Redacción EC

Por: Estefanny Jackson                   

A sus 31 años, Karina Jordán asegura tener claro que no es perfecta y que no tiene que disfrazar su personalidad para agradarle al resto. “Vivo tranquila, trabajando mi espiritualidad, protegiendo a quienes amo, cuidando no hacer a los demás lo que no quisiera que hagan conmigo…”. Después de un año intenso de trabajo, debido a las grabaciones de “Ven, baila, quinceañera”, serie que va por América Televisión y en la que tiene un protagónico, y a poco de partir a Alemania para tomarse unas vacaciones junto a su novio, el también actor Diego Seyfarth, la actriz inicia esta entrevista hablando sobre las nuevas sensaciones y sentimientos que llegaron a ella hace dos años, cuando ingresó al mundo del yoga kundalini.

¿Cómo cambió tu vida?

Me liberé. Y es que las personas somos prisioneras de nuestros pensamientos. La mente te juega malas pasadas. Al conocer el yoga, gracias a mi maestra Jessica Venegas, aprendí a aplacar los malos pensamientos y el ego, y a trabajar la compasión. Ahora me tomo veinte minutos al día para hacer mantras y practicar respiraciones, o para meditar durante las lunas llenas.

 Cuando te miras al espejo, ¿qué ves?

A mí. A una persona con defectos y virtudes. Soy vanidosa, porque no hay actor que no lo sea. Soy esclava del celular, aunque consciente de ello. Soy de las que gustan de la vida, de comer, de tomar un vino blanco o una cerveza helada. Me consiento con unos masajes, pero evito ir a la peluquería. No me gusta compartir mis sentimientos por Facebook, porque para abrir mi corazón debo mirar a la cara.

Cuéntanos de tu relación con Diego Seyfarth.

Estoy muy feliz. Él es mi amor. Siento que estoy al lado de una persona que me entiende, porque se dedica a lo mismo que yo, y eso es un plus. Estamos juntos desde setiembre del año pasado, cuando él llegó de Alemania, pero nos conocemos desde hace tres años.

 Y si volviera a irse, ¿te irías con él?

No sé. Vivo el presente. Más adelante podría pensar en la posibilidad de no vivir en Lima, pero ahora es aquí donde tengo trabajo y es aquí donde está mi familia.

 ¿Crees en el amor para siempre?

Sí. Yo tengo amores que hasta ahora me duran. Y mis padres se conocieron a los 16 años y siguen juntos. Creo en ese amor que supera dificultades, que no juzga, donde ambos son amigos y cómplices.

Entonces crees en el matrimonio.

Sí, pero en un matrimonio como ritual, no como la fiesta en la que se ha convertido ahora. Quisiera casarme dentro de algo íntimo, rodeada solo de las personas que me quieren.

 ¿Y los hijos?

Por ahora no. Creo que congelaré mis óvulos para tener hijos después de los cuarenta. Me faltan cosas por hacer antes de traer un ser al mundo. Quiero concentrarme más en mí.

 ¿No le temes al paso del tiempo?

No, la vejez es un engaño de tu mente. No soy sedentaria, sé que envejeceré con dignidad. Y si con los años tengo que hacerme algunos retoques quirúrgicos, los haré.

¿Estás buscando la internacionalización?

Ya estoy lista profesionalmente para ir a castear fuera. Estoy enviando material de mi trabajo a Colombia, México y Miami, porque sé que por allá están haciendo cosas interesantes para FOX y Netflix. Necesito salir de mi zona de confort, salir del país a competir con otras cuatrocientas chicas por un puesto. Y si no lo consigo, no pasa nada, por acá tengo mi año de trabajo armado.

Este 2017, Karina repite el plato del año anterior y se entrega al trabajo por varios meses. De abril a agosto empieza con las grabaciones para la tercera temporada de la serie VBQ. Luego, de setiembre a noviembre, inicia “Fragmentos”, obra de teatro que va en el Centro Cultural de la Católica, y en donde ella interpreta a una chica antipática que tiene una relación conflictiva con su novio (Manuel Gold). Y, para cerrar, a fin de año, comienza con las grabaciones de una nueva novela nacional que está trabajando junto a PROTV, y que también irá por América Televisión. “Además, tenemos pensado, para este año, hacer la película de VBQ”, cuenta la actriz.

¿Las cámaras, la fama, no te han llegado a agotar?

Los actores somos humanos, no siempre tenemos el mismo humor ni predisposición. Si un fan se acerca y estás ocupado, se lo explicas. En estos años he aprendido que hay que ser agradecido. Sin ellos, nuestra carrera no tendría sentido.

 ¿Cómo van tus proyectos personales?

Con Diego, queremos realizar campañas ecológicas de concientización para que las personas no ensucien el mar, y no usen bolsas ni cañitas de plástico. Queremos hacer videos para que luego circulen por las redes sociales. La gente tiene que entender que todos podemos ser parte del gran cambio.

¿Qué otros aspectos de la sociedad cambiarías?

Se pide que no se legalice la marihuana medicinal porque después, se piensa, se tendría que legalizar la recreacional. Se pide que se prohíba que dos personas del mismo sexo se casen porque luego querrán adoptar hijos. Me pregunto: ¿y por qué no?, ¿dónde está lo malo? Parte de la sociedad ha tratado de frenar la legalización del aborto terapéutico, porque cree que luego el aborto será generalizado. Si un hombre te violenta, ¿no tienes derecho a decidir después sobre tu cuerpo? Para conseguir un cambio, es necesario formar nuevas generaciones, en las que las mujeres sean libres de decir lo que sienten.

 ¿Consideras que las mujeres no son libres?

No todas. Por ejemplo, si hablamos de sexo, las mujeres tenemos miedo a decir lo que sentimos y deseamos, por miedo a que nuestra pareja crea que somos libertinas. Con tu pareja, no deberían existir límites. Si ambos quieren explorar, fantasear, estará bien.

Producción: Elefante Producciones.

Maquillaje y peinado: Sonia Soria.

Asistente de foto: César Silva.

Asistentes de producción: Gwen Manrique,

María Teresa Beltrán y Sheryl Balbín, para

Elefante Producciones.

Agradecimiento: hotel Boutique Quinta Miraflores ().

 

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