la envoltura. Cada detalle de la consola y los mandos -vienen dos- están muy bien cuidados, al punto que tuve que palparlos una y otra vez para dejar de lado la incredulidad.
Lo único que se te ocurrirá será ir a conectarlo y empezar a jugar, con la sensación de que la última apuesta del gigante japonés cumplirá la promesa de devolverte algunas de las emociones de tu niñez. Sin embargo, a partir de aquí aparecen los problemas.
Botón power, luz verde y ¿acción?
Hace algunos meses se habían revelado los 20 juegos que incluiría esta versión mini de la PlayStation original. Al conocerse la lista, se generó un gran debate que todavía sigue abierto, con muchas voces en contra por los títulos elegidos. Y, a pesar de estar en ese bando, el impacto visual que me generó el diseño de la consola fue tanto que el tema de los videojuegos pasó a un segundo plano.
Pero todo lo que se había ganado con la presentación de esta versión Classic, comienza a perderse desde el menú principal, en el que se muestran los juegos que vienen, así como otras opciones. El acabado es tan simple y sin imaginación, que uno asume es el primer aviso de lo que se viene.
Llama la atención que se hayan descuidado estos detalles cuando en el mercado, de estas versiones mini, hay más de una alternativa con los productos de Nintendo, que ofrecen un menú más cuidado y encantador.
Lo mejor en este punto, que es la verdadera partida, no son los juegos sino la opción de guardado. La clásica Memory Card, que era un accesorio que se compraba por separado, ahora es virtual dentro de la consola y emula, en aspecto, tal cual a la original.
¿Realmente es tan malo el catálogo de juegos?
Los 20 títulos elegidos para la PlayStation Classic han sido y son los grandes protagonistas, al punto que en varios países muchas personas que tenían reservada esta consola con anticipación decidieron cancelar la compra al enterarse del catálogo de juegos. Antes de profundizar, veamos lo que nos ofrece Sony:
- Battle Arena Toshinden
- Cool Boarders 2
- Destruction Derby
- Final Fantasy VII
- Grand Theft Auto
- Intelligent Qube
- Jumping Flash!
- Metal Gear Solid
- Mr. Driller
- Oddworld: Abe’s Oddysee
- Rayman
- Resident Evil Director’s Cut
- Revelations: Persona
- R4 Ridge Racer Type 4
- Super Puzzle Fighter II Turbo
- Syphon Filter
- Tekken 3
- Tom Clancy’s Rainbow Six*
- Twisted Metal
- Wild Arms
Dentro de esta lista hay más de un título reconocible para quien creció jugando y para quien no, o recién entró a este mundo virtual con las consolas de las siguientes generaciones. Sinceramente, habiendo probado los 20 videojuegos con tiempo, no creo que se trate de un mal catálogo pero sí de una elección equivocada, en la que el recurso de la nostalgia, al cual se apela desde el principio, termina de derrumbarse al no ser alimentado por el principal motivo de la existencia de las consolas: los juegos.
Cuando se esperaba que Nintendo nos sorprendiera con su siguiente paso, apareció PlayStation dando un golpe sobre la mesa con títulos como Gran Turismo, Tomb Raider, Crash Bandicoot, Tony Hawk, Castlevania: Symphony of the Night, Silent Hill, Winning Eleven 3, WWF SmackDown y podría seguir. Pero... ninguno de estos fue incluido.
La joya de esta PlayStation Classic es Metal Gear Solid, un juego de culto, que a pesar de los años y avances, sigue siendo toda una obra de arte. Basta ver los créditos en el comienzo del juego, como si se tratara de una película, para saber que nos espera una aventura que no tiene pierde. Incluso, para quienes no lo han jugado y se animen a hacerlo en estos tiempos de realidad aumentada.
