Hacia finales de la década de los noventa y mediados del 2000, una serie de producciones peruanas cobraron fuerza en la pantalla local, llegando incluso a hacerle frente a enlatados y programas extranjeros de esa época.
“¡Qué buena raza!", “Dina Páucar: la lucha por un sueño”, fueron un éxito inesperado en su momento, y sus protagonistas, en muchos casos, actores debutantes se volvieron muy populares.
Sin embargo, detrás de esta fama y éxito, no todo era brillo y felicidad. Romances paralelos, exigencias de los famosos y hasta censuras, formaron parte de esta seguidilla de programas peruanos que para bien o mal, ya forman parte de la historia de nuestra todavía inmadura TV peruana.
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A continuación, una recopilación de estos “secretos” detrás de la televisión que finalmente dieron a conocer algunos de sus protagonistas en diálogo con El Comercio.
1. LOS NERVIOS DEL DEBUTANTE
“Qué buena raza”, la apasionada historia de amor entre Fiorella Prado Velaochaga, hija de una aristocrática familia en decadencia, y un humilde provinciano que se ganaba la vida administrando una cabina de internet; alcanzó altos niveles de sintonía en su estreno en 2002, en un momento en que los líderes de audiencia eran “R con Erre” y “Magaly TeVe”.
Michel Gomez, creador de la ficción, contó a este Diario que se inspiró en la relación del expresidente Alejandro Toledo y la antropóloga belga Eliane Karp para esbozar la historia. El productor explicó que tenía claro que la protagonista debía ser Milene Vásquez, pero que la búsqueda de Valentín Condori motivó “un cásting grande” en el que quedó elegido Gerardo Zamora.
En el inicio de las grabaciones, el hasta ese entonces desconocido Zamora se convirtió en una preocupación para la producción de la telenovela pues solía ponerse muy nervioso. Así, por ejemplo, cuando grabó su primera escena en estudio se puso a temblar y sudar, le dio pánico escénico. Y eso que solo tenía que hacer una llamada telefónica sin diálogo alguno.
2. LA ACTRIZ QUE RECHAZÓ “LUZ MARÍA”
A fines de los 90, “Gabriela”, la intensa historia de una humilde joven cuyo padrastro la pretendía y no la dejaba ser feliz con el hombre que amaba (Rubén), se apoderó del horario estelar de Panamericana TV. “Gabriela”, producción de Humberto Polar, estelarizada por la peruana Mónica Hoyos y el venezolano Alfredo Delgado, llegaba para hacerle frente a la fuerte competencia: la telenovela “Luz María”, de Canal 4.
“Gabriela” fue el debut actoral y el primer protagónico de Mónica Hoyos, quien tenía 20 años cuando grabó la novela. Antes de firmar contrato con Panamericana, a la nacionalizada española, se le ofreció un papel antagónico en la telenovela “Luz María”, producción de América Tv, el canal de la competencia.
“Tuve que elegir entre dos propuestas. En ese entonces estaban haciendo ‘Luz María’ para Canal 4 y Rodolfo Hoppe (productor) me llamó para ofrecerme el papel antagónico. No acepté, preferí hacer ‘Gabriela’ porque me daban el papel protagónico”, reveló Hoyos en entrevista con la periodista Sonia del Águila.
Hoyos también contó que debido a la presión de las grabaciones, que muchas veces llegaban a quince horas diarias la hicieron sufrir de bulimia. "Veía a otras chicas que lo hacían y empecé a hacer lo mismo, fueron casi dos años. Gracias a Dios y a una gran fuerza de voluntad logré superarlo sin ayuda profesional”, reveló la actriz.
3. LA SERIE QUE LE HIZO PERDER DINERO A MICHELLE ALEXANDER
En setiembre del 2004, una miniserie inspirada en la vida de una popular intérprete folclórica irrumpió en las pantallas de televisión. Elaborada con minúsculo presupuesto, el estreno de “Dina Páucar: la lucha por un sueño”, en la TV peruana, no pintaba nada bien, más aún, teniendo como competencia en el horario (9:00 p.m.) al monstruo que era en ese entonces “Magaly TeVe”.
Sin embargo, los más de 40 puntos de ráting que alcanzó en su debut sorprendieron no solo a la competencia, también a sus creadoras. “Dina Páucar: la lucha por un sueño” hizo historia en la TV peruana.
En diálogo con El Comercio, Michelle Alexander, productora de la serie, relató que “convencer” a la artista de adaptar su vida a la TV no fue fácil. "La buscamos en su casa, y aunque ella había escuchado que yo era productora, no creía en lo que le decía. Se reía, pensaba que se trataba de una cámara escondida. Luego pidió tiempo para evaluar la propuesta”, contó la creativa.
