Deportista calificada, Miss Perú Universo y Miss Hispanidad 1994, dalina, presentadora de TV, actriz de exitosas ficciones peruanas y empresaria. Antes de ganar, Karina Calmet aprendió a perder, a corregir errores y a desafiar sus fortalezas para siempre ir por más. Después de radicar durante cinco años en España, vuelve al Perú renovada, motivada, conciliadora y deseosa de reencontrarse con la actuación y su público.
De niña y adolescente destacó como atleta, inicialmente en olimpiadas escolares, luego en competencias internacionales como parte de la selección nacional de atletismo. En 2011, después de más de dos décadas de alejamiento de escenarios deportivos, volvió a competir en el Sudamericano de Atletismo Máster, donde ganó la medalla de oro en vallas y batió un récord nacional al hacer un tiempo de 13 segundos con 69 centésimas en los 80 metros vallas.
“He sido inmensamente feliz como atleta. El atletismo me dio la disciplina, me enseñó a tomar mucha conciencia de lo que es ser disciplinado. Fue una etapa invaluable”, destaca la artista nacional.
A los 25 años, la disciplina que adquirió como deportista sumada a su indiscutible belleza, la llevaron a apropiarse del título de Miss Perú Universo 1994, una edición que tuvo a la periodista Jessica Tapia entre las candidatas. Ese mismo año, Calmet también se consagró como Miss Hispanidad.
“Representar a tu país afuera es una gran responsabilidad, pues dejan de llamarte por tu nombre para llamarte Perú. El hecho de haber podido traer la corona del Miss Hispanidad fue hermoso, conocí a reinas de otras nacionalidades, con las que mantengo contacto, cada vez que hay concursos internacionales de belleza nos conectamos para compartir nuestras experiencias y predicciones”, señala.
─¿Ya tienes a tu favorita para el Miss Universo 2022? ¿Qué opinas de la representante peruana, Alessia Rovegno?
Todas las misses están diciendo que nuestra querida Alessia va a quedar entre las tops y eso me hace profundamente feliz porque yo soy amiga de su mamá, Bárbara Cayo. Conozco a Alessia desde chiquita, la quiero mucho. Me encantaría que gane y tiene todas las condiciones para hacerlo.
─¿Está en tus planes postular al Señora Perú?
Fíjate que no. Lo que me gustaría hacer después de estar tantos años afuera, en pausa, preparándome, es retomar mi carrera como actriz y conductora porque siento que es un buen tiempo para hacerlo.
De dalina a actriz
Cuando era modelo, Calmet Brugnara intentó en varias oportunidades ingresar al programa Nubeluz como dalina, pero fue recién en 1995 tras conseguir la corona del Miss Perú, que la producción del mágico espacio infantil en el que convivían en una nube, dalinas, nubelinas, cíndelas, gólmodis y dicolines, puso los ojos en ella. Posteriormente incursionó como actriz y presentadora de “De buena onda” y “ATV Noticias”. Actuó en producciones nacionales, como “Milagros”, “Vidas Prestadas”, ″Soledad”, ″La mujer de Lorenzo”, ″Tormenta de pasiones” y la histórica serie “Al fondo hay sitio”.
─¿Cómo te involucras en la actuación?
Cuando decidí ser actriz, me preparé. Ingresé al taller de América Producciones, luego al de Roberto Ángeles, en todos los niveles. Mi primer papel importante lo conseguí a inicios de este siglo, interpretando a Elisa Galindo en “Vidas prestadas”, una chica esquizofrénica, a la que veíamos llorar y reír a la vez, me sacó el ancho, pero aprendí mucho.
─¿Es el personaje que más te ha costado interpretar?
Diría que sí, porque fue realmente un reto, fue mi primer papel importante, y debo agradecer que hayan confiado en mí porque recién salía de estudiar. Luego llegó una propuesta tras otra, y así estuve durante varios años, hasta que decidí hacer una pausa para seguir preparándome.
─Una pausa de casi cinco años, viviendo en España. ¿Qué hiciste durante ese tiempo?
Seguí capacitándome, era necesario porque la forma de hacer ficción cambió: antes eran los culebrones, luego vinieron las series y ahora la tendencia es una mezcla de serie con novela, y esa velocidad es distinta. Llevé talleres de artes escénicas, estudié con directores españoles, también trabajé con actores de otras nacionalidades.
─¿Hiciste casting o actuaste en alguna producción allá?
A pesar de no tener un representante, me llamaron para castings importantes de grandes series. Hice varios, no me eligieron, pero igual me siento ganadora porque llegué a la terna final junto a gente reconocida, fue un gran entrenamiento, pues debo aceptar que me moría de miedo.
─Mientras estuviste en España, ¿recibiste propuestas para actuar en Perú?
En 2017 y 2018 me llamaron, pero en ese momento no era lo que quería hacer, sentía que tenía que salir un tiempo para prepararme y crecer, y siento que hice lo correcto. Necesitaba nutrirme, ver el trabajo de otros actores, ver teatro en otros países, captar nuevas cosas, entrenarme, atreverme.
─El 26 de marzo del 2018 a través de un tuit te despediste de la actuación en Perú asegurando que estabas limitada a tener papeles frívolos por ser blanca. ¿Mantienes esa postura?