Se agradece que estén Final Fantasy VII, Tekken 3, Twisted Metal o Grand Theft Auto, pero que no haya ni un solo Crash o Winning Eleven, realmente es un pecado. Crash Bandicoot era tan divertido y bueno, que parecía un juego para dos personas. Además, tenía la capacidad de unir, así como de superar las fronteras generacionales. Recuerdo que pasaba horas jugando con mis hermanas, turnándonos. Tres personas para un solo mando y cero apuro. O cuando me divertía con mi abuelita, mientras ella intentaba saltar sin tocar las cajas verdes que explotaban de inmediato.
Y si nos ponemos a pensar en la serie Winning Eleven, termina siendo increíble cómo faltó en la selección final. Me queda claro que, en tiempos en los que PES y FIFA luchan por mantener y ganar licencias, hubiera sido un problema demasiado costoso incluir algún número del popular juego. Mas no se justifica.
A ojos cerrados habría pagado por volver a jugar el 'Winning 3', escuchando la narración en japonés gritando "Ronaldooo" o "Batistuutaaa". O ver a alguien jugar con Brasil y poner de delantero a Roberto Carlos, con su velocidad y disparo de 9. Ni que decir del Winning Eleven 4, en el que Konami introdujo clubes, así como esa maravilla llamada "Liga Master", en la que podías comprar jugadores, marcando el rumbo de lo que serían los juegos de fútbol a futuro. Cómo habrá sido de poderosa esa idea, que hoy el FIFA, principal competidor del PES, la tomó y perfeccionó. Asimismo, es imposible olvidar que este título fue el primer videojuego de la saga en el que se podía elegir a Perú, que tenía a Solano, el 'Chorri' Palacios, Maestri, Pizarro, Ibáñez, entre otros.
¿Merece la pena la PlayStation Classic?
El poco trabajo en el menú principal, así como las franjas negras a los lados de la pantalla, para rellenarla, ya que el aspecto es en 4:3, hacen que la experiencia no sea plena. Estos son los detalles que a uno le dejan claro que Sony se apresuró en lanzar esta versión Classic, para subirse a la moda retro al ver los buenos resultados de Nintendo.
La extensión de los cables de los controles limita bastante. Son un poco más cortos que el cable que viene en la PS4 para cargar el mando y ese es otro desacierto. En cambio, que todos los títulos estén en inglés es algo que no me incomodó, aunque sí creo que para más de uno no pasará desapercibido.
En cambio, a pesar de los cables, en todo momento la PlayStation Classic me dio la sensación de ser portátil. De hecho, cuando la probamos por primera vez, jugamos conectándola a una batería externa y una pantalla removible de cámara con entrada HDMI. Y la experiencia, por más rápida que haya sido, fue genial (abajo les dejo el video).
No termina siendo un mal producto pero creo que es una oportunidad perdida por Sony, que le sacó poco brillo a una de sus joyas más preciadas (y que muchos amamos), con la que se introdujo exitosamente al mercado de los videojuegos. Al tener un diseño espectacular pero carente de títulos memorables, la empresa japonesa nos acabó dando pizcas de nostalgia, insuficientes para estos tiempos en los que conseguir un emulador con juegos de la PS1 es sencillo. Igual creo que deberíamos estar atentos al gigante asiático en el futuro, porque si aprendió la lección, tiene todo a su favor para marcar un antes y un después en este mercado mini con la PlayStation 2.
Si no valiera 599 soles, diría que sí vale la pena pagar lo que cuesta. El problema es que el precio no va de la mano con el catálogo de juegos que ofrece. Es como que Nintendo haya lanzado sus versiones mini sin incluir algún Mario Bros. Con una mejor selección de títulos, con alguno de los mencionados, o por lo menos teniendo la opción de descargarlos de la tienda online, el valor estaría más que justificado ya que la experiencia retro estaría completa. Personalmente, habría tenido un serio problema después del trabajo: prender la PS4, la Classic o ver Netflix. Y creo que le pasaría a más de uno.
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