La producción de “Dina Páucar: la lucha por un sueño” tuvo un costo total de aproximadamente 50 mil dólares. Según reveló Alexander, la única empresa que apostó por la miniserie fue Kola Real, que dio 10 mil dólares. "Lo que el canal nos pagó por ella fue mucho menos de lo que invertimos, fue una cifra chiquitita la que nos dio. Aquella vez perdimos dinero”, agregó.
El poco dinero con el que contó la miniserie llegó a tal extremo que a los actores se les pagó poco y otros trabajaron ad honorem.
4. EL ‘TOPLESS’ MÁS CARO DE LA TV PERUANA
‘Perricholi’, ‘Mikita’ o ‘perra chola’ la llamaban. Su verdadero nombre era María Micaela Villegas y Hurtado de Mendoza, amante del virrey Amat y Juniet, una mujer cuya azarosa vida revolucionó el siglo XVIII y sirvió de inspiración a más de un director y productor de cine y TV. Tal es el caso de Michel Gómez, quien en agosto del 2011 estrenó la segunda versión de La Perricholi, con Melania Urbina y Alberto Ísola en los papeles protagónicos.
La historia requirió una fuerte inversión económica. Pero más allá del dinero que implicó su realización, hubo costos que sus creadores no tuvieron en cuenta. Una escena en ‘topless’ de su protagonista, por ejemplo, les valió una sanción monetaria.
“El Tribunal de ética de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión impuso una multa (de 36 mil nuevos soles) al canal (por escenas de desnudos en un horario de protección al menor). Este hecho entra en la psicopatía sexual y estoy seguro que fue impuesta por gente que casualmente era de la competencia”, recordó el guionista Eduardo Adrianzén en diálogo con El Comercio.
La ONG Valores Humanos mostraba su desacuerdo en torno al contenido de la producción y pedía su inmediata salida del aire. algo que finalmente consiguieron.
“Por presión de un grupo religioso el final fue recortado. Nosotros entregamos los capítulos completos, es decir los 73. Lamentablemente, se podó a partir del capítulo 60, los 13 capítulos últimos fueron mutilados”, indicó Adrianzén.
5. ¿BESOS? NO ESTÁN INCLUIDOS EN EL CONTRATO
Con su estreno en los años 80, “Carmín” no pasó desapercibida, dejó huella, marcó el renacer de las telenovelas peruanas y un hito en la historia de las producciones nacionales. En una entrevista con El Comercio en 2012, Margarita Morales, jefa de producción de aquella producción, rememoró detalles que probablemente desconoces de esta exitosa producción peruana.
“Para buscar a la actriz que interprete a Fiorella Menchelli se hizo un cásting exhaustivo, además de Patricia Pereyra participaron Emily Kreimer, Ethel Mendoza, entre otras chicas. No fue fácil dar con la persona indicada y cuando la encontramos hubo un pequeño problema con el tema del beso (Patricia puso en su contrato que no quería besos y ninguna escena subida de tono) porque era chiquilla, menor edad, pero al final se dio y fue un beso blanco”, explicó la creativa.
6. UNA SERIE INCÓMODA
Corrían los años 90 cuando un juvenil y entusiasta Carlos Carlín iniciaba una arriesgada travesía televisiva junto a dos actores –en ese entonces- poco conocidos, Lorenzo Castro y Saskia Bernaola. Bajo la dirección de July Naters “El 4to de Juan”, programa colorido de sátira sobre la actualidad política y social del Perú, se abría camino en medio de censuras y hostigamientos provenientes del “poder montesinista”, los cuales presagiaban su pronto final.
“El 4to de Juan" fue uno de los primeros trabajos de Saskia Bernaola. Gianella Neyra fue una de las actrices que aspiraba quedarse con este papel y a pesar que pasó el cásting, finalmente no quedó elegida.
Una de las condiciones para que “El 4to de Juan” se emita en Frecuencia Latina fue que debía ser dirigido por July Naters, en ese entonces, la responsable del éxito de “Patacláun”.
“El 4to de Juan" sufrió una serie de censuras que fueron in crecendo y terminaron con la cancelación del programa. Según reveló Carlos Carlín, la producción comenzó a sufrir extraños recortes de edición, llamadas de atención para que “bajen el tono del programa” y amenazas de sanción.
7. UN ROMANCE QUE NACIÓ EN LA FICCIÓN
Tras el éxito de “Los de arriba y los de abajo” y “Qué buena raza”, Michel Gómez y Eduardo Adrianzén se enfrascaron en el 2003 en un nuevo proyecto televisivo que llevó el nombre de “Demasiada belleza”. La novela contaba la historia de Cipriano de Bergamin (Omar García), un poco agraciado estudiante de medicina que trabajaba como quiropráctico en un lujoso gimnasio. Cipri (como lo llamaban en la ficción), guardaba en secreto el inmenso amor por Roxana (Alexandra Graña), una rubia de cuerpo perfecto.
