Linares: "Un truco infalible para (no) retener a ese hombre"
Linares: "Un truco infalible para (no) retener a ese hombre"
Redacción EC

Cuando te resulta difícil avanzar con tu trabajo, porque a cada segundo desvías la mirada hacia el reloj de la computadora. Cuando tu mente está como en pausa recordando el último beso. Cuando quieres que los minutos pasen volando. Cuando tu celular almacena decenas de llamadas perdidas de tus amigas y audios de Whatsapp cargados de sus reproches. Cuando eres capaz de terminar todos tus pendientes en el trabajo antes de tiempo, porque no puedes estar tanto tiempo sin él. Felicitaciones: tus síntomas confirman que vives un romance.

Disfrútalo porque –sin ánimo de aguafiestas– eso durará un tiempo y está bien que así sea. No es sano andar como adolescente por más de seis meses, tal vez un año. Es más, yo diría que si la euforia pasa ese límite deberías preocuparte. A menos que no te importe dejar tu vida y vivir haciendo el ridículo. Hay problemas si no entiendes que los affaires tienen una corta vida, después mueren o se convierten en una relación.

Hace poco fui testigo accidental de una conversación entre dos amigas. Una le aconsejaba a la otra cómo hacer para que esa aventura de película dure. Le repitió unas supuestas técnicas infalibles para retener a tu hombre. Esos tips tontos que más parecen el argumento de una telenovela de los 80: sacarle celos con otro, ponerle condiciones para tener sexo o mudarte con él. Yo miraba de reojo y fingía no escuchar. Pero mi paciencia acabó cuando mencionaron la palabra hijo.

Como ninguna de esas dos chicas era mi amiga y no podía contener las ganas de intervenir, mejor me fui. Pero me aterra pensar que esto suceda con cierta frecuencia. No sé de dónde se ha sacado esa idea absurda de que los hijos unen a la pareja. Si él no está de verdad comprometido contigo es imposible que lo esté una vez que te embaraces y menos aun cuando nace el bebé.

Luego de una gestación y los dos primeros años de crianza de un niño les digo que la maternidad es –por decir lo menos– difícil y lo que se necesita es un apoyo, no alguien que solo quiere estar lejos de ti.

Crees que embarazada vas a terminar de seducirlo? Durante el embarazo olvídate de los encuentros en la esquina del parque o dentro de un carro. El sexo se volverá una proeza: en algún momento no podrás ni amarrarte las zapatillas, y no querrás saber nada de tacos ni babydoll. La única posición que te atraerá es aquella que te permita dormir sin que la barriga te ahogue. Esto bajo el supuesto de que no te hayan dado náuseas, ni vómitos, ni dolor de espalda, ni hinchazón de pies o manos.

Y una vez que nace el bebé, empieza lo bueno: los llantos constantes, el sueño, la flojera. La leche que no para de brotar. Los inexplicables cambios de humor. El dolor de tu herida –si fue cesárea– o la inflamación luego de haber traído al mundo de manera natural a una criatura de tres kilos. Tu peso, la depresión posparto. ¿Te imaginas tener al lado a un hombre que no está completamente seguro de que te quiere?

Conozco a los estafadores que te pintan arcoíris en el cielo. Que te dicen que te aman cuando no es verdad y tú crees que sería el padre ideal. Luego ponen primera y arrancan. Eso es diferente. Pero usar a los niños como arma para tu conquista es lo más perverso y egoísta que he escuchado en toda mi vida. Lo hijos deberían ser la consecuencia del amor, no el pretexto para seguir con una relación que no da para más.

Contenido sugerido

Contenido GEC