Sonia del Águila

Don Alfredo Kato siempre tuvo claro que sería periodista, incluso las tres veces que -por complacer a su padre- postuló a la facultad de odontología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y no ingresó. “Hasta ahora me pregunto si no aprobaba a propósito o era tan tonto que no sabía resolver un examen. Creo que era lo primero”, reflexiona.

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