“Demasiada belleza” fue el primer protagónico de García. Sobre el éxito que le significó el papel, su compañera de ficción, Alexandra Graña, contó a este Diario: "Me volví más popular. En la calle la gente me reconocía mucho más; sin embargo, mayor popularidad alcanzó mi pareja en la telenovela. En la calle siempre me preguntaban por él. ‘Cipri’ pegó bastante, la gente lo quería porque se trataba de un personaje atípico”.
Omar y Alexandra terminaron saliendo en la vida real. Sin embargo, el romance no duró mucho porque la actriz se fue a vivir a vivir al extranjero.
8. LAS ESTRELLAS NO LE TENÍAN FE
“1000 oficios" fue la exitosa producción de Efraín Aguilar que vio la luz en junio del 2001. La entretenida historia que tenía como protagonista al desempleado Renato Reyes dio en la yema del gusto del televidente y se apoderó de la audiencia en el ‘prime time’. Las telenovelas que hasta ese entonces eran imbatibles en sintonía quedaron relegadas a un segundo lugar; sin embargo, pocos vieron futuro en esta trama.
Según contó Efraín Aguilar a la periodista Sonia del Águila, “1000 oficios” se hizo con “un presupuesto bajísimo”. "No llegábamos ni a 100 mil dólares. Los ‘dolly’ (movimientos de cámara hechos con plataformas especiales) los hacíamos artesanalmente, los problemas técnicos y de aparatos los solucionábamos con el equipo de producción. Nos ingeniábamos para cubrir los gastos que requería la serie”, explicó.
Incluso elegir el reparto fue complicado.
“Al principio nadie apostaba por ’1000 oficios’. Cuando propuse a algunos actores conocidos formar parte de la serie me dijeron que no hacían ese tipo de humor y que solo trabajaban en producciones de prestigio. Me trataron despectivamente. Después de algunos años, esos mismo actores me buscaron para pedirme trabajo”, reveló Aguilar.
9. EL ‘CAMEO’ PRESIDENCIAL QUE NUNCA FUE
Aquellos que vibraron con las series de acción como “Los Magníficos” encontraron en “La gran sangre” a su espacio favorito. El coronel John ‘Hannibal’ Smith, el sargento Mario Baracus, el capitán Murdock, y el teniente Templeton Faceman Peck, quedaron desplazados por Dragón, Mandril y Tony Blades, un trío de vigilantes urbanos dispuestos a darlo todo por combatir el crimen con sus propias manos. La sintonizada ficción producida en el 2006 por Capitán Pérez Producciones le dio un gran giro a la televisión peruana.
Fue tal el éxito de esta producción nacional que una temporada fue insuficiente, y hasta un expresidente sintió interés en ser parte de la propuesta.
Paolo Donayre, productor general de esta consagrada ficción, relató a este Diario que Alejandro Toledo quiso participar de un episodio.
“El ex presidente de la República, Toledo, quiso participar en la primera temporada, cuando el presidente agradece el rescate a la hija del empresario de Gamarra. Nosotros estuvimos de acuerdo, pero al final no pasó nada, el asesor del presidente nos envió un comunicado diciéndonos que no iba a ser posible su participación por un problema –al parecer- de tiempo”, declaró el productor.
10. EXIGENCIAS DE LA CARACTERIZACIÓN
Producida en 2009 por Susana Bamonde y dirigida por Lucho Barrios, “Clave uno: médicos en alerta” se convirtió en la primera ficción peruana sobre vivencias médicas. Protagonizada por conocidos actores nacionales como Gian Piero Díaz, Connie Chaparro, Karina Jordán, Juan Francisco Escobar, entre otros, la historia fue transmitida por Frecuencia Latina, en horario estelar.
Susana Bamonde contó a El Comercio que inicialmente planearon seguir los días de un grupo de bomberos, pero que al ver los costos que implicaría, cambiaron la historia a un drama médico.
“En realidad el proyecto era un poco más ambicioso, pero cuando empezamos a trabajar en él nos encontramos con piedras y teníamos que adaptarnos a ellas. Pensábamos meternos en la problemática de los médicos, las huelgas, el desabastecimiento de medicina, pero no se pudo”, dijo Bamonde.
Otra forma ingeniosa de resolver problemas de producción se vio en la caracterización de algunos momentos de tensión.
“Amilcar Zapata se encargó de los efectos especiales. Lo que parecía sangre, era miel con tinta. Apenas terminaban las grabaciones los actores se iban a bañar porque quedaban hechos unas melcochas”, recordó la creativa.