Al menos 12 personas, incluyendo la actriz Naya Rivera, fallecieron en el lago Piru desde 1994. (Foto: Joe Klamar/AFP)
Al menos 12 personas, incluyendo la actriz Naya Rivera, fallecieron en el lago Piru desde 1994. (Foto: Joe Klamar/AFP)
Juan Luis  Del Campo

El lago Piru era un pequeño cuerpo de agua desconocido ubicado en el sur de California. Sin embargo, hoy su nombre fue escuchado en todo el mundo luego que fuera el escenario de la desaparición de la actriz el pasado 8 de julio, una búsqueda que concluyó el 13 de julio con la identificación del cuerpo de la actriz.

Rodeado de una región montañosa llena de belleza natural y a solo 80 kilómetros de la ciudad de Los Ángeles, es frecuentado por aquellos que quieren practicar deportes acuáticos y pesca en relativa tranquilidad. Pero debajo de la apacible apariencia de la superficie del agua se oculta una oscura historia. Y es que desde su establecimiento hace 65 años ha sido el escenario de más de una decena de ahogamientos.

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Ubicado en el bosque nacional Los Padres, el lago Piru fue creado en 1955 con la construcción de la represa de Santa Felicia, con lo cual se llenó de agua lo que era antes un valle. A consecuencia de esto, diversos escombros quedaron en el fondo del ahora lago, el cual llega a una profundidad de 40 metros, los cuales presentan un peligro para los nadadores.

No es el único riesgo que oculta las soleadas orillas del lago Piru, el cual presenta frecuentemente fuertes vientos que han causado que algunos barcos se vuelquen o personas se caigan por la borda. Finalmente la frialdad del agua presenta un peligro más, drenando rápidamente la fuerza de las personas que nadan en su superficie y precipitando su muerte.

Un letrero advierte contra la natación o el vadeo en el agua cerca de los muelles en el lago Piru, donde se encontró un cuerpo de la actriz Naya Rivera (Foto: Frederic J. BROWN / AFP)
Un letrero advierte contra la natación o el vadeo en el agua cerca de los muelles en el lago Piru, donde se encontró un cuerpo de la actriz Naya Rivera (Foto: Frederic J. BROWN / AFP)
/ FREDERIC J. BROWN

Fue este precisamente el caso que las autoridades del condado de Ventura creen ocurrió en el caso de la actriz, quien se habría ahogado tras utilizar sus últimas fuerzas para llevar a su pequeño de cuatro años a la seguridad del bote.

LAS MUERTES

Casi 16 años antes de esta tragedia ocurrió la primera muerte registrada en el lago Piru. En agosto de 1994 Jesús Danilo Carranza, de 27 años, murió ahogado nadando en el cuerpo de agua durante una excursión con su familia y a pesar de que portaba un chaleco salvavidas.

Tres años después, en julio del 1997, ocurriría un episodio muy parecido al de Naya Rivera. Liborio Dominguez fallecería rescatando a su hija luego que esta se cayera del bote. La menor logró salvarse, pero su progenitor se ahogó durante el rescate. Su cuerpo fue recuperado días después.

Setiembre de 1997 cobraría dos vidas, Isidro Castillo de 22 años y Ulises Anthony Mendoza de 30. En febrero del próximo año ocurriría la misteriosa muerte de uno de los trabajadores del mismo lago: Arthur Raymond Caladara fue encontrado flotando cerca al puerto luego de que faltara al trabajo.

Con la llegada del nuevo milenio continuaron las muertes y en junio del 2000 se encontró el cuerpo de Vy Xuan Dang, quien había desaparecido en mayo del mismo año mientras navegaba el lago. Le siguió la trágica muerte de Denise Arredondo, de nueve años, en mayo del 2004.

En agosto del 2008 volvería a ocurrir una tragedia cuando Anatoly Naftoli Smolyansky, de 39 años, perdió la vida rescatando a su hija de 5 años luego que esta se cayera del bote. En mayo del 2010 sería el turno de Roberto Barrios, de 36 años, quien se ahogó mientra nadaba en el lago.

El lago cobraría una vida más antes de Rivera. Se trató de una mujer no identificada que fue hallada flotando en el cuerpo de agua el 11 de setiembre del 2014. La causa de muerte fue establecida como suicidio.

¿MALDICIÓN?

La idea de adjuntar maldiciones a desgracias es una narrativa atractiva y prevaleciente en las redes sociales y nuestros medios de comunicación. Al poco tiempo de la desaparición de Naya Rivera empezaron a resurgir artículos sobre la “maldición de Glee”, citando los trágicos finales que sufrieron algunos actores de la popular serie.

Este tipo de pensamiento no se centra solo en el espectáculo, sino también en los deportes como la supuesta maldición de Alianza Lima, en el mundo de la política, como la maldición a la poderosa dinastía Kennedy en los Estados Unidos, o incluso en la arqueología, como la famosa maldición del faraón Tutankamón.

, los investigadores Ken Drinkwater y Neil Dagnall señala que “si bien la mayoría de personas estos días no creen en maldiciones supernaturales, su prevalencia en los medios sugiere que todavía tienen un agarre en nuestras mentes y que una buena cantidad de personas todavía les dan crédito”.

Para los investigadores, nuestra creencia en las maldiciones también puede provenir de nuestro deseo de que el mundo tenga sentido, de darle orden al caos. “En el caso de las maldiciones esto puede causar que las personas vean enlaces entre eventos aleatorios y equivocadamente atribuyen un mal o mala suerte a una maldición mágica en vez de otros factores, como la suerte y el error humano”, agregan.

En el caso del lago Piru, este ya tiene registrado las razones de su riesgo. Adicionalmente, si bien 12 muertes en dos décadas no es un número bajo de ahogamientos, el lago dista mucho del más mortal en los Estados Unidos. Por ejemplo, al menos 16 personas han fallecido ahogadas en lo que va del 2020 en el lago Míchigan, . A estos números hay que tomar en cuenta que la superficie de este cuerpo de agua, con sus 57.750 km², es mucho más grande que los 5 km² del lago Piru.

Lo cierto es que la peligrosidad del lago Piru no ha pasado desapercibida y una petición para cerrar las actividades recreativas dirigida al condado de Ventura ya reúne 3500 firmas

Mientras tanto los familiares y amistades de Naya Rivera buscan encontrar un sentido a la vida después de su trágica desaparición a la corta edad de los 33 años. “No importa el año, las circunstancias y los problemas, cada día que estás vivo es una bendición”, . “Aprovecha lo máximo de hoy y cada día que se te da. El mañana no está prometido”.

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