Hay varias formas de ser arqueóloga. Cecilia Pardo Grau lo sabe bien. Cursaba los últimos años de la carrera cuando decidió dejar el trabajo de campo para concentrarse en otra función tan importante como aquella: hacer de mediadora o intérprete entre la información y los artículos académicos sobre los hallazgos arqueológicos y el público.
Ella es ahora curadora de arte: «Es importante que el público conozca ese trabajo y viva una experiencia enriquecedora que lo haga quedarse con las ganas de volver al museo», nos dice la curadora de colecciones y arte precolombino del Museo de Arte de Lima (MALI).
Desde su función, ella investiga, genera contenidos y en coordinación permanente con un equipo de educación, compuesto por pedagogos especializados en Arqueología o Arte, produce toda la información que llega a los escolares, universitarios y público que visitan las exposiciones temporales y permanentes.
«Visitar el museo es una forma de educación paralela y complementaria de la formación en el aula. Los chicos aprenden mucho. Mi hijo de seis años vino a la exposición de Chavín de Huántar y a su corta edad se ha quedado con una idea muy importante, y eje principal de esta cultura: que ellos consumían un líquido del cactus, porque era la única forma en que podían transformarse en jaguares y conversar con los dioses. Tampoco se olvida de las cabezas clavas. Así, la experiencia en el museo es muy distinta de lo que puede contar el profesor en el aula». Además -añade- respetar, conocer y admirar lo nuestro es el camino del desarrollo. «No todo es cine, centros comerciales ni carreteras».
¿Vamos al museo?
PERFIL. Cecilia Pardo Grau estudió en el colegio San Silvestre y egresó de Arqueología de la PUCP. Colaboro durante un tiempo en una serie de proyectos de exposición en el Museo Larco y tuvo a cargo la supervisión de proyectos relacionados con patrimonio cultural y arqueológico de la Fundación Telefónica. Tiene una maestría en museología en Inglaterra y desde el 2006 trabaja en el MALI. Una de las exposiciones que más le agradan como curadora es “Modelando los mundos” (2011-2012). Tiene dos hijos y ama lo que hace.