“Giselle” es una joya del ballet romántico por excelencia. La historia detrás del trágico amor entre la inocente joven Giselle y el príncipe Albrecht es digna de aplausos y ovaciones de pie. Pero la que le da el toque romántico y termina por engancharnos con una dosis de realidad es la de Luciana Cárdenas y Román Gonzáles, la pareja de esposos que lleva su amor al escenario al momento de interpretar a los protagonistas de este fantástico clásico. En el Día Internacional de la Danza, te contamos su historia.
En los amplios salones de baile del Ballet Municipal de Lima se forman algunos de los bailarines más destacados de la danza clásica peruana bajo la dirección de la icónica bailarina y coreógrafa Lucy Telge. Desde pequeños, estos jóvenes artistas se dedican en cuerpo y alma a la práctica de este arte. Este es el caso de Luciana Cárdenas, primera bailarina de la compañía que ha protagonizado clásicos como “Bella Durmiente”, “Cascanueces”, “Romeo y Julieta”, entre otros. Tras años de formación artísticas y después de los duros años de pandemia, ahora Luciana encabeza la primera temporada regular de ballet sobre los escenarios del Teatro Municipal de Lima con el clásico “Giselle” y de la forma más romántica posible: junto a su esposo y cómplice en la danza, el también primer bailarín Román Gonzalez.
Luciana y Román: sus primeros pasos de baile
Luciana se ganó el título de primera bailarina a punta de dedicación y disciplina a lo largo de toda su vida. Alrededor de los siete años, inició sus estudios en danza clásica en la Escuela Nacional Superior de Ballet. Mientras que las otras niñas jugaban, ella llevaba clases de ballet y entrenaba. Incluso, terminó su etapa escolar desde casa. Este sacrificio rindió sus frutos, pues pocos años después, ingresó a las filas del cuerpo de baile de la compañía del Ballet Municipal. Participó en diversas obras clásicas hasta que en el 2012 obtuvo su primer rol protagónico en “La Bella Durmiente” y así continuó hasta convertirse en primera bailarina. “Yo soñaba con el ballet desde chiquita. Ha sido mi sueño siempre. Ha sido un camino largo y difícil, pero he podido disfrutar cada momento y etapa”, afirma Luciana. “Aunque los años pasan, esa niña está bailando ahí adentro todavía”, agrega.
Al igual que ella, Román también dedicó su vida al ballet. El bailarín de origen cubano empezó su carrera en la danza desde una edad temprana, similar a la de Luciana. Recuerda con nostalgia algunos momentos en los que tuvo que sacrificar muchas actividades infantiles para convertirse en el gran artista que es hoy. En el 2010, logró formar parte del cuerpo de baile del Ballet Nacional de Cuba; y unos años después, llegó al Perú para expandir sus horizontes y se quedó en la misma compañía de ballet de Luciana.
El momento en que hicieron clic: el ‘pas de deux’ del amor
Luciana y Román se conocieron bailando, obviamente. Durante dos años fueron buenos amigos y nunca vieron al otro con otras intenciones aparte de amistad y compañerismo; pero todo cambió cuando les tocó bailar en pareja un ‘pas de deux’ que a ambos les encantaba.
“Nos pusieron a bailar un pas de deux que nos gusta mucho, un extracto del ballet Espartaco y no sé, como que clic. Descubres cosas nuevas”, revela Luciana entre risas tímidas. “Y se enamoró de mí”, agrega Román, provocando aún más risas en Luciana.
Los constantes ensayos, las miradas y todas las emociones que debían transmitir estando juntos en el escenario hicieron que sus corazones se aceleren cada vez que bailaban juntos. La atracción se convirtió en gusto y luego en amor, por lo que en el 2017, enamorados y con deseos de compartir una vida juntos finalmente se dieron el sí en una serie de románticas ceremonias que hasta el día de hoy recuerdan con dulzura.
“Nos empezamos a mirar de manera diferente y empezamos una relación que al principio no teníamos muchas expectativas, pero terminó así. Ella es todo para mí, no sé qué haría yo sin ella”, afirma Román. A partir de ahí, los recién casados llevaron su amor a los escenarios en los innumerables bailes de pareja en obras como “Romeo y Julieta”, “Bella Durmiente”, “Cascanueces” entre otras. “Cada uno tiene su temperamento como buenos artistas y separar eso de nuestra vida en casa es encontrar un poco el equilibrio. Fue lo más difícil al comienzo”, afirma Luciana. “Pero hemos sabido aprender a llevarnos y separarlo, que es lo más importante”, agrega.
“La danza me ha dado una familia”
A inicios de la pandemia, Luciana quedó embarazada de la pequeña Emma. Expectantes, amaron cada parte del proceso, pero surgieron complicaciones y perdió a la bebé, convirtiéndose en uno de los momentos más duros que tuvieron que atravesar como pareja.
“Fue muy difícil. Lo más difícil que hemos vivido tanto de forma individual como matrimonio. Pero dentro de toda la oscuridad y tristeza, nos agarramos de la mano y hemos vuelto subir. Yo al lado de ella. Ella delante de mí. Yo delante de ella. Nos hemos protegido y cuando llegó la nena (Catalina) lo tomamos como una segunda oportunidad. Ella es nuestro pequeño arcoiris”, comenta Román.
Apenas con 6 meses de nacida, Catalina se ha convertido en el nuevo motor de Luciana y Román para sobreponerse ante las dificultades y darle el amoroso hogar que por tanto tiempo soñaron completar.
El regreso al escenario
Hoy, su rutina diaria es una cosa de locos: “El día empieza a las 5 de la mañana que se despierta la nena. Todas las mañanas vamos a la casa de mi mamá quien nos está apoyando con ella. Nos vamos corriendo al teatro. Volvemos por la nena para almorzar. Volvemos a trabajar y luego volvemos a buscar a la nena para al fin regresar a casa. Es una rutina de carrera”, confiesa Luciana.
Salen de casa en la mañana y regresan en la noche exhaustos. Este ajetreo diario se debe a que acaban de estrenar “Giselle” en el Teatro Municipal y ambos son una de las parejas protagonistas. Esta puesta en escena se perfila como la primera temporada regular del año que está siendo anunciada a los cuatros vientos y con bombos y platillos, gracias a la gradual vuelta a la normalidad.
Luciana y Román están expectantes y felices de regresar completamente a los escenarios. Es una temporada especial, pues debido al embarazo y la pandemia tuvieron que tomarse una pausa, entrenar desde casa e incluso presentar versiones cortas en el escenario. Por su parte, Román no podía caber más en su felicidad al revelar que Giselle es su obra favorita y tiene la suerte de interpretarla junto a Luciana. Ella, entre risas, dice que su favorita es “Romeo y Julieta”, pero que lo mejor de todo es interpretarla junto a Román.
Con una mirada dirigida a Luciana y que parece sacada de la mismísima obra que interpretan, Román afirma orgulloso: “El baile ha sido mi vida. Totalmente. Bailar ballet es bello y bailarlo con ella es hermoso”. Con cariño, Luciana agrega “Para mí, bailar es ser yo. Es mi esencia. La danza me ha dado una familia”.
El dato
La temporada de “Giselle” se presentará hasta el 1 de mayo y se pueden adquirir las entradas a través de la web de Teleticket. En esta ocasión, la obra se enfocará en su segundo acto, donde la joven Giselle regresa como fantasma luego de morir de dolor al descubrir el engaño de su amado. Mientras se debate entre el perdón y la maldición del baile de las Willis, que según una leyenda eslava, son los espíritus de las novias abandonadas que atraen a los hombres que se acercan y los obligan a danzar hasta morir.
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