Tengo que aceptar que me fui agotada, cansada, y que un buen actor tiene que hacer a su personaje grande, porque este es como un bebé, hay que ponerle la ropa, darle la papilla. Y yo en ese momento era un ogro, me convertí en el Grinch, quería estudiar, crecer, estaba en un momento malo, hastiada. Debo aceptar que ahora pienso distinto a ese año, porque sino no avanzo.
─¿Estás dispuesta a volver a actuar en Perú?
Ahora sí, y ojalá que me llamen porque puede ser que ya no quieran trabajar conmigo. Ahora estoy capacitada, tengo más elementos y recursos para hacer cosas diferentes, la pausa que tomé fue importante, me ayudó a oxigenarme y reinventarme. Cuando uno recibe un personaje tiene la maravillosa oportunidad de crear algo espectacular, y si me dan una nueva pituca o mala, te aseguro que va a ser diferente a todas las que he interpretado.
─Apelando a tu sentido autocrítico, ¿qué piensas cuando ves esos incendiarios tuits y comentarios que compartiste antes de irte a España?
Horrible, cuando reviso cosas, entrevistas, digo: ¡Qué papelón! No hay forma de borrarlas, pero uno puede cambiar de opinión.
─¿Qué piensas ahora de Isabella Picasso Maldini, tu personaje de “Al fondo hay sitio”?
Era una chica que trataba de maquillar y disfrazar su pasado y las cosas que le afectaban. Tenía una serie de complejos y contradicciones porque aquellas cosas que criticaba y decía que estaban mal, en el fondo le gustaban. Decía una cosa y hacía otra.
─¿Volverías a interpretarla en “Al fondo hay sitio”?
El problema es que a Isabella le han pegado un balazo en el estómago y hasta donde sé, en una situación así te quedas con amnesia temporal o definitiva. La enterraron cuando acabó la octava temporada, pero no sé si está muerta de verdad, pues en esa serie cualquier cosa puede ocurrir, los guionistas son unos genios, no dejan de sorprendernos.
─¿Qué te pareció el final de Isabella?
Su muerte fue un tema de guion, fue parte una venganza, Carmen (Teddy Guzmán) la mata porque antes, Francesa (Yvonne Frayssinet) había matado a su hija Claudia Llanos (Úrsula Boza). Los actores podemos estar o no de acuerdo con muchos finales, en este caso fue un final inesperado que sorprendió a todos, fue parte de la genialidad de los guionistas.
─¿Estás de acuerdo con la continuidad de la serie?
Si a la gente le gusta y la ve, no tiene por qué terminar, hay series gringas como Grey’s Anatomy que han durado un montón de temporadas y les ha ido muy bien. Mientras “Al fondo hay sitio” siga emitiéndose con esa genialidad, todo está bien.
─¿Te gusta la actual temporada?
Me parece espectacular, sobre todo la familia del personaje Giovanni Ciccia... qué tales actores que tenemos. Es agradable verlos, se nota que aman su trabajo y le ponen ganas. Las escenas que hace Giovanni son prácticamente cinematográficas.
─A través de las redes sociales tuviste enfrentamientos con algunos actores de la serie, sobre todo con Mónica Sánchez....
Mi amor y respeto antes que nada para Mónica, una gran amiga, hermosa actriz, absolutamente respetable. Todo mi cariño y aprecio hacia ella.
─¿Solucionaron sus diferencias?
Cada persona tiene su punto de vista, sea cual sea, hubo una tontería, un mal entendido hace seis años, en la vida hay que avanzar, eso ya pasó. A veces la política crea malos entendidos, pero en mi caso, después de tanto tiempo, tanta agua que ha corrido bajo el puente, ya no hay nada que hablar al respecto.
─¿Reconoces que hubo mucho apasionamiento en esos entredichos?
Acepto totalmente que me puse como una chiquita malcriada, se creó un bolondrón en redes, la gente opinaba y el tema crecía. Sin embargo, creo que el compañerismo y la amistad siempre tiene que prevalecer, una opinión personal nunca nos tiene que dividir como amigos.
─En 2018 tentaste un cargo como regidora de Lima por Fuerza Popular, ¿sigues interesada en incursionar en política?
Definitivamente, ahora no. En ese momento mi intención era ingresar a la política para ayudar a las mujeres de mi país, para que no sigan cometiéndose tantas injusticias. Lo que quiero hacer ahora es seguir nutriéndome de mi etapa artística, retomar la actuación. Regresé al Perú los primeros días de noviembre y no he dejado de vivir cosas intensas, estuve en el matrimonio de mi hija Naelah, verla entrar del brazo de su papá para dar un paso tan importante en la vida, me emocionó mucho. Estoy profundamente agradecida con todo lo que me está pasando.
─¿Cómo defines esta etapa de tu vida?
Muy tranquila. Hace muchos años, cuando tenía 20, creía que a los 50 me iba a sentir cansada, y ahora que estoy en esta etapa, la disfruto porque no hay extremos, no hay blancos ni negros, solo plomos. Ahora entiendo más a otras personas, entiendo que no siempre se gana en una discusión, y que no siempre tenemos la razón. Ahora vivo con intensidad cada momento, reencontrarme con mi familia y el público, que me apachurren, me besen, me saluden, me hace muy feliz.