Cuando llegas al hotel Albergo Etico en la ciudad italiana de Asti te encontrarás con cómodas habitaciones, deliciosa comida y una hermosa vista de la ciudad. Sin embargo, cuando te cruzas con los empleados del lugar sabes que estás en un hospedaje distinto.
Lo que hace especial a este hotel es que los chicos encargados del servicio tienen Síndrome de Down. Para los huéspedes es la oportunidad de interactuar diariamente con ellos y para los trabajadores es una puerta hacia su independencia. “Creemos que es posible mostrar un hotel como la extensión de una familia donde los más frágiles son los protagonistas”, explica Alex Toselli, director general de Albergo Etico a ¡Vamos!
La historia del hospedaje nació cuando Niccolò Vallese, un joven con esta condición, realizó sus prácticas junto al chef Antonio De Benedetto para obtener su título profesional. La gran disposición y fuerza de Niccolò lo inspiró para darles la oportunidad a más chicos como él de tener una vida normal, entrenarlos y ofrecerles un trabajo.
“Albergo Etico sirve para poder compartir y crear consciencia”, comenta Toselli. La misión es que las personas con habilidades diferentes no solo tengan la posibilidad de desarrollarse personalmente sino que sean vistos como “un recurso importante, capaces de trabajar y relacionarse con otros empleados”.
Además del servicio a los huéspedes, el hotel cuenta con una escuela donde los jóvenes con Síndrome de Down pueden vivir y llevar cursos relacionados con la hotelería. Luego ellos pasarán a trabajar en Albergo Etico.