La relación con nuestras madres cambia con el tiempo. De niñas la veíamos como el modelo a seguir, de adolescentes como el “enemigo” y ahora de adultas como la mejor compañera y consejera. Y mientras íbamos creciendo, cometimos algunos errores sin darnos cuenta.
Tener a mamá a tu lado es una suerte que no todas pueden disfrutar. Dile que la amas todos los días, no dudes en demostrarle tu cariño y pídele perdón por estas cinco cosas para que su vínculo sea más especial.
1. Por las veces que no la llamaste
Estamos tan atareadas, con preocupaciones y mil cosas en la cabeza que en ocasiones olvidamos lo más importante: la familia. Tu mamá no necesita que te pases horas hablando con ella por teléfono (aunque le gustaría), le basta con escuchar tu voz todos los días diciéndole que estas bien y la quieres. Tal vez hoy no te haga falta, pero el día que no esté te arrepentirás.
2. Por ignorar sus consejos
Tu mamá siempre sabe más. De joven, era difícil tomar en serio sus consejos porque pensabas que era anticuada y te sentías mal después al darte cuenta que tenía razón. Pero, sin importar que no le hiciste caso, estuvo ahí para secar tus lágrimas sin echarte en cara que ella te lo advirtió. Eso es amor de verdad.
3. Por no pasar tiempo de madre e hija
A mamá no le importa ir a un restaurante elegante, al cine más caro o a comprar a la tienda más exclusiva. Le basta con que te sientes a su lado y le cuentes qué tal te fue en el trabajo o cómo va la relación con tu novio, nada complicado. Lo que tiene un significado especial no son las veces que lo haces sino la calidad del tiempo que pasas con ella.
4. Por herirla con tu rebeldía
Tratar de imponerte siendo tu misma es algo normal durante la adolescencia y tu mamá lo sabía. Sin embargo, hubo ocasiones en las que esa rebeldía terminó por herirla y ella prefirió quedarse en silencio. Aunque nunca te lo dijo, siempre esperó una disculpa y ahora es el momento para hacerlo, sin importar que haya pasado el tiempo.
5. Por crecer
Sabemos que crecer es un proceso natural y que los hijos saldremos del nido para tener nuestra propia vida. Sin embargo, aunque ella te repita 100 veces que está orgullosa de la mujer en la que te has convertido, en el fondo le duele ver como su niña se abre paso dejándola atrás. No importa qué tan lejos vueles ni que tan alto subas, nunca te olvides de ella.