El coronavirus ha modificado nuestra interacción social, entre otros aspectos de la vida. En el Perú, acostumbramos a dar beso, un cálido abrazo o un apretón de manos. Pero ya no es posible. Afortunadamente, tenemos el ejemplo de la India, Tailandia, Japón, Zambia y Jordania. Así, una vez nos reencontremos en las calles, considera imitar la peculiar forma como saludan en estos países.
Namasté
Junta las palmas de tus manos y llévalas a la altura del pecho, con los dedos hacia arriba y los pulgares cerca del corazón. Luego, inclina ligeramente la cabeza en dirección a la persona. Este acto se relaciona a la práctica del yoga. Sin embargo, se trata de un saludo común en la India. Namasté significa “te reverencio” y la postura que se adopta es entendida como “lo divino de mi ser se inclina ante lo divino de tu ser”. Por lo tanto, constituye una muestra de humildad, respeto y gratitud al otro. Incluso, es una manera de protegerte. En el hinduismo existe la creencia de que los seres humanos tenemos un aura con una energía única. Esta debe cuidarse. Al juntar las manos se conserva y no absorbe la de la otra persona.
Wai
Típico de Tailandia. Aunque la dinámica es igual a la del namasté (palmas juntas y venia), la altura de las manos varía dependiendo a quién se saluda. Si se trata de un familiar o amigo se llevan hacia la nariz. En caso sea una autoridad o un anciano se colocan al nivel del rostro y los pulgares apuntan a la frente. Solo si es un conocido se mantienen cerca al pecho, como hacen los indios. Además de ser el hola y chau cotidianos, el wai también sirve para pedir disculpas y hasta evitar peleas, pues da a entender que quien lo practica viene en son de paz, sin armas y dispuesto al diálogo.
La reverencia
Se originó en el siglo VII como el saludo del pueblo a la nobleza japonesa. A partir del siglo XVII comenzaron a utilizarlo todos los habitantes. Consiste en inclinar el dorso y la cabeza hacia abajo, manteniendo los brazos rectos a los lados del cuerpo y los pies firmes. La reverencia manifiesta que la intención de acercarte al otro es para entablar una conversación pacífica. Este lenguaje corporal tiene variaciones y denominaciones. Eshaku se llama el saludo a un familiar o persona “similar” (de tu misma edad, clase social o cargo) y se realiza bajando el torso 15º. En el keirei, dirigido a un superior o anciano, se inclina 30º. A la venia para pedir perdón se la conoce como saikeirei y la parte superior del cuerpo se inclina 45º. Finalmente, con el dogeza se da el pésame o se muestra solidaridad por el mal que aqueja el otro. En este caso uno necesita arrodillarse, colocar la cabeza sobre las rodillas y la palmas en el piso.
Aplausos y venia
En el país africano de Zambia hay tres tipos de saludos. El primero está destinado a los ancianos: pones una mano en el pecho y la otra en el estómago mientras haces una reverencia. El segundo es exclusivo para los suegros: de cuclillas frente a ellos, aplaudes. Con el tercero saludas a las personas en general. ¿Cómo? Aplaudes al mismo tiempo que pronuncias “mulibwanji” (hola) o “mwakabwanji” (buenos días).
Mano en el corazón
Este es el saludo más especial entre los habitantes de Jordania, en el Oriente Medio. Y es que además de los tres besos en las mejillas, los abrazos y los apretones de manos, los jordanos se colocan la mano derecha (o ambas) en el lado izquierdo del pecho, donde está el corazón, mientras dicen “as-salamu alaikum” (que la paz esté contigo). ¿La razón? Según el islam, el corazón es un órgano sagrado porque allí se halla el alma y la vida espiritual de cada individuo. Por ende, quien ubica su mano en el corazón indica que la bendición está en su interior y desea que el otro también la tenga.