Hay una tendencia casi infalible en Hollywood. Cuando un actor alcanza fama prematuramente, su futuro suele ser oscuro mientras más lejana está la pubertad. A Amanda Bynes, quien fuera uno de los rostros más populares de Nickelodeon, le ocurrió. Tras protagonizar éxitos como "El show de Amanda" y "What I Like About You", la californiana comenzó a figurar más por sus escándalos fuera de la TV que por su trabajo.
La actriz fue detenida en el 2012 por conducir ebria y sin licencia. Su abuso de sustancias alucinógenas empezaba a manifestarse en conductas peligrosas.
En 2014, Amanda Bynes fue obligada a internarse en el Hospital Las Encinas de Pasadena, California, para recibir un tratamiento psicológico luego de, entre otras cosas, publicar en Twitter una acusación de abuso sexual contra su padre, que finalmente resultó ser falsa.
Para inicios del 2017, Amanda Bynes ya estaba 100% retirada de la pantalla, aunque concedió una entrevista en la que dijo tener planes para volver a la TV.
Sin embargo esta nunca se concretó y la actriz desapareció también de redes sociales como Instagram. Recientemente, Amanda Bynes fue captada por primera vez en varios meses mientras realizaba compras en Los Ángeles.
Su cambio de apariencia ha dejado sorprendidos a aquellos que tenían como último recuerdo suyo sus tiempos de gloria en las series juveniles de la TV.